Capitulo 26

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Llevamos más de dos horas en la carretera y apenas estamos entrando a California, Matt ha estado callado desde que le grite y yo por mi parte tampoco he hecho nada por entablar una conversación con el porque no me interesa hacerlo.

Me mantengo recostada del asiento del copiloto con los ojos cerrados mientras repaso los acontecimientos de las últimas horas y debo admitir que siento un poco de tranquilidad después de haber perdido la adrenalina de lo que pasó en ese hotel, pero tengo claro que es un sentimiento pasajero.

—Alissa, se que no te gusta que te hagan preguntas, pero no debes simplemente esperar que vas a disponer de mi y no informarme de lo que vas hacer o en lo que me estás incluyendo —suspiro con cansancio y volteo a verlo sin separar mi cabeza del asiento.

Tiene razón y aunque no lo reconozca frente a el si merece respuestas, pero en este caso no se las puedo dar libremente.

—¿Qué quieres saber? —rasca su cabeza y voltea a verme por un segundo, pero vuelve la vista a la carretera de inmediato.

—Eso que tienes… —señala su pecho en alusión al mío y mi vista se va hacia el, aún no he cerrado la gabardina y todo mi pecho está lleno de sangre— Es… ¿Es sangre?

—Si —le respondo y al instante el coche derrapa en la carretera— ¡Estás loco!

—¡¿Yo soy el loco?! Alissa, mataste a alguien y me incluiste en eso —exclama alterado haciéndome soltar un bufido.

—No te alteres que tu no mataste a nadie… Complicidad tal vez, pero no mataste a nadie, ni siquiera viste a quien fue así que quédate tranquilo.

—Esto es una mierda Alissa, yo no… —llevo mi mano a su boca para que haga silencio.

No quiero escuchar reclamos y menos de el.

Tomo mi teléfono y marco el número que tengo registrado de Millán, a los tres tonos responde.

—Son casi la una de la madrugada ¿No deberías estar durmiendo? —ruedo los ojos, pero lo ignoro yendo al grano.

—Todo está listo —lo escucho reír ligeramente al otro lado de la línea.
No hace falta que le hable de que hice para saber a lo que me refiero ya que solo había un asunto pendiente entre nosotros.

—Siempre tan eficiente, ahora descansa y sueña con los angelitos —bufo con fastidio, pero no puedo evitar reír al mismo tiempo.

—Claro… Adiós —no espero su respuesta y cuelgo—. Detén el auto —digo firme hacia Matt y así lo hace deteniéndose a un lado de la carretera desolada.

Bajo del coche y abro la puerta trasera dónde está el bolso con el que salí, la carretera está sola y muy oscura, aún así me las ingenio para ver un poco en medio de la noche.

—¿Qué ha…? —Matt llega a mi justo cuando me quito la gabardina que me cubría quedando semidesnuda.

—Enciende la luz del auto —le pido quitando los guantes que tenía.
Son como una segunda piel y evitan que deje huellas en los trabajos que hago. Hace lo que le pido y en ese momento me mira de pies a cabeza.

La luz del auto hace que me vea mejor y estoy consiente de mi estado, pero no me cubro. Abro el bolso y saco un shorts de mezclilla que me pongo después de quitarme la minifalda.

—¿Nunca habías visto a una mujer en ropa interior? —pregunto divertida al ver que me observa demasiado, tomo un suéter del bolso y me dispongo a pasarlo por mi cabeza.

—Si, pero nunca una como tú —me tenso por un momento, pero a los pocos segundos termino riendo.

—Dushe —cierro todo y me paro frente a el enfrentándolo—. Matt, no me gusta repetir las cosas, pero hablo en serio cuando digo que esto no se lo puedes mencionar a nadie.

Fénix "INCENDIO 1" (Borrador En Edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora