CAPÍTULO X

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Unas semanas habían pasado desde aquel beso, ambos acordaron que no le contarían a nadie, aunque talvez sólo a Sabine. Tony se encontraba en la escuela, estaba terminando la clase de educación física y se dirigía a las duchas, entró al cubículo junto con su toalla, aun que no lo crean esto era aterrador para él, sabía que un paso en falso y todo se iría al carajo.

El agua corría por su cuerpo, las gotas refrescantes bajaban lentamente, un ruido fuerte a la puerta del cubículo lo alertó y una voz grave lo llamaba.

-¿Qué carajos?- dijo tomando su toalla y cubriéndose con esta.

-¡HEY AMERICANO!- Gritaba aquella voz que siempre retumbaba por la mente del rubio, era Atti, un chico más alto que Rudolph, de una piel bronceada, ojos color miel y un cabello castaño, solía molestar a Tony por cualquier cosa y ahora no sería la excepción.
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Minutos antes...

Atti observaba cómo el rubio caminaba hasta el baño y se encerraba, había dejado su mochila con su ropa a un lado de la puerta, hasta ahora solo Atti y sus dos amigos, Cedrick y Burke, lo fastidiaban a más no poder con bromas y uno que otro insulto, Sabine no se salvaba, aunque ella se defendía.

Atti tomó la mochila de Tony y comenzó a revisar, todo se veía normal, hasta prestarle atención total a las prendas de vestir del menor, encontró aquella cosa rara, de color gris, era pequeño, asemejaba a un brasier deportivo, ahí todo se fue a la mierda, Atti había encontrado el binder, rápidamente comenzó a golpear la puerta del cubículo, gritando a todo pulmón.

-¡HEY AMERICANO!-

La puerta se abrió dejando ver a un Tony enrollado en una toalla gris del pecho hasta las rodillas.

-¿Qué rayos haces con mis cosas?- su corazón se aceleró.

-¿Así que eres un marica que usa ropa de mujer he?- se acercó al menor de manera amenazante tomándolo con fuerza por el brazo.

-¿Eso a ti en qué te afecta? Yo hago lo que quiera con mi vida, tú solo eres alguien insignificante- se soltó de su agarre y tomó sus cosas dirijiendose al cubículo tirándose en el piso, unas lágrimas se escaparon sin permiso, tenía miedo de lo que pasaría a continuación, tomó su teléfono y le envió un texto a su amiga, ella no tardó en contestar y se escabulló por los vestidores.

Tocó suavemente la puerta y Tony le abrió, seguía ahí tirado envuelto en la toalla hecho un bollito -Cuéntame cariño, ¿qué fue lo que pasó?- se sentó con él pegando al menor a su cuerpo abrazandolo.

-Atti revisó mis cosas y estoy seguro de lo que pasará- se abrazó a la morena recordando el suceso anterior.

Pará este punto Sabine ya sabía "el secreto de Thompson", fue algo graciosa la forma en la que ella lo supo, pero a la vez fue una de los mejores recuerdos que se quedarían en la mente del rubio.
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INICIA FLASHBACK...

Ambos estaban ahí en casa de Sabine acabando una tarea pendiente, no era un trabajo en equipo, solamente se ayudaban entre sí, además el señor Fritz klein lo había invitado a cenar, igual a Rudolph, pero por obvias razones no le fue posible. Ahí estaban ambos platicando de cosas triviales esperando a que el señor Klein regresara de comprar unas cosas del supermercado.

-Bien Tony, ya dime la verdad ¿hay algo entre tú y Rudolph?- lo miró pícara.

Los colores se le subieron a la cabeza dejándo al rubio completamente rojo, desvío la mirada hacía cualquier punto de la habitación -¿Por qué quieres saber eso?-.

El secreto de Thompson ~RUDONY~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora