Cap.24 Volviendome Loca

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Me quedé sentada por un momento horas después de que Jerome se fué de la celda donde me había dejado. 
Mire a mi al rededor y apenas puse ambos de mis pies en el suelo no supe que más hacer.
Mis nervios aún no estaban fortalecidos. Tendría que caminar por lo menos unos 3 meses para recobrar control total de mis movimientos. 
Suspire y me tranquilicé.

"No me la creo" pensé al unísono de un par de lagrimas resbalando por mis mejillas. 

Me quedé ahí, amagando un jadeo de tristeza. Esnife los mocos liquidos que estarían escurriendo por mis fosas nasales,  a causa de la sensación de llorar.
No sabía como era posible aún que estuviera en esa gravedad de situación,  pero lo estaba y de terminaba el tiempo de determinación que en ese momento recorría mis venas como fuego ardiente. 
Quería salir de ahí con Jerome.
Me queria ir,  yo solía amarlo y ése sentimiento por el florecía aún más al imaginarme con el lejos de todo. Lejos de aquí. Lejos de Gotham. 

Carraspe tomando mi lugar y nuevamente intenté ponerme de pie.

Una rasposa pero de gran ayuda pared sostuvo mi mano seca y temblorosa al momento de pararme. 
Apenas di un paso y resbalé al piso frío y mojado de concreto.
Tanto fué mi dolor, pues caí sobre mis rodillas que solté un fuerte y prolongado grito de impotencia mas que nada. 

Me quedé ahí tomando mis rodillas con ambas palmas de la mano.
No soportaba la idea de rendirme.
Así que mis piernas en su vano intento por ponerme de pie de nuevo fallaron, haciéndome caer pesadamente en el suelo.

Solté un berrido, estaba cansada y frágil. 
Sacudí mi cabeza imaginando que en cualquier momento despertaría en mi cama en aquel tan bonito departamento que había dejado ya hace mas de un mes.
Mi cabeza se desvaneció en un agotador y triste golpe de realidad.
No estaba soñando.
Todo esto era real y yo me lo había buscado. 
Mi diaria y extenuante rivalidad entre mi lado que quería seguir adelante y mi lado enamoradizo me hacían darme cuenta de que la cruda verdad era esa celda húmeda y solitaria.

Tragué saliva y suspire.
Nuevamente mi "yo" que quería salir adelante se levantaba poco a poco.
Mis gemidos de esfuerzo acompañados de un rostro de verdadera necedad hacían de ese momento el más fiel a mi persona. 

Tomé fuerzas de no se donde,  pero mis piernas se sostenían solas.
Mis manos hacían algo de trabajo también pero el porcentaje ganador lo eran mis músculos de las piernas,  los cuales no dejaban de punzar y palpitar repetidamente. 
Algo así como cuando te dan un golpe en el estómago y sientes tus músculos cobrar vida. 

Estaba de pie ahí, con una media sonrisa en la boca,  incrédula y orgullosa.
Sobre todo lo último.
Miré por la rejilla que daba al patio trasero de ese asilo mugriento.
Me mentalicé a que esa noche escaparía de alguna u otra forma.
Mi determinación o ganas de vivir marcaban diario a excepción de ese mes, los logros que había tenido como persona. 
Asi era yo. Podía. Podía y lo haría. 

Comencé a dar pasos por toda la celda tratando de ir recuperando movilidad.
Los movimientos eran torpes y carecían de vigor.
Pero no me iba a rendir. 
No paré por mas de 10 minutos.
Hasta que oí un silbido y unos pasos provenientes del pasillo de afuera.

Mi inestabilidad emocional deslumbró la celda.
Pues mis latidos comenzaron a hacerce presentes,  como si estuviera a punto de ver a alguien famoso. Y pues, entre sarcasmo, lo era.
Yo sabía que quien de aproximaba era él. Era Jerome. 
Me preparé, recorriendo mi cabello hacia atrás,  el cual tenía agarrado en dos trenzas largas. 
Suspire y esperé entusiasmada.

...

Su rostro. Su cabello. Su cuerpo. Su presencia. Su sorpresa. Esa mirada tan característica de el. Tan acuosa y llena de locura. Adornaba con un par de ojeras negras por no dormir y un nuevo corte de cabello.
Tenía rapados los costados. Y su melena rojiza estaba peinada pulcramente hacia atrás. 
Su sonrisa se ensanchó,  al mismo tiempo que abría con fuerza la reja de la celda.

•Between Them• [+18] | Jerome Valeska | Jeremiah Valeska Donde viven las historias. Descúbrelo ahora