CAPÍTULO XVI

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-¿Entonces?-.

-¿cuatro?-.

-¡NO!- se quejó el rubio.

-¿ocho?-.

-¡Bien! Dos buenas de cinco-abrazó al mayor.

-Ya no quiero continuar con esto, hagamos otra cosa- se escondió en el cuello de su mortal.

-¿Cómo qué?- preguntó con incredulidad.

-No sé, leer, jugar, ver alguna película, obvio no crepúsculo- el menor rió.

-Está bien, la verdad me siento cansado, quiero solo descansar- habló apenado.

-Ven- jaló al menor hacia él empezando un lento y dulce beso -Si te sientes mal dime, yo estoy y estaré para ti siempre amor mio- pegó más a su cuerpo al joven mortal aspirando aquel dulce aroma que lo caracterizaba.

-Gracias Rudolph, pero la verdad, prefiero pasar más tiempo contigo que en mis pensamientos todos raros- rió.

-Sí necesitas desahogarte dímelo, no te guardes las cosas porque más te lastimas, y yo quiero que seas feliz- pasó su mano por el cabello del contrario quien se encontraba abrazado a su cintura.

-Bien- suspiró -Mi madre me llamó, ya mero regresarán y ya mero me mudaré, mi cumpleaños será pronto y bueno, mis abuelos vendrán junto con tíos y primos y pues, sé cómo son ellos, no me respetan, aún me llaman por mi nombre de nacimiento, estoy cansado de ello, mis primos se burlan de mi, mis tíos me critican y mis abuelos ni se diga- se abrazó más al mayor comenzando a llorar.

-Shh Shh, tranquilo Tony, yo estaré ahí si quieres, y prometo defenderte a capa y espada- besó su frente dejando caricias a lo largo de su espalda.
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La familia Thompson había aprovechado el resto del fin de semana para poder mudarse, habían conseguido una casa en el mismo pueblo donde la familia Klein vivía, se diría que ahora eran vecinos, pues la residencia Thompson quedaba a unas tres casas de la menor, pero lejos del castillo, donde tenía grandes recuerdos con el joven vampiro.

El teléfono de Dottie sonó avisando que la familia había llegado y estaba en el aeropuerto, era obvio que tendrían que ir por ellos.

-¿Quieres ir cariño?- preguntó la mujer.

-La verdad no, prefiero quedarme a terminar de arreglar mi habitación, y de paso esperar a Rudolph. ¿Puede venir Sabine también?-.

-Claro que sí cariño, pueden venir sus padres también ya, que no hemos tenido el gusto de conocerlos en persona-. Realmente Dottie era una gran persona -Traeremos algo para la cena ¿qué quieres?-.

-Pizza estaría bien- dijo mostrando una sonrisa de oreja a oreja.
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-Entonces no sé qué hacer, Rudolph me dijo que estará aquí y yo quiero que tú igual estés aquí- soltó un suspiro ahogado.

-Oh querido, ven- apretó al rubio en sus brazos -Cuentas conmigo-.

-Gracias, eres simplemente la mejor amiga que puedo tener-.

-Y tú el mejor amigo que yo podría tener, es más, eres solo mío- rio.

-¿Disculpa?- habló una tercera voz - Él es mío y sólo mio- se acercó flotando al menor para jalarlo hacía él apretujandolo en sus brazos, para posteriormente besar sus cálidos labios.

Un suspiro salió de entre los labios de la menor quien los miraba algo pensativa pero con una gran sonrisa - Tengo que decirles algo- jaló a ambos invitándolos a sentarse en la cama junto a ella - Estoy enamorada- soltó rápidamente junto con un gritito eufórico «¡Aaaah!». - Se llama Simone, es sumamente genial, es de mi clase de Gimnasia-.

El secreto de Thompson ~RUDONY~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora