Amor entre Telones © (#2) ✔️

Capítulo 40 (final)

29 de julio del 2021

Comenzamos la gira de la obra hace cuatro semanas y ha sido todo un éxito. Ahora voy camino a casa, para tomar un descanso de dos días y volver a recorrer Australia.

Townsville se ve igual de tranquilo que siempre, un día extremadamente soleado, personas transitando las calles... nada ha cambiado en dos semanas.

Calum y yo estamos aprendiendo a lidiar con una distancia más amplia. Tanto el y yo tenemos mas responsabilidades, el se la pasa lleno de entrevistas y comienza a ser la imagen de una nueva marca. Sin embargo, eso no le ha quitado el detalle de ir a verme a la obra en ciertas ciudades, sin importar que ya se aprendió los diálogos, siempre esta sentado en primera fila, vestido de gala y un ramo de rosas rojas.

Llego a la casa de mi papá y los primeros que me reciben es Kim y Malik, enredándose entre mis piernas. Suelto una risa mientras hago malabares con mi equipaje y ambos perros.

—¡Llego la estrella! —exclama Nicholas Clamington.

Abrazo a mi papá y el me ayuda con mis cosas. Camille nos espera desde la puerta. Me dedica una sonrisa radiante. Esta pisando los siete meses y se nota que esta disfrutando de su embarazo.

—¡Bienvenida! —me permite pasar y un par de brazos amplios me reciben, tomándome de sorpresa.

Calum me abraza como si no nos hubiéramos visto en años y yo actúo igual, permaneciendo entre sus brazos un largo rato, sin decir absolutamente nada.

—No sean exagerados, se que se vieron el fin de semana pasado —resopla mi papá.

—¡Déjalos, Nick!

Ambos nos separamos entre risas y con las manos entrelazadas caminamos hacia la sala.

Camille cuenta que Calum y mi papá hicieron un buen trabajo con la comida, ella estuvo supervisando todo.

—Es un alivio, porque tengo mucha hambre y no toleraría comer algo que no este bien hecho —le sigo el juego.

—Están hablando del dueño de The Flower Circle y el mejor chef de Australia, ¿De verdad? —se queja mi papá.

—Siempre se necesita control de calidad, hasta los mejores chefs del mundo —señala Camille.

—No hagan enojar a una embarazada —alza ambas manos Calum.

—Yo opino que es hora de comer —impulso hacia arriba a Calum para que se levante del sillón y me siga a la cocina.

Veo si mi papá se encuentra fuera de nuestra vista y lo acorralo contra una de las paredes de la cocina y le robo un beso.

Nuestros labios como siempre se sincronizan y se saludan como los expertos que son. Sus dientes se enredan en mi labio inferior y nuestras respiraciones se agitan cada vez más. Un beso que grita miles de sentimientos, grita cuanto nos extrañamos y cuanto nos amamos.

—Si Nick nos encuentra así...

—Oh, así que ahora es «Nick» —me burlo.

—Hoy me dejo llamarlo así, dice que «señor Clamington» ya paso de moda.

—Eso significa «gracias a Dios Emilie hizo buena elección».

—De acuerdo, te estas agrandando —ambos nos reímos.

—¿Y la comida? ¡Bebé y yo tenemos hambre! —grita Camille desde el comedor.

—Sera mejor apurarnos —me indica Calum.

—No hay que hacer enojar a una embarazada —comentamos al mismo tiempo, dándonos prisa.

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