Alissa
Despierto adolorida, pero no tanto como para quejarme del dolor, abro los ojos y el sol entra por un enorme ventanal, la habitación está fría a pesar del sol y miro hacia los lados tratando de identificar dónde estoy. En un lado hay una máquina que mide mis pulsaciones y al otro está otra máquina que no se para que sirve y un suero que está conectado a mi brazo, inmediatamente se que estoy en una habitación de hospital conectada a una mascarilla de oxígeno.
Respiro un par de veces y me quito la mascarilla, no se que hora es o en que hospital estoy, solo me imagino el problema que voy a tener para explicarle a un doctor lo que me pasó.
Empiezo a quitar todos los aparatos a los que estoy conectada y empiezan a hacer un ruido ensordecedor, trato de sentarme, pero me vuelvo a recostar por el dolor en mi costado, respiro profundo y vuelvo a intentarlo con más cuidado, pero antes de que pueda hacerlo entra un ejército de enfermeras A la habitación y me lo impiden.
—Señorita ¿Qué hace? No sé puede levantar —trato de levantarme de nuevo, pero me siento mareada.
—Y…yo necesito irme —me siento demasiado lenta para mí gusto.
—Bueno, la paciente está causando problemas por lo que veo —bufo con fastidio y lo miro mal.
Felipe se hace el gracioso, pero en realidad no lo es.
—Vete al carajo Felipe —me vuelvo a recostar haciendo una mueca de dolor.
—¿Cómo te sientes? —miro a los lados observando a las enfermeras—. Tranquila, puedes hablar.
—Recapitulando, el dolor de mi costilla es horrible, la cabeza me da vueltas, las extremidades apenas me responden y estoy en un puto hospital ¿Cómo demonios quieres que me sienta? —Felipe se ríe al igual que las enfermeras.
—Te lo pregunto como médico Alissa, pero gracias, me diste un informe muy detallado de como te sientes.
—Estoy ma…mareada —Felipe me mira con curiosidad.
—Mira aquí —coloca su dedo en frente de mi cara y lo mueve para que yo lo siga—. Del 1 al 10 ¿Cuán fuerte es el dolor?
—¿De todo el cuerpo o de mi torso nada más? —me sonríe, pero sin burla o algo parecido.
—De ambos —asiento.
—De todo el cuerpo un 5 y del costado un 7 u 8 —me mira sorprendido.
—Es bastante, deberías estar pidiendo calmantes a gritos —está vez yo sonrió.
—No soy de estar rogando, Felipe.
—Ya veo —termina de revisarme y suspira—. Muy bien, Carla, por favor ponle 5 miligramos más de morfina para el dolor y Ali —está vez me habla a mi—, estás relativamente bien para como estabas anoche.
—¿Qué me pasó? —las enfermeras me colocan la morfina y salen de la habitación.
—Tuviste un shock convulsivo, los golpes fueron demasiado sumándole la reacción tardía de los calmantes que te di te causaron eso, casi entras en paro respiratorio —lo miro confundida.
—¿Cómo que reacción tardía?
—¿De todo lo que dije fue lo que más te preocupo? Si, eso fue gracias a que usted señorita no había comido en más de 24 horas y el calmante que te di era demasiado fuerte.
—Felipe tengo que irme, no puedo estar aquí —me sonríe tratando de calmarme, pero eso conmigo no funciona.
—Tranquila, estás en una clínica privada y yo te estoy atendiendo como doctor. David se encargó de llenar el informe y yo de que mis colegas no hicieran preguntas así que puedes estar relajada —suspiro con pesadez y alivio a la vez.
—Gracias —se encoge de hombros y me da otra sonrisa, pero esta es una que dice “no te preocupes”—. ¿Qué tan graves son los golpes?
—Bueno, hablando de eso… Tienes hematomas por todo el tronco especialmente en la zona abdominal y parte de tu espalda, afortunadamente no tienes ningún órgano comprometido debido a eso, pero te hicimos una radiografía y tienes la séptima costilla del lado frontal izquierdo fisurada, por eso el dolor —cierro los ojos con mucha fuerza.
«Maldita sea Wesley, esta me la vas a pagar»
—¿Cuánto tiempo va a tardar en recuperarse la costilla?
—Ese es un punto importante, Alissa a pesar de que la fisura no fue tan grande si es muy dolorosa y puede agrandarse y ser peor, por eso necesitas tener reposo absoluto.
—¿Cuánto tiempo?
—Mínimo de tres a cuatro semanas para que sea casi por completo, más de un mes para estar completamente recuperada dependiendo de tu organismo.
—Eso es demasiado tiempo, Felipe.
—Lo se, mientras pasa no podrás ir al instituto por lo menos la primera semana ni hacer algo que implique mucho movimiento y sabes a lo que me refiero —como no es la primera vez que necesito los servicios de Felipe y al ser amigo de David sabe perfectamente lo que hago, de hecho también le hace unos trabajos a Viktor sin llegar a involucrarse con el por completo.
Eso no quita el hecho de que si bien no es la primera vez que lo necesito si es la vez que más grave he estado.
—Por el instituto no te preocupes, me suspendieron por tiempo indefinido y en cuanto a eso otro no sé que quieres que te diga, sabes que no depende de mi.
—Lo se y voy a hablar con Viktor con respecto a esto.
—¿Cuándo me darán el alta? —ya estoy ansiosa por salir de aquí.
Afortunadamente hace un momento la morfina empezó a hacer efecto y me siento mejor.
—De dos a cuatro días dependiendo de tu progreso —trato de refutar, pero no me deja—, y eso no está en discusión, te lo digo como médico Alissa.
—Bien —acepto de mala gana—. Ustedes son los que me van a tener que soportar ¿Qué hora es?
—Las once de la mañana, por cierto, afuera están Nana Lina y Jorge… Llegaron muy temprano, pero no tenías permiso de visitas, estuviste toda la noche en terapia intensiva.
—¿De verdad?
—¿Qué esperabas? No es para menos. Bueno, te dejo que tengo a otros pacientes que atender y voy a hacer que Nana Lina y Jorge pasen.
Solo asiento y el sale de la habitación dejándome sola un momento porque luego de cinco minutos entran mi Nana y Jorge, el último hablando por teléfono. Nana cuando me ve corre hasta la camilla a abrazarme con lágrimas en los ojos.
—Oh mi niña, estaba tan preocupada —solloza levemente mientras reparte besos por toda mi cara.
—Lo se Nana, pero ahora estoy bien ¿Si? No te preocupes.
—¿Cómo me pides que no me preocupe mi pequeña? Si mira como te dejaron y terminaste en esta clínica —miro a Jorge que se había mantenido lejos hablando por teléfono acercándose a nosotras—. Ayer no te dije nada, pero mira dónde estás por Dios.
—Lo se Nana, pero no llores que me rompes el corazón que se supone no tengo —limpio con cuidado unas lágrimas que brotan de sus ojos, no se que haría sin esta mujer en mi vida—. Jorge— lo saludo.
—Señorita —me responde igual, pero en su cara noto su disgusto y no es conmigo.
—Por tu cara puedo ver qué esa llamada no te gusto ¿Quién era? —no es que me meta en sus asuntos personales, solo lo pregunto porque se que tiene que ver conmigo y espero que no sea lo que estoy pensando.
—Se le comento al señor Viktor que está aquí —y si era lo que estaba pensando. Le hago una seña para que continúe—. Quería saber porque no le contestaba el teléfono —había olvidado que rompí mi teléfono—, así que justo en este momento...
—Viene para acá —termino por el y asiente dándome la razón.
Jorge solo trabaja para mí, pero sabe perfectamente lo que hago y conoce a Viktor aunque no tiene nada que ver con el o con la organización en general.
—Mi niña… —mi Nana quiere reprochar y se lo que va a decir, pero no le permito terminar.
—Jorge, consígueme un nuevo celular, el mío esta roto y además no sé dónde está, dile a Marck que venga a hacer guardia, a ti te necesito para otras cosas.
Marck es mi otro “guardaespaldas” por así decirlo, Jorge es mi mano derecha y el a su vez es como su mano derecha, es algo complicado, pero necesario. Hablo en serio cuando digo que me cuesta confiar y por eso prefiero tomar precauciones en cuanto a mi seguridad a pesar de no necesitarla.
—Dile que no deje a nadie entrar al menos que yo se lo permita o sea Felipe y tú Nana ve a la casa que no quiero que estés aquí.
—Pero Alissa… —la interrumpo antes de que siga.
—Nana, lo digo en serio, si Viktor viene no quiero que estés aquí.
—Esta bien —suspira resignada—, voy a dejar esta maleta aquí, son unas cosas que creí necesitarías —me dice levantando un bolso de mano.
—Gracias Nana, ahora vete ¿Si? —me da un ligero beso en la frente y sale de la habitación—. Jorge llévala y cuando tengas el teléfono me lo traes por favor.
—Si… —asiente antes de irse.
Luego de unos minutos sola entra una enfermera a revisar mi suero, estoy un poco lenta y pesada lo que supongo es por los calmantes. Le pido a la enfermera que me ayude a levantar un poco la cama para quedar ligeramente sentada y que me pase la pequeña maleta que trajo mi Nana, en ella hay un poco de ropa, algunas cosas de cuidado personal y mi iPad.
Me quedo con ella y aparto la maleta con la ayuda de la enfermera, ya que no tengo nada que hacer reviso mi correo y en el hay varios mensajes aunque ninguno me interesa más que los de Samira, la encargada de la empresa principal de C&A, la multinacional de tecnología y armamento que le pertenecía a mi padre y ahora a mi.
De: Samira Blake.
Para: Alissa Carter.
Asunto: Reporté BME.
Alissa, para mí es un gusto avisarte que el trato con BME se cerró satisfactoriamente.
Aceptaron todas tus condiciones y están dispuestos a ceder en cuanto a las acciones. La firma del contrato formal es la próxima semana en la empresa por si quieres asistir.
De: Alissa Carter.
Para: Samira Blake.
Asunto: Contrato.
Muy bien, antes de que impriman el contrato envíamelo para revisarlo, es probable que no esté el día de la firma.
Como no recibo respuesta cierro el correo y dejo el iPad a un lado, justo en ese momento tocan la puerta. Felipe entra con cara seria y detrás de él entran Viktor y Wesley, no puedo evitar sonreír con ironía mientras Felipe le dice a la enfermera que salga de la habitación.
—Tío Viktor, tardaste demasiado en venir a verme —miro directamente hacia la pared de enfrente sonriendo con ironía.
—Pero que dices pequeña, claro que vendría rápido, estaba muy preocupado por ti —Viktor se sitúa justo en la pared a donde estaba viendo frente a la camilla mientras que Wesley y Felipe se quedan en silencio cerca de la puerta.
—Estabas preocupado por mi ¿Ya no lo estás? —claramente se que no, solo no quiere que uno de sus mejores elementos le falte y no lo digo por creerme mucho ya que si lo soy, de lo contrario no me daría tanta carga.
—No veo porque, te veo bien y seguramente cuando salgas de aquí te voy a ver entrenando en la fábrica.
Suelto una risa nasal y es Felipe el que se me adelanta.
—Eso no va a poder ser señor y lo digo como doctor —Viktor lo mira con claro disgusto.
—¿Por qué? Claro, si se puede saber mi querido doctor.
—Tengo una maldita costilla rota Viktor, destrozada, hecha trizas además de lesiones profundas en el abdomen —dramatizo y lo último no es totalmente falso, las lesiones si son malas, pero no tanto, además Felipe no me contradice—, Y todo por la culpa de este animal que no puede controlar sus ganas de demostrar que puede conmigo —miro a Wesley que se mantiene aún cerca de la puerta con expresión neutra demostrándole todo el odio que le tengo.
—¿Cuánto tiempo va a estar así? —Viktor aparenta tranquilidad, pero para mí que lo conozco se que está empezando a enfurecerse.
—Mínimo de cuatro a seis semanas dependiendo de su organismo para que la costilla se recupere, de lo contrario cualquier movimiento brusco puede empeorar la lesión en la costilla, durante la primera semana el reposo es absoluto y tiene que limitar al máximo sus actividades, después de eso puede empezar con movimientos sencillos y con el tiempo un poco de ejercicio —le dice mirándome a mi.
—Bien, tío Viktor, ya escuchaste ¿No? Puedo trabajar hasta dentro de seis semanas como mínimo, y todo gracias a tus ganas de probar mi maldita resistencia —lo miro mal y el que hasta ahora estaba viendo a Wesley con cara asesina me vuelve a mirar a mí con una sonrisa.
—Bien pequeña, entiendo y no te preocupes, puedes tomarte ese tiempo, prefiero que descanses antes de que algo te pase —me sonríe y no se porque, pero cada vez me desagrada más esa estúpida sonrisa—. En cuanto a Wesley ya podrás desquitarte con el.
—Eso no tienes que recordármelo —me apresuró a decir, miro a Wesley que se apresura a mirar entre Viktor y yo.
—Por ahora te dejo mi querida fénix, a pesar de todo le haces justicia a tu apodo pequeña —empieza a salir de la habitación y cuando pasa al lado de Felipe le da unas palmadas en el hombro—, doctor —se despide y Wesley sale detrás de el.
Suelto un suspiro de alivio, cada vez que Viktor está cerca mi instinto de supervivencia se enciende y el acto de respirar tan profundo hace que me duela la costilla.
—¿Estas bien? —Felipe tiene una auténtica cara de preocupación y está serio lo cual es raro en el.
—No podría estar mejor —puntualizó de manera sarcástica, el solo me da una pequeña sonrisa que no llega a sus ojos.
—Te dejo para que descanses, en un rato traerán tu almuerzo.
—La verdad no tengo hambre.
—Alissa, tienes dos días sin comer…
—Lo se, pero simplemente no…
—Alissa, te lo estoy diciendo en serio, no estás delgada, pero a mí parecer lo que tienes es masa muscular, tu alimentación está muy por debajo de lo normal. Tienes que comer, necesitas comer y más con los medicamentos que te estamos suministrando —su cara me demuestra lo serio que es lo que está diciendo.
—Bien, pero no quiero esa horrible comida del hospital.
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Fénix "INCENDIO 1" (Borrador En Edición)
Action¿Que pasa cuando algo o mejor dicho alguien destruye tu vida y tú futuro? ¿Que ocurre cuando te destruyen en mil pedazos y te dejan roto para que nunca te puedas reparar? Todos los días pasan cosas horribles a personas que no lo merecen, cosas que l...