XVI. Intruso

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— Señor Kim, en la recepción lo espera Kim Seokjin.

Namjoon dejó de leer un momento para mirar a la señorita Im. Frunciendo el ceño se quitó las gafas.

— No tengo ninguna cita programada, ¿le comentó el motivo de su visita?

— No señor, solo me dijo que quería hablar con usted urgentemente.

— De acuerdo, hágalo pasar. Y por favor, entregue estos documentos a Jeon.

Asintiendo la chica salió de la oficina con los papeles en mano, minutos después estaba regresando a lado de un hombre alto.

En su trayectoria amasando fortuna, Namjoon se había encontrado con la familia Cho. Llevaban algunas décadas en la política, ya sea en cargos importantes como la asamblea nacional o siendo delegados de distrito. La tradición paternalista había pasado a los hijos de la familia, siendo el último en la línea Cho Yoonsun, quien había sido asambleísta, alcanzando el mayor hito en la familia, sin embargo, el señor Cho no había concebido con su esposa ningún varón.

Como no era raro, entre sus conocidos en la política había encontrado a un joven llamado Kim Seokjin. Buscando satisfacer sus ideales personales adoptó al joven para impulsar su carrera política.

Verlo no sería ningún problema, estaba acostumbrado a lidiar frente a cualquier situación o noticia. Apretando la boca se dió cuenta del rostro tan serio del mayor, la actitud relajada de Seokjin no estaba presente, en cambio parecía más bien reacio a estar con él. Cosa nada extraña considerando que hacía menos de un año lo rechazó.

Suspirando le pidió que tomara asiento.

Seokjin miró por un largo rato a Namjoon, el moreno no comprendía esa actitud tan misteriosa y rápidamente se estaba cansado de ella por lo que fue el primero en dar el brazo a torcer.

— Y bien, es extraño verte por aquí. ¿Algo que quieras hablar conmigo?

El hermoso hombre compuso una mueca y asintió. Aún le costaba hablar con normalidad con Namjoon, ese golpe a su orgullo y autoestima nadie se lo había dado más que el moreno frente a él. Pese a todo, lo consideraba un buen hombre, inteligente y alguien de confianza, que eran solo algunas de las actitudes que lo engancharon en un principio.

Pasando la mano por su fina barbilla, Seokjin trató de encajar la imagen que tenía de Namjoon como una persona en extremo seria y profesional con lo que hace una hora se enteró.

Es que simplemente no parecía real o lógico.

— Aun estoy tratando de averiguar si lo que me dijeron es real o solo estaban jugandome una broma pesada.

Namjoon lo miró totalmente perdido. El recién llegado suspiró.

— Te voy a contar lo que sé, pero necesito que seas totalmente honesto conmigo. ¿De acuerdo?

— Vamos, hombre. Suéltalo.

— Esta mañana fui a Yonhap en representación del señor Cho. Era una junta de inversores que nos tomó un infierno terminar. Pero bueno, después de eso el señor Kang insistió en darme un recorrido por las oficinas y terminé con el equipo de editores, ya sabes, los que revisan el material antes de presentarlo.

— Al punto Jin. — trató de pedir amablemente el moreno. El castaño siempre se ponía a dar las versiones largas de las cosas, y ese día no tenía tiempo para prestar demasiada atención a alguna anécdota o chisme del medio.

— Eish, que le quitas la emoción a las cosas. Pero bueno, el punto es que terminé pasando el rato con ellos, y mira que corriste con suerte Kim porque eras el centro de atención.

Kitten ⤷ 𝑵𝒂𝒎𝑴𝒊𝒏 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora