Sinopsis:
TaeHyung siempre ha estado solo cuando él solo quería amor, siendo un niño con problemas emocionales que incluso su madre abandonó de pequeño junto a su esposo. En su vida el castañito solo ha podido contar con su padre, SeHun, y su mejor...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
-Tae, buenos días. -JungKook se detuvo frente al menor. El castaño estaba sentado en la acera, escuchando música y comiendo una paleta de caramelo color azul. El mayor lo encontró ahí de camino a la tienda de su novio para desayunar juntos como cada mañana.
-Buenos días Kook Hyung. -Saludó el menor con una sonrisa, JungKook fue consciente de que no era tan amplia y brillante como las de siempre.
-¿Qué haces ahí? -Tae abrazó su mochila de Tata contra su pecho haciendo tiernas muecas en lo que decidía que responder; al final se lanzó por la sinceridad.
-Espero a que Yoon y tú terminéis de desayunar juntos. -Susurró. -Hace tres días desde lo de Hoseok, no quiero molestar. -JungKook frunció sus cejas.
-Tú no molestas. -La gran mano tatuada del mayor fue ofrecida al contrario para que se pusiera en pie. -Eres el mejor amigo de mi pastelito y mi amigo también Tae. -Ahí Kook si pudo apreciar esa amplia sonrisa cuadrada que caracterizaba al menor. -Vamos.
Le ofreció comenzando a caminar hacia la tienda de artículos de segunda mano, Tae iba en silencio a su lado aún abrazando su mochila; pero había una curiosidad en el pelinegro que necesitaba ser saciada. Eran días bueno a Jimin algo extraño, como con ansiedad y buscando algo al otro lado de la calle; pero cuando le pregunta este negaba o lo ignoraba.
JungKook conocía lo suficiente a su mejor amigo cómo para saber que estaba dolido y triste por algo.
-¿Ya no vas a ver a Jimin por las mañanas antes de abrir? -El cuerpecito delgado del menor se tensó y abrazó más fuerte la mochila, su cabeza negó con la paleta en su boca. -¿Por qué? -Susurró, temía hacer preguntas o causar situaciones difíciles de llevar para alguien como TaeHyung.
-Pues... -Susurró, sacando la paleta de su boca y arrugando sus labios en un mohín. -Eunwoo dice que debo de respetame y que estando con alguien que me hace mal no puedo hacerlo. -JungKook detuvo sus pasos sorprendido y viendo curioso al menor. -No me malinterpretes Hyung, Jimin es un buen chico y se ha portado bien conmigo. -JungKook arrugó su nariz sabiendo que aquello no era del todo cierto. -Pero si él no comprende mi forma de ser y yo tampoco la suya; es mejor que no nos veamos.
JungKook tragó saliva, tenía una nueva misión que podría salir muy mal o muy bien. Principalmente debía averiguar qué estaba pasando allí, pero también cuidar de aquellos dos.
-Malana te traeré un trozo de pastel que venden de vainilla y caramelo para que desayunes con nosotros. ¿Te gusta la idea?
-¡Sí Kook Hyung!
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
-Esta mañana te he visto con Tae. -La voz de Jimin me hizo elevar su vista hacia él. Qué suerte tenía JungKook de que esté fuera quién iniciara la conversación después de días de silencio. Con miedo a que al hablar Jimin dejara de hacerlo tan solo asintió. -¿Tú sabes por qué está así? -Jimin lamió sus labios nervioso. -Lleva varios días sin venir a verme.
JungKook respiró profundo y salió de su lugar tras el mostrador para estar más cerca de su mejor amigo.
-¿En serio vamos a hacer esto? -Inquirió tranquilo. -¿Vamos a fingir no saber por qué Tae ya no quiere venir a verte? -Jimin bajó su mirada al suelo y jugó con los anillos en sus dedos por ansiedad. -Jims. -Le llamó consiguiendo solo un murmullo a modo de atención. -No te estoy pidiendo que lo correspondas, es absurdo obligarse a gustar de alguien, pero podrías haber sido más gentil con el chico. -Jimin mordió su labio inferior, se sentía como un niño regañado. La puerta de la tienda, anunciando un nuevo cliente interrumpió su conversación. -A la salida si quieres podemos ir a mi casa y hablamos más tranquilos. -Jimin asintió de acuerdo. -Buenos días señor, ¿qué necesita?