Fénix "INCENDIO 1" (Borrador En Edición)

Capítulo 3

Cuando salgo Cindy me ve con cara de compasión, odió que me compadezcan, así que subo la cabeza y salgo molesta de ahí.

Ya falta poco para que suene el timbre de receso así que no tiene sentido que vuelva a entrar a la clase por lo que me dirijo a la biblioteca la cual tiene solo a unos pocos estudiantes que apenas están entrando y un par de chicos que parecen al borde del colapso estudiando para algún examen seguramente.

Me voy hacia una de las ventanas mirando hacia el patio y otra lágrima se me escapa, la limpio rápido y recuerdo lo mucho que detesto llorar.

—Hola —la voz a mis espaldas me hace girarme y poner los ojos en blanco cuando veo quien es—. Vengo en son de paz.

—Y yo estoy en son de guerra, así que aléjate de mi —le advierto.

Llega hasta donde estoy y se apoya de la ventana quedando de frente a mi, se queda un rato en silencio mirando a la nada pensativo y estoy por irme, pero antes de que mi pie se pueda mover siquiera un centímetro rompe el silencio.

—¿Por qué eres tan agresiva? —pregunta de la nada y yo lo miro confundida—. Desde que te conozco has estado a la defensiva, de mal humor y molesta, la única vez que te he visto sonreír fue cuando dejaste en ridículo a la profesora de francés, por cierto fue genial… Y tienes, razón tú francés es mucho más fluido que el de ella.

—Primero, hablas mucho y segundo, solo nos conocemos desde hace menos de dos horas, no actúes como si estuvieras aquí desde hace meses y menos como si fuéramos amigos.

Me giro para alejarme de el, pero me toma de la mano y me lo impide.

—¿Qué? —me volteo bruscamente casi gritándole.

—¿Por qué llorabas? —¿Cómo supo que…?—. Tienes la nariz un poco roja, las mejillas sonrojadas y los ojos ligeramente irritados.

¿Todo eso con un par de lágrimas?
Abro la boca pero justamente suena la campana y a los pocos segundos la biblioteca se empieza a llenar, muchos vienen aquí por tranquilidad, a terminar trabajos incompletos a último momento o a buscar libros.

Rápidamente me suelto de su agarre y me vuelvo a la ventana.

—Me debes una respuesta… —exclama con una voz cantarina.

—Нет симпатичного мальчикаЯ тебе ничего не должен (no niño bonito, no te debo nada) —le digo en ruso y su cara de confusión me hace sonreír.

Aún así no puedo dejar de pensar en cómo le voy a decir a Víktor que no voy a ir a la reunión. Una de las cosas que más odia es que le queden mal y no es nada bonito verlo molesto, siempre hace que te arrepientas de haberlo echo, según tengo entendido la reunión es muy importante, es con unos socios de la organización que vienen de Rusia y no entiendo porque, pero cada vez que hay una de sus dichosas reuniones tengo que estar yo presente.

Para mí buena suerte el chico se queda en silencio, pero aún así no se va y soy yo la que me giro para alejarme lo que hace que vuelva a repetir la acción de hace unos momentos impidiéndome salir del lugar.

—¿Ahora que? —me giro de mala manera volteando los ojos.

—Te dije que me debes una respuesta —me da una sonrisa ladeada.

—Y yo te respondí —muevo la cabeza hacia los lados mientras le respondo.
—¿Eso fue lo que me dijiste en…? Perdón, pero ¿Qué idioma es? —niego sin poder créemelo.

—Ruso tarado.

—Ahí lo tienes, yo no entiendo ruso aunque si me lo quieres decir en francés no te detengo, es sencillamente fascinante como manejas el acento y… —una voz gruesa con un tono divertido y burlón interrumpe lo que iba a decir.