Capítulo 11. Se honesto.

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Desperté.
Todo olía a una mezcla de gasolina al rededor.
El ambiente se sentia frío y húmedo. Al parecer llovía, era de día, pero estába lloviendo.

Me estiré y me revolvi entre las sábanas.
-Dulce y bella durmiente... ¿tan pronto despierta?.-me dijo una voz femenina en un tono rudo.
Mi vista nublada se enfocó segundos después en la chica morena parada frente a mi al pie de la cama. Ignoré éso, ya que aún me encontraba en estado de sueño.
-Disculpa,  ¿que hora es?  .-me imaginé que no tendría problemas con la chica para nada.
Un grave error pensar en ello.
Instantes después, la morena,  de estatura alta por esos grandes tacones de punta que traía puestos,  toda vestida de cuero negro y una coleta alta y peinada,  caminó de manera imponente hacia mí.
Me asustó tanto que me enderece rápidamente y recargue mi espalda en la cabecera con el pulso a mil. 

-P-perdón ...fué estúpida esa pregunta,  debo alistarme para irnos ¿no? .-mis palabras carecían de sentido. Simplemente trataba de parecer más formal,  quería darle un tono serio al asunto y no parecer torpe. Pero la chica no aguantó las ganas de hacerme daño y se sentó en la cama muy cerca de mi poniendo una de sus manos en mi cuello apretando fuertemente.
Su rostro quedaba a unos quince centímetros del mío.

-Escúchame, niñata. Ni creas que porque el cretino de Jerome tenga una mente brillante y sea del equipo el más listo de todos los idiotas que reclutamos, amén de estarte cuidando el trasero,  me voy a detener de poner una bala en tu cabeza si llegas a entorpecer los planes de mi hermano... ¿oíste? 

Mierda... Nisiquiera tenía idea de quien era su hermano,  pero me imaginé que era el tipo de ayer,  Galavino,  o como se llamara. Inconcientemente asentí tan rápido como pude,  mirando en sus ojos una posible venganza si les estropeaba el plan. Me miró fijamente y acto seguido sonrió como su estuviera satisfecha de haberme asustado y se puso de pié caminando a la entrada de la habitación. Me había sacado un susto enorme.
Pero a pesar de eso, mi mente no tenía filtros como para detener mis millones de preguntas.

-¿cómo es que esperaste a que me despertara?.-le dije en tono espantado e intrigada. La chica simplemente revoleó los ojos y salió enfadada del cuarto.
Tragué saliva y toqué mi cuello asimilando que me habían ahorcado a primeras horas de la mañana,  supongo.
Miré el reloj y eran apenas las 6:50 am.
Me puse de pié aún espantada.
Ahora mis pensamientos eran sobre Ecco. No dejaba descansar mi mente con sus recuerdos. Y la pena que me daba saber que por mi ella estába donde estába.
"¿le hicieron daño? " sigue... "¿sigue viva? "
Mis ojos se volvieron de cristal y no pude evitar llorar.
Ayer nisiquiera me había negado a Jerome,  o al hecho de que estuvieran llevándose a mi cuidadora. A mi hermana.
Lloré más.
Me abracé y fui asaltada por mi primer recuerdo hermoso con ella. Pegué la mirada en un punto fijo, abriéndome completamente a mi memoria.
                  *       *        *

-¡Nina!  , ¡Ven! , ¡Tengo una sorpresa para ti!.-dijo Ecco al entrar al departamento. Yo seguía dormida. El dia de ayer había sido agotador en el trabajo.
Pero al oir su voz emocionada,  pegué un brinco en la cama,  por susto pues,  pero emocionada. 
Me puse las pantuflas afelpadas y caminé sin tropezar hasta la puerta,  donde Ecco estaba parada con las manos detrás de su espalda. 
Su mirada era de total cariño.
La miré y me hizo sonreír de lo feliz que lucía.

-¿qué és?
-cierra los ojos Nina,  es un regalo que me dieron para ti.

Cerré mis ojos.

-Ahora extiende las manos al frente.

Lo hice. 
Entonces sentí una caja pesada en mis brazos.
Abrí los ojos y venía envuelta en un papel dorado con un moño verde metálico.
-¿y éste regalo tan bello?.-pregunté emocionada y feliz.
-Faltan 12 días para navidad pero,  alguien cercano a ti me conoce y... Me entregó ésto para ti.

•Between Them• [+18] | Jerome Valeska | Jeremiah Valeska Donde viven las historias. Descúbrelo ahora