Capitulo 33

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Llegamos a la casa y al pasar por las rejas de la entrada no me pasa desapercibida la cara de Dereck, es casi como si estuviera viendo algo que perdió hace mucho tiempo y hubiera extrañado demasiado así como también parece estar recordando cosas que parecía haber olvidado.

Cuando estaciono frente a la casa veo a Jorge y Marc bajando las escaleras de la entrada de manera relajada.
Bajo de inmediato quedando frente a mi mano derecha.

—Señorita... —me saluda y en ese momento Dereck baja del auto.

—Hola Jorge —le tiro las llaves y las atrapa en el aire—. El es Dereck, va a estar con nosotras toda la tarde.

—Un gusto... —Jorge le tiende la mano mientras lo examina de arriba abajo con la mirada.

El chico parece no inmutarse y le da una sonrisa amplia al hombre cuando al fin le suelta la mano.

—El gusto es mío —Jorge asiente y regresa su atención a mi.

—Su prima y la señorita Hannah están en la sala de cine esperándola y Lina está en la sala leyendo, me pidió que le dijera que la fuera a ver ya que no lo ha hecho en varios días —asiento y terminó de sacar las bolsas de comida de la parte trasera del auto con ayuda de Dereck.

—¿Nana Lina aún está aquí? —pregunta Dereck sorprendido y un poco emocionado.

—Si —respondo alargando la i mientras me quita las bolsas que tome—. Puedo cargarlas.

—Lo se, pero yo las voy a llevar... No pensé que aún necesitarás que te cuidarán —comenta con diversión y giro los ojos empezando a caminar escaleras arriba con el detrás de mi.

—No necesito que me cuiden, por si no lo sabes estoy emancipada desde los 15

—Si lo sé, todos saben eso —entramos y voy directamente a la sala encontrándome con mi Nana en uno de los sofás.

Cuando nos escucha llegar levanta la mirada del libro entre sus manos y su atención va inmediatamente a la persona que quedó a mi lado ignorándome por completo.

—¡Mi niño! —se levanta del sofá como si estuviera caliente al mismo tiempo que grita emocionada y antes de que cualquiera pueda reaccionar se lanza sobre Dereck abrazándolo.

El rubio le corresponde el abrazo con la misma efusividad e incluso la levanto un poco.

—¡Nana! Que bueno es volver a verte, pero no pensé que me fueras a reconocer —nana se pesará un poco de el y toma sus mejillas atrayéndolo hacia ella y llenando su cara de besos.

—¿Como no voy a reconocer a mi niño consentido? —se separa de el y lo mira con ilusión y orgullo—. ¡Dios! Cómo has crecido cielo.

—Tal vez un poco.

—¿Un poco pequeño revoltoso? Estás enorme, ¿Que ha pasado contigo? ¿Cómo estás en los estudios? ¿Porque no me habías venido a visitar? Eres un desconsiderado.

—Lo siento Nana, debí haberte buscado.

—Ya no importa cielo, ¡Dios estás aquí y eso es increíble! ¿Quieres que te prepare algo? Oh, le di un cambio a la receta de las galletas de canela que tanto de gustaban y estoy segura que...

—Aun sigo aquí ¿Saben? —digo apoyándome en uno de los reposabrazos de un sofá individual.

—Si cariño, lo sé —hace un gesto de desdén con la mano sin apartar la vista de Dereck y este se ríe guiñándome un ojo y abrazando a Nana por los hombros con un solo brazo.

—Sabes que siempre fui su favorito ratón.

—Eso es mentira, a mi me leía los cuentos que quería siempre.

—Y a mi me cocinaba lo que le pedía.

—A mi también tarado.

—Porque siempre estábamos juntos torpe.

—Pero a mi me quiere más.

—Eso no es cierto ¿Verdad Nana?.

—Dile que me quieres más a mi Nana.

—No, a mí.

—A mi.

—A...

—¡Los amo a los dos muchachitos malcriados! —nos grita deteniendo nuestra estúpida pelea, pero no parece molesta o irritada, más bien emocionada y feliz, tanto que incluso se le escapan un par de lágrimas—. No tienen idea de cuánto extrañaba esto, a si me saquen de quicio par de sinvergüenzas —sin poder evitarlo camino hacia ella y la abrazo sintiendo algo dentro de mi que hace mucho tiempo no sentía.

Cómo cada vez que Dereck y yo competíamos por su atención, o por quien era su favorito, o cuando la hacíamos corretear por toda la casa por nuestras constantes travesuras, pero al final terminaba llenándonos de besos y dulces sin dejar de decir lo consentidos que éramos o lo mucho que nos amaba.

A los pocos segundos Dereck se une a nosotras y no siento el contacto forzado como creería que pasaría así como no lo sentí forzado o incómodo cuando me pidió el abrazo en el parque o cuando lo abrase en los vestuarios del instituto.

—¡Alissa Yelena Carter, explícame porque...! —se escucha la voz de mi prima, pero detiene su oración a la mitad.

Supongo que al ver la escena.

Nos separamos de inmediato y Nana se seca las lágrimas con las manos mientras sonríe, Dereck pone una expresión incómoda y yo llevo mi atención a las dos chicas que acaban de entrar a la sala.

Laura mira de Dereck a mi tratando de buscar una explicación lógica para la escena que presenció y Hannah parece estar en modo "Reiniciando Windows" con la boca abierta y los ojos desorbitados.

Ambas están con camisetas holgadas, shorts cortos, pantuflas chistosas y cabellos despeinados, yo estaría igual si hubiera llegado más temprano ya que esas son nuestras fachas para una tarde/noche relajada.

La habitación se queda en completo silencio por lo que parece una eternidad y soy yo la que lo rompe.

—Dereck nos vino a acompañar chicas...

—Hola Laura, hola Hannah —saluda el chico y el tono tímido me sorprende porque no lo escuchaba así desde hace mucho tiempo.

—Hola —responde Hannah aún sin poder procesarlo.

—Si, hola —la sigue Lau, pero un poco más recelosa mirando la situación con desconfianza—. Perdón por sonar grosera, pero ¿Que haces aquí? —me sorprende el tono que usa porque si fue muy grosero y ella nunca es así.

—Yo...

—Ya dije que nos viene acompañar, va a pasar la tarde con nosotras.

—¿Porque? No tiene nada más interesante que hacer como por ejemplo... No sé, estar con su novia, ir a una fiesta o molestar a alguien —okay, ¿Donde está mi prima y que hicieron con ella?

Se porque actúa así, pero no deja de ser desconcertante.

—Si les molesta que este aquí no tengo problema en irme —murmura Dereck un poco apenado.

—Más que molestarme me desconcierta bastante —acepta mi prima.

—Si, eso —balbucea Hannah y por mucho que quiera intervenir no lo hago porque mi prima tiene razón en comportarse como lo está haciendo.

Ha aguantado burlas, escenas desagradables y muchas más situaciones en las que el ha estado involucrado así que no la puedo obligar a estar con alguien con quién no se siente cómoda, por eso voy a dejar que el lo resuelva y espero que no lo arruine.

—Entiendo tu desconcierto Laura y de antemano te pido una disculpa por tantos años de cosas desagradables, se que no puedo exigirte que convivas conmigo o borrar lo que he hecho, pero te juro que no estoy aquí por algo malo o por hacerlas sentir mal a ninguna —su rostro refleja aflicción y el que mi prima lo mire con desconfianza no ayuda.

—No sé si creerte.

—¿Crees que si así fuera Alissa me hubiera traído? —le pregunta sin apartar la mirada de sus ojos

—Buen punto... —Lau suelta un suspiro cansado, pero asiente después de unos segundos—. Esta bien, no me molesta que estés aquí y además no es como si la casa fuera mía para echarte —Laura camina hacia el y toma las bolsas de comida que estaban a su lado en el piso para después dar la vuelta y caminar en dirección al pasillo—. Los espero en la sala de cine —dice sin girarse y desaparece en dirección a la habitación que mención.

—Lo siento —murmura Dereck hacia mi.

—No te disculpes, tampoco es como si esperara que te recibiera con un abrazo saltando de alegría.

—Lo se —susurra bajando la cabeza y bufando por lo bajo—. Supongo que este es el precio del haberme adaptado mal —sonríe de manera triste y yo asiento.

—Si, por lo menos una parte del precio.

—Yo voy a prepararles unas meriendas —avisa nana y sale de la sala después de darle un gran abrazo a Dereck y decirle que no se preocupe.

—Ok, ¿Que demonios está pasando? —dice Hannah después de unos segundos por fin saliendo de su sorpresa.

—¿A qué te refieres? —pregunto con diversión haciéndome la desentendida y Dereck se ríe.

—¿En serio Alissa? ¡¿En serio?!...

Se altera y se que no es porque Dereck está aquí sino por el hecho de que no entiende la situación.

—Oye Dereck, no tengo nada contra ti, lo digo en serio porque no me has hecho nada, pero... ¡¿Que haces aquí?! O sea ¿Te diste cuenta de dónde estás? Porque si no es así, chico estás en la casa equivocada y ¿Cómo diablos es que estabas abrazando a Alissa? La misma que rechaza los contactos físicos, la que siempre tiene cara de culo, la... ¿Alguien puede simplemente explicarme? ¿No sé supone que se odiaban?

La compadezco porque parece que le va a dar un corto circuito, pero al mismo tiempo me dan ganas de reírme y así lo hago.

—No lo odio Hannah, simplemente estaba molesta con el por ser tan idiota —le explico mirando al rubio a mi lado con una sonrisa que me devuelve.

—Y yo tampoco la odio, solo pensé que la había perdido. Nunca podría odiar a mi ratón —me guiña un ojo y yo bufo con diversión.

—Bien, la gente se volvió loca y no avisaron... —Hannah se da la vuelta y sale de la habitación como si le hubieran metido un petardo en el trasero—. ¡Laura, hay que llamar al psiquiátrico, necesitamos internar a Alissa! —grita en el pasillo y tanto Dereck como yo empezamos a reír, pero el se detiene.

—No quiero que esto sea incómodo —murmura mordiendo su labio con nerviosismo.

—Es imposible que no sea así, por lo menos al principio y especialmente con Laura. No puedes esperar que te acepten sin más, de hecho me sorprende que yo aún no te haya pateado las pelotas por ser tan hijo de puta.

Lo tomo de la mano sin dejar de sonreír y lo guio fuera de la sala empezando a caminar hacia la sala de cine.

—Esto es... Sorprendente, está casa no ha cambiado en nada desde la última vez que estuve aquí.

—He tratado de hacer que todo se mantenga tal cual como a ellos le gustaba aunque en realidad con eso Nana me ayuda ya que hay muchas cosas que no recuerdo —me detengo en el pasillo donde hay una pared llena de fotografías y un estante con varios jarrones antiguos.

—¿Cómo que no lo recuerdas? Tu memoria siempre fue muy buena.

—Y lo sigue siendo solo que... Hay algunas cosas que olvide o... Bloquee, aún no estoy segura —me detengo en una fotografía dónde estoy con mis padres en la piscina.

En ella mamá besa mi mejilla y papá nos abraza desde atrás mirándonos con una gran sonrisa. Cada vez que pasaba por este pasillo las ignoraba por completo, pero ahora que las estoy viendo mi pecho se calienta con anhelo.

—Ey mira —Dereck me señala una fotografía en la pared con una sonrisa, somos nosotros cuando cumplí nueve—. Ese día te molestaste porque tus padres invitaron a todo el salón de clases a tu fiesta y te escondiste, todos te buscaron durante una hora y yo fui el único que te encontró. A nadie se le ocurrió que estuvieras metida en los estantes de la alacena —empiezo a reír al acordarme de porque estamos como estamos en la foto.

Me enojo tanto que mis padres invitaran a personas que yo no quería que termine metida en la alacena y cuando Dereck me pudo encontrar se escondió conmigo, pero iniciamos una pelea por algo estúpido lo cual no recuerdo e hicimos que varios paquetes de harina se nos cayeran encima haciendo que una nube de polvo blanco nos envolviera y causando que nos encontrarán.

Mi madre no pudo hacer más que reírse y tomarnos una foto mientras Dereck me abrazaba porque me puse a llorar.

—Te veías toda tierna cubierta de harina y llorando.

—No me pueden culpar, esas personas no me agradaban y el que mi ropa se arruinara por la harina solo empeoró mi estado —empieza a reír y yo también lo hago.

—¿Estamos bien? Quiero decir ¿Todo está bien entre nosotros? ¿Podemos hacer como si nada hubiera pasado y volver a ser mejores amigos? —pregunta poniéndose serio y yo mantengo la mirada fija en la fotografía.

—Ninguno de los dos estamos bien Dereck y nuestra amistad pues... No lo sé, no es como si todo fuera tan fácil para decir lo pasado pisado, pero tampoco es como que quiera seguir como hemos estado los últimos años y no, definitivamente no podemos hacer como si nada hubiera pasado.

—¿Crees siquiera que algo vuelva a ser como antes algún día?

—No, nada puede o va a volver a ser como antes —aseguro con convicción.

—¿Por...?

—Porque ya no somos niños Dereck... —lo interrumpo está vez volteando a mirarlo y sus ojos están ligeramente cristalizados—. Ya no tenemos nueve años, ya no estamos en primaria y créeme que los años no pasan en vano así como las acciones dejan secuelas. Cada acción tiene una consecuencia y cada error un castigo.

Repito lo que llevan años inculcando en mi cabeza, aunque me desagrade la frase tiene mucha razón y sentido.

—Nosotros, especialmente yo, hemos cometido muchos errores y las consecuencias de nuestros actos no son ni van a ser sencillas. Lo importante aquí es: ¿Estamos dispuestos a dar todo de nosotros y enfrentar esas consecuencias, esos castigos? —le hago una pregunta que en realidad no necesita respuesta, al menos no de mi parte.

Yo estoy dispuesta, pero conociéndolo como creo que lo conozco a pesar de los años no sé si el pueda, quiero creer fielmente que si, pero todo está en si quiere hacerlo.

—¡¿Van a venir o no?! —escuchamos a Laura gritar desde la sala de cine y niego poniendo los ojos en blanco antes de empezar a caminar nuevamente.

La sala de cine es una habitación adaptada para ver películas y series, pantalla gigante, sistema de sonido de última generación y grandes sofás individuales con cojines dónde fácilmente podrían caber dos personas.

Cuando entramos las chicas ya están frente a la pantalla sentadas en posición de indio con las cajas de comida dispersadas por todo el piso.

Caminamos directo a dónde están y me siento al lado de Hannah tomando una de las cajas con arroz, Dereck duda, pero finalmente se sienta al lado de Laura de manera tensa.

—Bien, según lo que me explico Laura ustedes eran amigos inseparables y... —deja la frase al aire esperando una explicación.

—Cuando paso lo de los padres de Alissa ella se aisló, éramos niños y tampoco era como si tuviéramos mucho control sobre nosotros mismos, después de eso me enteré de que se fue del país y finalmente perdimos todo contacto.

—¿Porque?

—Porque yo nunca lo busque y el no tenía como hacerlo Hannah —sigo comiendo lo que había llevado a mi boca.

No sabía que tenía tanta hambre.

—Pero como...

—Cuando Alissa se fue al internado no quiso hablar con nadie y mucho menos volver en 5 años —habla Laura está vez.

Eso no es totalmente cierto, si quería escribirles a un par de personas, pero no se me permitía tener ese tipo de contacto con nadie, aunque es mejor que siga creyendo lo que ya cree.

—Ya va... Déjenme ver si entendí, no hablaste, escribiste o tuviste contacto con nadie de aquí en el tiempo que estuviste en ese internado.

—Si.

—Y tampoco viniste ni una sola vez en ese tiempo.

—Exacto.

—¿Porque?

—Porque no quise.

—¿Por...?

—Porque no, Hannah —respondo cortante—. ¿Podemos ya cambiar el tema?

—Bueno, el punto al que quiero llegar es al porque de la razón de que el chico más popular de la escuela está aquí si se habían distanciado y si claramente tu odias a ese tipo de personas... —termina por decir con obviedad.

—Eso no es lo importante... —miro a Dereck y el me devuelve la mirada como si me estuviera agradeciendo el hecho de no dar explicaciones—. Lo que importa aquí es que si se atreve a jugar sucio me voy a encargar de que se arrepienta por el resto de su vida la cual voy hacer muy, pero muy miserable —advierto hacia el rubio lo más seria que puedo y el me da una sonrisa un poco sosa.

—Gracias por la advertencia, tan linda como siempre ratón.

—De nada leoncito.

—Oh, ya están con los apodos—murmura Laura con cierto tono de molestia que me hace mirarla con suspicacia, pero evade mi mirada.

—Esperen... —Hannah se empieza a reír y se toma el estómago—. ¿Ratón? ¿Leoncito? ¿Que mierda es eso?

—Son estúpidos apodos que nos pusimos cuando éramos niños —me encojo de hombros restándole importancia mientras meto un rollito primavera en mi boca.

—¿Y que significan?

—Yo le decía ratón porque siempre ha sido más pequeña que yo a pesar de tener la misma edad, pero cuando era niña era mucho más tierna, menuda y escurridiza.

—Y yo leoncito por su apellido y porque además de eso tenía una melena rubia que casi siempre estaba despeinada... Y que tenía una extraña fijación por el animal claro.

—Aww, eso es tierno —pone puchero y nosotros reímos.

—Oye Laura... —Dereck llama la atención de mi prima—. Me gusta tu camiseta —suelta el chico sorprendiéndonos a todas sobre todo porque lo dijo con verdadera fascinación como si la camisa fuera lo más genial del mundo.

Laura baja la vista a su camisa, es azul marino con un estampado en el frente con letras negras que dice "FUTBOL IS LEYEND" y una pelota del deporte envuelta en llamas, cuando levanta la mirada está sonrojada y sonríe con pena tratando de cubrirse con la manta en sus piernas mientras intenta recoger algunos mechones de su cabello que se soltaron del moño mal hecho.

—Gra-gracias, es una edición especial de... —empieza la oración tartamudeando, pero antes de que la complete Dereck lo hace por ella.

—Los Celltruks, lo sé... Son mi equipo favorito y tengo una igual —ambos sonríen abiertamente y yo miro la escena confundida.

—También son mi equipo favorito —Comparto una mirada con Hannah como diciendo ¿De que demonios habla? Y parece entenderme porque se encoje se hombros—. ¿Viste el último juego? El touchdown que anoto el mariscal de campo fue legendario.

—Si, claro que lo vi... Fue uno de sus mejores juegos de la temporada, pero para mí todo fue un trabajo entre el mariscal y el delantero.

—¡Oh Dios, lo sé! —Laura parece genuinamente emocionada y eso me confunde—. Pero el defensor principal fue uno de los que más se lució y...

—¿Que pasa aquí? —pregunto divertida y confundida a la vez.

—Si, eso.

—Los Celltruks son el equipo de fútbol de la universidad de Washington y son unos de los mejores del país... —explica Dereck—. Hace poco tuvieron un juego que estuvo increíble, pero... No pensé que te gustará el fútbol Laura.

—Me encanta.

—¿En serio? —preguntamos Hannah y yo al mismo tiempo.

—Si —responde apenada.

—¿Porque nunca nos lo dijiste? —esta vez pregunto solo yo.

—Porque a ustedes no les gusta —asiento dándole la razón, pero sintiéndome mal por no saber eso de mi prima.

—Buen punto, pero hubiera sido lindo que lo mencionaras —habla Hannah engullendo camarones y Laura asiente.

—¿Y porque nunca vas a alguno de nuestros partidos si te gusta tanto? —le pregunta está vez Dereck.

—Porque no tengo con quien ir, a los partidos solo asisten personas que insisten en molestarme, y ah... Mi hermana tal vez y solo tal vez me prohibió que me acercara al campo cuando ustedes están en el bien sea en juegos o en las prácticas —todos la miramos con cara de ¿What a fock? Y ella se sonroja aún más bajando la cara.

—¿Quien se cree esa perra? —exclama Hannah horrorizada.

—Lo siento Laura —Dereck la mira apenado y rápidamente pasa a enojado—, pero Kathia no tiene el derecho de hacer eso, ella no controla el campo, ni a nosotros, ni la escuela, ni el maldito mundo —habla molesto, pero sin levantar la voz.

—Exacto... —lo secundo calmada y analizando la situación. Como que tengo ganas de hacer enojar a mi prima y es que si no quiere a Laura cerca de los jugadores es por algo—. Y por eso mismo mañana vamos a asistir a la práctica —todos me miran sorprendidos.

—Pero tu odias el fútbol —susurra Hannah hacia mi, pero obviamente todos la escuchan.

—No, odio a las porristas y a las personas que lo juegan en el instituto... —miro a Dereck—. Bien, no a todos, pero el deporte me da igual ¿Crees que el entrenador ponga algún problema en que estemos ahí leoncito?

—Para nada, de hecho se nos permite llevar invitados al campo cuando queramos mientras eso no nos desconcentre.

—Perfecto entonces....

—No, esperen un momento —me interrumpe Laura saliendo de su shock por un momento—. No puedo hacer eso.

—¿Porque no? —Dereck no parece feliz, incluso se veía emocionado por la idea de que fuéramos antes de que mi prima dijera que no.

—¿No escucharon? Kathia me lo prohibió.

—Kathia no puede mandarte.

—Ustedes no entienden —bufa frustrada—. Conocen lo molesta que es fuera de casa, pero no viven con ella, no tienen idea de la pesadilla andante que es —comenta frustrada.

—¿Tanto miedo le tienes? —Dereck se frustra aún más.

—No es miedo es...

—Vamos a ir Laura, porque siempre hacemos lo que a alguna de nosotras dos nos gusta y toca hacer algo que a ti te gusta, pero sobre todo porque Kathia me la suda.

—Vallan Laura, por favor —le suplica en rubio mirándola con decisión y ella voltea a verme a mi.

—Pero tu odias a la mayoría de los que van a estar ahí primis.

—Te amo más a ti —respondo con simplicidad encogiéndome de hombros y se emociona, pero niega concentrándose.

No suelo decir esas palabras nunca.

—Eso va a ser un enfrentamiento seguro.

—¿Y que con eso? Tal vez alguien termine en el hospital de nuevo y no voy a ser yo... Y tú menos, créeme, pero que más da —aseguro y nos mira dudando, pero finalmente asiente.

—Esta bien, vamos.

—Igual no tenías elección.

(...)

Nos reímos por un comentario que hace Hannah mientras se lleva parte de su desayuno a la boca.

Después de todo ayer terminamos viendo un maratón de películas de horror las cuales Laura odia y sus constantes gritos fueron nuestro motivo de diversión durante toda la noche hasta que llegó la hora de dormir y tuvimos que aguantar sus quejas hasta las cuatro de la mañana porque no podía dormir al ver sombras por todos lados.

Dereck se fue a eso de la una de la madrugada, pero nosotras tuvimos que soportar a mi prima, razón por la cual ahora las tres tenemos ojeras al no haber dormido más de tres horas... Claro que dichas ojeras están cubiertas por una módica capa de maquillaje y corrector.

Aunque el maquillaje no cubre el sueño que nos cargamos.

Las tres dejamos de reír cuando un cuerpo pesado se sienta en la silla libre a mi lado y no por quien es sino por la expresión que tiene.

Dereck está serio, mirando al frente y con una expresión de sorpresa que no le cabe en la cara, pareciera que simplemente se hubiera sentado aquí por mera inercia y el que no hable por un par de minutos es sinceramente inquietante.

Eso y las miradas y murmullos que no se hacen esperar en toda la cafetería.

—Dereck... —lo llamo, pero parece no haberme escuchado porque no mueve ni un músculo ¿Siquiera está respirando?—. Dereck... —lo vuelvo a llamar, pero nada así que toco su hombro con la esperanza de que reaccione, aún así no lo hace.

Volteo a ver a las chicas y ambas me dan una mirada de extrañeza demostrando que están igual de desconcertadas que yo.

—¡Dereck! —gritamos las tres al mismo tiempo y finalmente reacciona pestañeando de manera exagerada y arqueando ligeramente los labios en una sonrisa de incredulidad.

—Lo hice —murmura aún sin mirar hacia un lugar en específico y como si no se lo creyera.

—¿Lo hiciste? ¿Que hiciste? —pregunto confundida.

—Lo hice —su sonrisa se ensancha y nuestro desconcierto crece aún mas.

—¿Que hiciste Dereck? —pregunta Hannah.

—Ya me estoy asustando —comenta Laura apartando la bandeja de su desayuno.

—Si lo hice, al fin lo hice —vuelve a decir está vez riendo abiertamente así que tomo su rostro y hago que me mire, cuando lo hace tiene un brillo de emoción en los ojos.

—¿Que hiciste leoncito?

—Termine con ella ratón, lo hice... —antes de que pueda reaccionar me da un beso en cada mejilla y me atrae hacia el abrazándome lo que hace que me tense inmediatamente—. Al fin termine con Kathia —cuando escucho eso me relajo y una sonrisa se asoma en mis labios sobre todo por lo aliviado que se escucha en el.

—Estoy feliz por ti leoncito —lo felicito porque se que para el esto es un logro y el que esté tan feliz lo demuestra.

Nos separamos y mira a las chicas con la sonrisa más grande que le he visto desde... No recuerdo la última vez que lo vi sonreír así.

—Termine con Kathia chicas —el rostro de las dos se deforma, primero en asombro y luego con una sonrisa de incredulidad.

—¿Y por eso estás tan feliz? —Hannah lo mira confundida y Laura aún no parece creerlo.

—¡Si! ¡Dios esto se siente tan bien! Tenía meses queriendo hacerlo.

—¿Y porque no lo habías hecho?

—Creo que porque necesitaba un empujón y ayer me lo dieron —responde mirándome.

—Felicidades por eso entonces —Hannah brinda por el con su gaseosa.

—¿Y como lo tomo? —es lo que sale de la boca de Laura cuando por fin puede hablar.

—Nada bien —Dereck hace una mueca—. De hecho me amenazó, me cacheteo y luego hizo una pataleta.

—¿Y que hiciste? —pregunto está vez yo.

La situación me divierte bastante, Kathia es el tipo de persona a la que le gusta que el mundo gire a su alrededor y tener el control de todo.

Cuando no es así suele descontrolarse y aunque me arda admitirlo eso es peligroso.

—La deje con su berrinche en medio del pasillo.

—Eso fue un golpe seguro a su ego.

—Y te juro por Dios que no me importa, al fin soy libre —cruza las manos por detrás de su cabeza y mira al techo—. Que bien se siente —suspira dramáticamente y todos reímos.

—Hola señoritas —la llegada del niño bonito nos hace dejar de reírnos y ruedo los ojos, pero aún así mantengo la sonrisa al igual que los demás—. Amigo... —saluda a Dereck y chocan los 5 mientras el pelinegro se sienta con expresión confundida.

—Hola Matthew —le devuelve el saludo con una gran sonrisa y las chicas lo hacen igual.

—¿Tu no me saludas Alissa? —me mira con esa sonrisa que tanto odio, pero que hoy...

«¿Que mierda acabo de pensar?»

—No —respondo cortante, pero el se encoje de hombros y vuelve la atención a los demás.

—No me lo tomen a mal, pero... ¿Dereck que haces aquí?

—¿Te molesta hermano? —el chico a mi lado lo mira mal y el niega.

—No, todo lo contrario a eso, me agrada verte aquí y más si parecen tan felices, pero me confunde en igual medida.

—Así nos sentimos nosotras ayer, o por lo menos yo... La parte de confundida sobre todo —comenta Hannah bebiendo de su soda y Matt la mira aún más confundido.

—Digamos que estoy tratando de volver al lado de las personas correctas —murmura Dereck mirándome por una fracción de segundo.

—Sigo sin entender.

—No necesitas hacerlo.

—Alissa no empieces —me mira con los ojos entornados.

—¿Y que si lo hago?

—Yo...

—Por favor no peleen, hemos estado tranquilos desde ayer y quiero que siga así —pide Laura y yo me encojo de hombros comiéndome una fresa de mi ensalada de frutas.

—Bien —accede Matt—. Oye Dereck, tu novia estaba como histérica, más de lo normal, —se corrige—, en medio del pasillo lanzando maldiciones a todo el mundo.

—Querrás decir mi ex novia —lo corrige Dereck y la cara de asombro del niño bonito me da risa, pero me mantengo sería.

—¿En serio? —el rubio le asiente y tanto el como Matt chocan las palmas de nuevo y se dan un abrazo fraternal—. Felicidades amigo, perdón por decirlo, pero esa chica es una bruja y me alegra que te pudieras librar de ella —se separan y el niño bonito nos mira a nosotras—. Sin ofender chicas, se que son familia pero...

—A mi no me ofendes —respondo con simplicidad.

—A mi tampoco Matt, créeme —Laura le sonríe.

—Y en otras noticias... Invite a las chicas a la práctica de hoy —nos señala y el niño bonito nos mira con sorpresa.

—¿Y van a ir?

—Si pelinegro, nos van a tener animándolos desde las gradas —Hannah le guiña un ojo.

—Si claro, también nos vamos a poner los uniformes de las porristas, nos vamos hacer coletas y vamos a mover los pompones haciéndoles porras —exclamó con ironía mientras ruedo los ojos y todos empiezan a reír.

—El hecho es que van a estar ahí y después de eso podemos ir a una cafetería muy buena cerca de aquí a celebrar.

—Me parece increíble, el hecho de que te libras de la bruja merece ser celebrado —comenta Matt dándole unas palmaditas en el hombro.

—No canten victoria aún que la bruja no se derritió con el agua —murmura Hannah con fastidio y todos menos Laura quien mira detrás de nosotros la miramos confundidos—. Mejor volteen.

Matt, Dereck y yo estamos de espaldas a la entrada principal de la cafetería y cuando nos volteamos vemos a una muy enojada y en efecto, histérica Kathia caminando hacia nuestra mesa la cual está un poco alejada de dónde entro.

—Afronta las consecuencias de tus actos leoncito —le digo mientras meto otro pedazo de fruta a mi boca y rogando porque no me de indigestión debido a la escena que seguro va a montar mi prima loca.

Llega antes de que Dereck me pueda responder y se planta frente a nosotros con ínfulas de superioridad que no le quedan para nada bien.

Nos mira con odio a todos, pero su vista se queda unos segundos más en mi y en su ahora ex novio que en los demás.

—Ya veo que me estás ahorrando trabajo en destruirte sentándote con las marginadas —le dice a Dereck quien la mira con aburrimiento—. Matt, vámonos de aquí —trata de tomar al niño bonito, pero este se aparta rápidamente y la mira mal.

—Quieta loca, no voy a ir a ninguna parte contigo —se me escapa una risa que trato de contener y me gano su mirada de odio profundo.

Siempre me mira mal, pero está vez se superó a si misma.

Nos vuelve a mirar a todos y su atención se vuelve a posar en Dereck está vez un poco más pasiva, casi desesperada y ahí está el punto.

La abeja reina necesita un reí digno y al no tenerlo se pone a la defensiva queriendo atacar cuando se ve vulnerable.

—Dereck, te voy a dar una oportunidad más bebé, vamos a olvidar está desagradable situación y vamos a ir a nuestra mesa a demostrarles a todos lo mucho que nos queremos —la mirada de Dereck pasa de asombrada a molesta para luego terminar en divertida.

—¿Lo mucho que nos queremos? Por favor Kathia...

Se levanta de la silla enfrentándola serio y su rostro más lo grande que se ve frente a ella hace que se encoja en su puesto como niña frente a su papá cuando la está regañando por alguna travesura sería.

—Me prometí a mi mismo que ya no iba hacer esto otra vez —habla un poco dolido—, pero ya que tú me enseñaste a ser así creo que mereces una cucharada de tu propia medicina —a este punto la atención de todos está sobre ellos y la cara de Dereck demuestra que no va a ser nada bonito lo que va a decir—. Eres tan patética.

La cara de mi prima se deforma en sorpresa y todos sueltan una exclamación de asombro menos los de esta mesa y yo que me acomodo en mi lugar sintiendo una diversión y satisfacción enorme por la situación.

Soy mala, lo se.

—¿Cómo te atreves a...? —intenta hablar, pero la calla de inmediato.

—¡Te callas!...

Su grito truena en todo el lugar y la hace cerrar la boca más rápido de lo que la abrió, Dereck está sacando el temperamento que tiene oculto.

—Te callas y me escuchas Kathia porque te mereces esto y mucho más, estoy cansado de tus berrinches, burlas, críticas e ínfulas de superioridad, estoy cansado de escucharte, de verte y de siquiera saber que respiras el mismo aire que yo, eres una maldita bruja a la que solo le importa el beneficio propio y las apariencias, estoy arto de ti,. No vales la pena como prima, como hermana, como amiga, como novia y mucho menos como mujer porque ni siquiera te das a respetar, deberías gastar más energía en mejórate como persona y menos en pensar como hacerle la vida imposible a las personas a tu alrededor y ¿Sabes que? No necesito que me des una oportunidad de mierda porque sencillamente ¡No. Quiero. Estar. Contigo! ¡No te soporto, no te aguanto y ya me cansé! ¿Así o más claro?

El lugar se quedó en completo silencio y es que todo lo dijo tan alto que dudo que alguien no lo haya escuchado.

Efectivamente, le dio una cucharada de su propia medicina humillándola frente a sus subordinados y yo no podría estar más feliz, tanto que una risa corta se me escapa, luego otra y otra para finalmente terminar riendo con la atención de muchos sobre mi sin opacar lo que acaba de pasar.

—Maldita rata... —exclama con los dientes apretados mirándome con irá pura saliéndole por los poros y con los ojos cristalizados.

—Malévolo cucarachón se nos puso sentimental —comento al aire con diversión y trata de irse encima de mi, pero Dereck la detiene.

—¡Esto es tu culpa! ¡Tu le dijiste lo de Nelson! —ruedo los ojos y la miro con aburrimiento aunque con clara diversión.

—¿Porque decirle algo que ya sabía perfectamente corazón? —trata de tirarse nuevamente, pero Dereck termina empujándola de manera brusca sin llegar a lastimarla.

—¡Ya basta! Escúchame bien Kathia ¡Escúchenme bien todos! —pide molesto—. Ya basta de creerse unos mejores que otros, aquí, con todos presentes quiero pedirle una disculpa a todos los que alguna vez fueron molestados, humillados o denigrados por mi, se que eso no borra las cosas que hice o dije y tampoco puedo hablar por los demás, pero de verdad lamento haberlos hecho sentir mal en algún momento, ódienme si quieren, dejen de hablarme —habla hacia sus supuestos amigos quienes están más cerca que los demás observando todo—, pero ya no pienso seguir pasando por encima de las personas, la reina cayó y cuando la reina cae el juego se acaba —mira a Kathia y no me atrevería a decir que hay odio en su mirada, pero si resentimiento—. Jaque mate gatita —murmura solo para ella.

—Esto me lo van a pagar ¡Les juro que me lo van a pagar! Especialmente tu maldita perra —amenaza.

Ya parece villana de telenovela mexicana.

—Uy mira como tiemblo —hago falso gesto de miedo y las risas estallan.

Ruedo los ojos por lo estúpidos que son todos, pero finalmente termino disfrutando ver salir a Kathia con el rabo entre las piernas.

¿Lastima? ¿Pena? No, satisfacción, siento mucha satisfacción porque si alguien se merece que la bajen de la nube es ella y el que lo hiciera Dereck me hace sentir como una mamá osa orgullosa.

—¿No crees que fuiste un poco...? Cruel —pregunta Laura cuando Dereck se sienta.

—¿Cruel? Lau, se lo merece y eso no fue nada comparado a como ella trata a las personas y tú eres testigo propia de eso.

—Lo se Ali, pero sigue siendo su exnovia.

—Y gracias a Dios que ya no está con ella.

—Y también sigue siendo mi hermana y tú prima Alissa.

—Lastima que no existe el divorcio familiar —comento comiendo lo último de mi plato y la noto un poco molesta.

—El punto es que eso fue malo, pero como a ti no te importan los sentimientos de los demás —habla claro y mirándome de manera molesta lejos de enfadarme o hacerme sentir mal me divierte.

—Te equivocas primis —apoyo mis codos en la mesa dejando todo mi peso hacia el frente—. Me importan los sentimientos de las personas que me importan, por lo menos la mayoría del tiempo, los de los demás se pueden ir por un caño y sinceramente todos tenemos un poco de maldad dentro de nosotros, eso es lo que le da interés a la vida —estiro mi mano hacia su bandeja y tomo el panecillo en ella metiéndomelo a la boca y volviendo a mi lugar.

—Y tu sabes mucho sobre maldad ¿Cierto Alissa? —el comentario de Matt me hace mirarlo e inmediatamente se de qué está hablando con la mirada significativa que me da—. Sobre todo tienes mucho de eso.

—Bastante niño bonito, tanto que hasta yo misma me doy miedo algunas veces.


Fénix "INCENDIO 1" (Borrador En Edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora