CAPÍTULO XXIV

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La alarma sonó, un Rudolph adormilado despertó frotándose los ojos, se había acostumbrado a dormir por la noche ya.

-Tony- movió al joven que yacía a su lado quien ni se inmutó y continuó durmiendo. - Tony, chiquito bonito despierta- le dejó un suave beso en la mejilla para dejar una caricia en su espalda.

~Oblígame~ se quejó.

-Tony, debes ir a la escuela-.

-Ya déjame dormir- se levantó un poco para mirarlo, - estoy cansado-.

-A mi no me culpes, ¿Quién es el que se puso de calenturiento anoche?- se cruzó de brazos.

-Cállate Rudolph- se puso rojo, tanto que parecía un tomate.

-Entonces levántate, pff mortales- se levantó dirigiéndose al baño de la habitación - Bien quédate ahí, yo me duchare, SOLO- entró a este dejado la puerta abierta intencionalmente.

-Bien me levanto-.
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-Adiós Rudy- le dejó un beso en los labios mientras salía de la casa para buscar a la morena.

-Te voy a extrañar mortal- lo abrazó antes de dejarlo ir.

-Rudolph, nos vemos ya tengo que llegar al trabajo, voy tarde- se despidió Dottie de él saliendo apresurada.

-Adiós señora Thompson-.

Bien, todos se habían ido, ahora él se quedaba solo, sin compañía alguna, subio volando a la habitación que compartía con Tony dejándose caer en la cama, dormir no era una opción, apenas se había levantado y salir a cazar tampoco lo era, no había mucho sol, pero aún así era peligroso.

Después de un buen rato de estar pensando que hacer la desesperación comenzó a carcomerlo, ir al castillo para visitar a su familia tampoco era una opción, Frederick le había prohibido regresar, al menos hasta que pasara un tiempo y con un tiempo hablamos de por lo menos 100 años.
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*FLASHBACK*

Frederick, este gran hombre imponente líder de uno de los clanes más poderosos de vampiros en todo el mundo era capaz de enterarse de todo, TODO y más si era con relación a sus tres hijos, Gregory, Rudolph y Anna.


Un leve rumor había llegado a sus oídos, en el qué, su segundo hijo, Rudolph un joven que aparentaba entre unos 17 o quizá 19 años estaba saliendo con un joven mortal, esto claramente no era sorpresa para el líder, aún que había un ligero detalle, su perspectiva de esa amistad cambió justo una noche que decidió ir a investigar por su cuenta.

Ambos jóvenes, Rudolph Sackville-Bagg y Anthony Thompson yacían en el techo de la casa de este último, los observó pensando que de una simple broma se tratase, continuó unos minutos más.

Unas miradas, unas caricias en las mejillas, unos dulces besos cargados de afecto.

La cólera se apoderó de él.

-RUDOLPH SACKVILLE-BAGG- gritó el vampiro mayor sacando de su burbuja a los dos jóvenes.

~Oh no~ Fue lo que alcanzó a decir el joven vampiro antes de ser tomado por la chaqueta y elevado a unos 20 metros aproximadamente.

-ERES UNA DESHONRA PARA EL CLAN, SABÍA QUE ESTAR CON MORTALES TE CORROMPERIA Y MÁS CON SUS IDEAS ERRÓNEAS- gritó mientras lo sacudía en el aire.

-NO ES CULPA DE TONY, NI DE LOS MORTALES! YO SIEMPRE HE SIDO ASÍ, HE VIVIDO OCULTANDOME HACE MÁS DE 300 AÑOS Y YA NO QUIERO CONTINUAR CON ESO!- Se soltó de su agarre mirándolo con sus ojos rojos los cuales parecían tener un brillo singular, un brillo que con tan solo observarlo podría llevarte a la locura.

-DEBES SEGUIR LAS REGLAS DEL CLAN RUDOLPH!- continuó con su cantaleta.

-Entonces, si así serán las cosas... No quiero pertenecer al clan, dejaré de ser un Sackville-Bagg - lo miró a los ojos.

-¡Eso nunca! Sería la tercera peor humillación para el clan, un hijo homosexual que tiene una relación con un mortal- hizo una mueca de desaprobación -Rudolph piénsalo bien, eres joven, tonto, impulsivo, estúpido, nunca piensas las cosas, esto es solo una etapa y no durará siempre, ahora vamos a casa!- habló firme.

Lágrimas salían de sus ojos ~no~.

-... qué? -.

-No, no voy a separarme de Tony, no quiero volver a estar solo, triste... deprimido- lo miró con ojos cristalinos.

-NO VUELVES A ENTRAR AL CASTILLO HASTA DENTRO DE 100 AÑOS!- gritó sin más para darse la vuelta y regresar por donde vino.

Un joven de cabellos azabache soltaba leves lágrimas mientras descendía para abrazar a su amado y entrar a la habitación, puesto que el sol estaba por salir.

-Rudolph, estas bien?-.

-yo... Solo necesito estar solo un rato, creo que me daré una ducha, por favor déjame un momento solo- pidió lo mas cordial que pudo.

-De acuerdo, Te amo Vampiro- lo abrazó, dejó un beso en su frente y secó sus lágrimas.

* FIN DEL FLASHBACK*

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Ya sin más opción se levantó, comenzó a recoger y acomodar todo lo que estaba fuera de su lugar, ropa, zapatos, libros, etc. Dejó limpia la habitación, bajó hacia la cocina, estaba limpia, ya no quedaba nada por hacer. Su mente divagaba, se recostó en un sillón en la sala de estar mirando fijo al techo, estaba aburrido, todos los libros que Tony tenía, él ya los había leído, no quedaba nada realmente.

Tomó uno de los suéteres de Tony junto con sus gafas de sol para dirigirse al centro de la ciudad, caminó por un rato mirando los distintos locales de colores llamativos.

Entró a la biblioteca del pueblo, buscó entre los grandes estantes algún libro de su interés hasta encontrarlo 'El principito', lo había leído, bueno más bien  Tony se lo leyó, le parecía lindo, pero necesitaba algo más algo que le dé inspiración, buscó poesía, le encantaba en secreto, digamos que no era muy 'varonil' que a un joven le gustara este género, en especial tomando en cuenta como era Frederick.
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Después de un rato salió de ahí, aún era temprano, las 10 am, caminó de nuevo a casa de Tony.
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-Rudolph!- gritó el rubio desde la puerta, el mayor bajó admirando la belleza característica de aquel chico de hermosos ojos y pecas.

-Te extrañé- lo abrazó estrujándolo para después besarlo con desesperación.

-y yo a ti, cómo no te imaginas Tony- lo volvió a besar.
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Kiondaaaaa!!

[Ya edité esta madre, les amo ❤️]

Los amo mucho 💕

-Sorrows

El secreto de Thompson ~RUDONY~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora