El secreto de Thompson ~RUDONY~

CAPÍTULO XXI

Una semana había pasado, ahora se encontraban a tres días de Halloween, era una de las fechas favoritas de Tony, los disfraces, dulces y demás lo ponían entusiasmado. Sin embargo, al joven inmortal nunca le importó demasiado, lo único que adoraba era la historia detrás de esta festividad, durante el tiempo libre que tenía, el cual era ilimitado, se dedicaba a leer los pocos  libros que su familia poseía, incluido el libro de la crónica de la familia Sackville-Bagg.

Bien, para este entonces, la familia de Tony (tíos, primos y abuelos) ya se habían retirado a petición de Bob y Dottie por el bienestar de su hijo.

En la escuela estaban organizando una especie de fiesta de disfraces donde irían todos y se reunirían en el gimnasio como si de un baile se tratase.

La fiesta se llevaría a cabo el día 31 cerca del anochecer.

Como era obvio Rudolph iría con sus extravagantes  ropajes, que, ante los ojos de los mortales podrían ser tomados como un disfraz, Tony aún meditaba de que se debía disfrazar, incluso llegó a considerar ir de vampiro, pero lo tenía como algo cliché, así que optó por otra cosa.

Pasadas unas horas se dio por vencido y decidió ir en busca de su novio. Con algo de pena se dirigió a él, preguntando si podía ayudarlo.

-Me he decidido Rudy, voy a ir como un vampiro- rió apenado llevándose la mano a la nuca -¿Me ayudarías?-.

Sonrió de lado abrazando a su contrario -Claro que sí apuesto joven- dejó un beso sobre su mejilla.
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31 de octubre

Unas horas más tarde, al rededor de las 6:00pm ambos jóvenes estaban listos, Rudolph con su típico atuendo, su camiseta verde oscuro, su chaqueta de cuero negra, sus jeans y botas. El menor iba similar, sólo que con la diferencia de la chaqueta, una que años atrás le había pertenecido a Gregory, por el asunto de sus dientes se había conseguido una dentadura que era más como una prótesis dental realista.

Todo estaba listo, ambos se dirigían a casa de Sabine, quien esperaba junto a Simone, ambas se habían disfrazado en pareja, optaron por algo original, un par de catrinas parte de la cultura mexicana, ambas con sus vestidos coloridos, habían optado por unos de falda un tanto corta y detalles con flores de colores.

Saliendo de ahí, caminaron hasta la escuela.

Todos iban entrando con sus distintos trajes, algunos vestidos tan detalladamente y otros con algo sencillo. Entraron al gimnasio y las miradas no tardaron en posarse en los cuatro chicos  ocasionando que las personas a su alrededor soltara murmullos y una que otra risilla sobre el aspecto de estos.

Recordemos que Tony y Sabine no son para nada populares, en cambio Rudolph de cierta forma lo es sin que él mismo sepa el por qué, aunque es obvio que por sus rasgos y esa "belleza" que lo caracteriza, y  recuerden que Simone no pertenece a esta escuela.

Trataron de concentrarse sólo en ellos, bebieron ponche y comieron de las bandejas que se les proporcionaba en las mesas que se encontraban ahí, bailaron al ritmo de la música, dependiendo de como fuese este, en un momento la música cambió a una más lenta.

-Hermosa señorita me permitiría esta pieza- el pelinegro haciendo una reverencia extiendo su mano hacia Simone quien no dudo en corresponder y bailar con él.

-Usted apuesto joven me permitiría- dijo Sabine tomando la mano del rubio soltando una pequeña risita.

Sabine yacía recargada en el hombro de Tony moviéndose lentamente. Simone también, en ese momento parecía que ya nadie más existía todo era perfecto para los cuatro chicos, pero lamentable mente el momento se arruinó. Charlotte entró en escena con Olga de un lado.