VII. Testigos

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Feliz navidad!!! No es la gran cosa, pero preparé un mini maratón 

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Esta vez le había pedido su número, no estaba dispuesto a perderle la pista al menor. Por increíble que fuera, habían comido en una charla amena y entretenida, y aunque la tensión estuvo rodeandolos todo el tiempo, Namjoon se controló lo suficiente para evitar desnudarlo en el auto y tomarlo como tanto deseaba.

Jimin creía que era un caliente hormonal que solo lo quería para tener sexo, sería una mentira tajante negar el deseo que le despertaba el pelinegro, pero también quería de Jimin algo mas que compartir fluidos. Ya la había jodido una vez, no lo volvería hacer. Por el momento se tendría que conformar con lo que obtuvo en la librería.

Ya había conseguido el perdón del pelinegro, ahora solo faltaba hacerlo cambiar de opinión sobre el futuro de la relación. Namjoon se sorprendía de la sagacidad de Jimin, el chico podía ser tímido e inseguro pero tenía una vena romántica demasiado marcada. Aun siendo desconocidos pudo darse cuenta de ella, porque lo que ataba a Jimin de iniciar su vida sexual no era enteramente su baja autoestima e inseguridad, igualmente estaba su deseo de ser amado para entregarse en un acto tan íntimo.

Todo el tiempo que estuvieron separados le sirvió para reflexionar sobre su descubrimiento. Por inadecuado y apresurado que sonara, Jimin solo se dejó tocar por él cuando le demostró que podía amar su cuerpo. No lo veía como un pedazo de carne que podía ser utilizado para saciar su urgencia de sexo, se soprendió como nunca de sentir una conexión emocional tan fuerte siendo que no lo conocía.

El vínculo tan frágil que habían hecho entre los dos fue como sentir su corazón latir de nuevo. Namjoon no se consideraba empático en lo más mínimo, sus empleados y círculo cercano daban cuenta de ello. En algún punto de su vida llegó a considerarse incluso cruel, ajeno al sufrimiento ajeno y por momentos encontrando placer en ver el fracaso de los demás.

De ahí su participación en el club. No le interesaba tener relaciones sentimentales, comenzando por que no le era indiferente quien ocupara su cama. Las parejas exigen tiempo y atención, peor que una mascota pues al menos ellas se contentan con una palmada de vez en cuando. Demasiada molestia.

Concertar citas para follar le iba de maravillas, sobretodo cuando estas eran en total anonimato. Nadie sabía quién era él y viceversa, de esa forma se evitaba cualquier vínculo o extorsión. Ya tenía todo lo que quería, ¿para que algo que no necesitaba?

Era gracioso como los planes se jodían de la nada. Por días quiso ver a Jimin como un contratiempo en su rutina, una follada maravillosa que estaría encantado de repetir y nada más, pero luego vinieron pensamientos inesperados en todo sentido. De pronto se hallaba pensando en sus ojos brillantes y curiosos, en las ganas que tenía de escuchar su voz y tranquilizar su tristeza.

Quería más momentos con él. Estaba seguro de que si no lo hubiera visto en la librería habría buscado la forma de crear un encuentro "casual" para volver a verlo.

Había dejado a Jimin cerca de la estación del metro, con el invierno tan cerca el sol ya estaba poniéndose y la temperatura caía. Era la excusa perfecta para darle su saco, le iba demasiado grande y se le resbalaba de un hombro u otro, pero la acción fue recompensada con un beso en los labios. Un beso que Namjoon convirtió en otra sesión apasionada con el único consuelo de encontrarse en el auto negro del mayor.

Esta vez no querían testigos.

— Te llamaré mañana para acordar una fecha ¿si?

Jimin se lamió los labios rojos e hinchados por tantos besos, asintiendo se acomodó el saco que se le deslizaba. Volteando al asiento trasero tomó su mochila dispuesto a salir del auto.

Kitten ⤷ 𝑵𝒂𝒎𝑴𝒊𝒏 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora