Un pequeño detalle

3 1 1
                                    


Ahora mismo, escurriendo la fregona del cubo con la que había limpiado el suelo, empezaba a recordar todo lo sucedido con claridad, porque hasta entonces no era más que una difusa bruma en el bosque de sus recuerdos más recientes: totalmente borracha en el garaje, había encontrado una polvorienta cuerda, hecho un nudo corredizo, pasado un extremo por un gancho del techo y acercado una desvencijada silla ocre de esparto, subido a la silla y pasado el nudo por su cuello... y después saltado...

¿Así que porqué no había muerto ahorcada y se encontraba en ese momento dentro del puesto de la Cruz Roja? Era algo que ni ella misma lograba recordar de manera clara, debido al intenso agotamiento, pero aún así lo intentó.

"La suerte, el pequeño detalle de que la silla no se hubiese volcado al saltar, sino que se quedó ahí, debajo de mí, porque no le di ninguna patada para alejarla"

"Caí al lado de la silla y, una vez en el aire me asusté tanto que busqué de nuevo la silla con los pies... y la encontré"

"Con los pies de nuevo sobre la silla pude sujetarme a la cuerda sobre mi cabeza y desatar el nudo corredizo..."

Al aflorar todo aquello que se había quedado anclado muy a fondo de su mente sintió un incontenible estremecimiento y se le aflojaron las piernas, casi tanto como antes, durante el lamentable espectáculo de la chica.

Después de liberar el nudo de su cuello se había tirado al suelo, levantando una nube de polvo, quedándose dormida en el acto.

Había soñado que ratoncillos grises corrían sobre su cuerpo...

Rememorando todo aquello, se mantenía apoyada en el palo de la fregona, ensimismada como una estatua. ¡Qué difícil era arrastrar aquella carga! ¿Por qué tenía que ocurrirle a ella?

-¡A la porra todo esto!- gritó de repente. Se quitó los guantes de sanitario, los tiró a la pica, apagó el foco y salió del puesto cerrando violentamente.

La Venganza de la Tierra. Mare NostrumDonde viven las historias. Descúbrelo ahora