IV

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Luego de un largo recorrido hacia las afueras de Delhi la camioneta había entrado en un amplio terreno campestre que daba vista a un edificio residencial donde más adelante ya se encontraba estacionada la segunda camioneta con Harry esperando fuera de esta, unos minutos después Louis se encontraba encaminado a un sendero con jardín que daba lugar a dos atrios.

— ¿y esto?– se refirió en un gesto vago mirando hacia todos lados.

—Este es uno de los terrenos que poseemos en Delhi, aunque India es un basurero donde se respira veneno logramos conseguir este prado alejado de toda la contaminación—explicó Harry mientras caminaba hacia la entrada del edificio.

A pesar de los comentarios negativos que Harry se entusiasmaba de recalcar, Louis simplemente se limitaba a asentir a cada una de sus proposiciones, pues su atención realmente se dirigía al vestíbulo de gran altura que yacía frente a él, este era de doble altura junto con amplias ventanas francesas  que adornaban cada una de las habitaciones con luz natural. Cada apartamento tenía una estructura sin columnas, lo que ofrecía un panorama libre. El edificio se acomodaba a un gran vestíbulo de entrada junto a una piscina cubierta. Según las instrucciones de Harry, al costado del edificio se hallaba el gimnasio, también poseía un estacionamiento en el sótano, todo resguardado con sistema de seguridad y vigilancia digital, la cual recalcó en enseñar.

—Louis, te preguntarás porque te he traído aquí y no directamente a tu lugar de trabajo, pues verás, Desmond quiere aumentar el personal de bailarines que tengan la suficiente experiencia para entretener al público por ello hemos tenido que traer nuevos integrantes que sin duda alguna no tienen algún conocimiento sobre mover el cuerpo, por lo tanto se ha dado la orden de que tú los entrenes a cada uno de ellos hasta que estén preparados para salir a la tarima, así que de ahora en adelante te alojaras aquí y solo saldrás para ir a dar tus patéticas clases entendido?- declaró Harry mirando de arriba a abajo a Louis quien se encontraba sorprendido por la decisión que se había tomado.

—si, seguro ¿Cuándo llegarán ellos?— interrogó pareciendo desinteresado.

—A más tardar mañana, vienen en camino— respondió Harry dándole la espalda y haciéndole un gesto para que este lo siguiera.

Mientras atravesaban el vestíbulo, Louis se cuestionaba por la ficticia benevolencia de Harry al dejarlo dormir bajo el mismo techo que él, y no es que se discriminara así mismo pero aún recuerda el hecho de que al rizado le incomodaba su presencia. En fin.

Se detuvieron frente a una habitación que suponía que iba a ocupar, era amplia e impecable, suficiente para Louis quien ya se había acostumbrado a los lugares descuidados y poco espaciosos.

—Acomódate aquí, ya se han encargado de organizar el vestidor con nueva ropa y trajes para tu show, si has de necesitar algo comunícaselo a las criadas. Eso es todo.— salió de la habitación dándole espacio a Louis de acomodarse.

Se acercó al balcón deslizando su cuerpo contra el muro observando los límites que rodeaban el terreno. Dio un largo suspiro y se relajó como no lo había hecho hace días e incluso meses, aspiraba el olor limpio que nunca había podido encontrar en la ciudad y de pronto se sentía bien, aun considerando que su vida estaba vacía y nada de esta se resaltaba a menudo.

Luego de reposar un tiempo allí en el balcón se dirigió hacia el baño con el fin de tomar una ducha, dio un vistazo alrededor y destaco la fina estructura de las paredes en piedra y el amplio espacio que adornaba la tina redonda sobre un muro alto para evitar el desborde del agua, frente a él se encontraba un espejo de alta longitud que le permitía ver su cuerpo entero el cual observo al irse desnudándose poco a poco, pudo apreciar no solo su contextura tonificada sino también su piel y otros atributos que lo hacían sentir de una manera u otra atrayente, así mismo caminó hasta la tina y allí se apoyó sobre la cerámica permitiéndole al agua regular su temperatura.

por consiguiente logró limpiar su cuerpo y unos minutos después salió con una toalla enrollada en su cintura, con algo de curiosidad abrió su vestidor tomando entre sus manos un traje en seda color azul claro que no dudo en usar ya que se le había ocurrido la idea de ir hacia el salón de baile y practicar un poco por iniciativa propia, después de todo, no tenía nada más que hacer.

 Salió de la habitación y mirando hacia los pasillos no encontró a nadie más que a sí mismo, así que se dirigió al vestíbulo de la puerta principal y recorriendo el jardín llegó a una construcción con una puerta de madera negra. Abrió esta y a continuación notó que todo el espacio estaba decorado por velos dándole un aspecto afrodisíaco. De estos colgaban guirnaldas de luces artificiales y en el centro de la habitación se alzaba una tarima no muy alta.

Fascinado se acercó al costado de la habitación y encendió el reproductor de música el cuál reproducía un solo de tambores y flauta envolvente. Lentamente louis se dejó llevar por el ritmo de la música cerrando sus ojos y moviendo sus caderas al compás de la música.

No fue advertido de que alguien más lo estaba observando desde el velo que los separaba, Harry miraba detenidamente cada uno de sus movimientos y la forma en que sus músculos se contraían, sus ojos exploraban con lujuria la contorneada figura de Louis y la manera en cómo las luces doradas se acentuaban en su piel avivándola en tonos brillantes y cálidos, ahora entendía la razón por la cual los hombres perdían el control al verlo bailar, louis era semejante a un monumento al cual se le podría admirar durante horas, era simplemente hechizante.

La danza para louis era una virtud para alcanzar un límite casi que divino, se sentía libre con cada movimiento que expresaba y lo disfrutaba completamente, no fue hasta mucho que sus ojos se abrieron encontrándose con unos intrusos sobre los suyos, Harry se abría paso entre los velos hasta acercarse a él cuan gato sobre su presa, Louis parecía exaltado con tal acercamiento por parte del rizado quién con delicadeza delineaba con sus dedos la resbaladiza piel de louis caliente ante su tacto, Louis dejó escapar un suspiro ladeando su cabeza, nunca había sido tocado por un hombre puesto que era una condición que restringía el club sobre él, más sin embargo el toque que Harry le proporcionaba era tan placentero y corto que su cuerpo tomaba voz propia pidiendo más, pero pronto Harry detuvo su caricia para mirarlo fijamente y decirle

—tan delicado y tan letal que he empezado a entender que no puedo subestimarte—tomó su pulgar y lo pasó por el labio inferior de Louis. Sin pensarlo mucho, dio vuelta y se alejó de tal lugar.

Louis se quedó de pie mirando hacia la puerta desconcertado por la forma en que actuó Harry y desde entonces no pudo haber deseado nada más que la necesidad de su toque nuevamente sobre su piel.

¿Todo comenzaría a cambiar o solo serían fantasías que quisiese que sucedieran?

Bengala L.SDonde viven las historias. Descúbrelo ahora