Emilie Clamington es enviada a un internado con el objetivo de que cambie su actitud y los problemas con su padre disminuyan. En el camino, se encontrará con personas que la ayudarán a mejorar y en algunos casos, empeorar. Emilie siente rota y cree...
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11 de octubre del 2019
Camino en dirección a una de las mesas del campus, mientras intento quitar una goma de mascar de mi cabello. Esto último me tiene llena de furia. Diviso al grupo de chicos que me han estado haciendo compañía durante estos días. Todos inmersos en sus libros de química.
Dejo caer mi bolso con brusquedad y continúo tratando de quitar el chicle de mi hermoso cabello. Haneul es la primera en verme y parpadea varias veces sin entender qué sucede.
—¡Mirna me enredó su goma de mascar en mi cabello!
Exclamo y todos en la mesa me observan con los ojos muy abiertos.
—A ver, Emi, cuéntanos qué ha sucedido en estos días…
—Bueno, quizás yo me postulé para el papel protagónico y ella también lo quiere… además llamé la atención de un tal Logan y no me ha dejado en paz durante estos días.
—¿¡Logan!? —exclaman Dean y Siena al mismo tiempo.
—Sí, sí. Bajen la voz.
—Nadie llama la atención de Logan, todos quieren llamar su atención. ¿Qué demonios, Emilie? —Siena se muestra muy impresionada.
—¡No lo sé! Él solo llegó, me sonrió, me saludó y yo le devolví el saludo. ¡No hice nada!
—Logan puede ser intenso en algunas ocasiones, no es mala persona, pero tampoco es muy buena.
—No estoy entendiendo —le niego a Haneul.
—Debes cuidarte, quizás esté interesado en ti, pero cuando se aburre te bota como al papel de esa goma de mascar. Además, Mirna no ha logrado que él le dedique ni una miradita —parpadea de una forma muy graciosa Siena.
—Está bien, tendré cuidado. De igual forma, no planeo interesarme en alguien por los momentos —suspiro.
—Eso dices hasta que caes en los encantos de Logan —niega Haneul.
Me siento en una de las sillas y continúo intentando quitar la goma de mascar.
—Existen dos soluciones, Emilie —Dean me observa preocupado—. La primera es cortar ese mechón y la segunda es frotar un hielo en la goma de mascar hasta que se congele y te permita quitarlo.
—Ni pienses que cortaré mi cabello —lo señalo—. ¿Alguien tiene un hielo?
Todos niegan y voy hasta uno de los food trucks más cerca que hay en el campus. Pido una bebida y me dirijo nuevamente hasta la mesa. Luego de tomar todo el líquido y relajarme un poco, tomo un pañuelo de mi bolso y envuelvo el hielo para comenzar a pasarlo por el mechón de cabello. Luego de un rato, logro sacarla.
—Gracias Dean.
Este asiente sin despegar la vista del libro de química.
