XI. Cada vez mas cerca

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Conducir no es nada del otro mundo, menos para alguien como él que lleva más de diez años al volante y ninguna multa en su historial. Pero manejar con un pelinaranja mirando inquisitivamente cada movimiento es otra cosa, una que lo distrae y lo saca de quicio al mismo tiempo.

No lleva ni 5 minutos en la carretera cuando se orilla en una calle solitaria. Casi pareciera la escena de un asesino que seduce a sus víctimas y las convence de acompañarlo aún si se trata de un desconocido guapo. Pero el caso no es ese, Namjoon solo quiere aclarar unos puntos y hacer menos incómoda la situación.

— ¿Por qué te detienes? — inquiere el menor.

— No podemos llegar con Jimin y tu tener esta actitud.

— ¿A qué te refieres? — se hizo el desentendido.

— No estoy jugando. — Namjoon lo mira seriamente desde su lugar — Conozco perfectamente tus intenciones.

El menor pasó la mano por su cabello, dejando que las hebras tomarán el lugar que quisieran. Su mirada luminosa seguía ahí, sin sentirse intimidado en lo más mínimo.

— Eres un tontito que no se da cuenta de sus propias reacciones. ¿Tanto detestas mis insinuaciones y aun así paras el auto en la nada? ¿Y todo para darme una reprimenda? Tus ojos están dilatados. — el comentario se desliza de sus labios juguetonamente.

El moreno lo miró fijamente, El pelinaranja sortea el espacio reducido hasta estar a su lado. Un pequeño dedo con anillos acaricia el saco negro, poco a poco sube hasta su cuello dónde la sangre pasa rápidamente.

— Eso no significa nada - refuta tranquilamente Namjoon, consciente de la mano ahora en su mejilla.

— Pues esos ojos de dragón me hacen sentir cosas. — se muerde los labios voluptuosos— ¿Sabes Namjoon? Me gustan mucho los hombres poderosos, y no hablo solo de dinero. — aprieta inocentemente el brazo del moreno, asombrándose de lo fuerte que se siente aún sobre la tela.

Namjoon toma la pequeña mano de su cuerpo hasta tenerla entre su mano más grande, cubriéndola del frío.

— Una lástima que vayamos por Jimin.

Y suelta la mano. El pelinaranja no está contento con el rechazo, así que se acerca aún más al rostro, casi pegando sus labios a la mejilla morena. Las manos se deslizan por la solapa de su saco mientras susurra insinuante.

— Podemos quedarnos aquí. — deja un pequeño beso en su mandíbula, Namjoon en reflejo aprieta los labios — Dile que estás ocupado, muy ocupado.

Las manos del moreno escalan por la prenda rosa del menor, al llegar a sus hombros los aprieta un momento. La duda se traduce en oportunidad para el contrario, quien comienza un beso en la comisura de sus labios hasta apoderarse de la boca de Namjoon.

El pelinaranja no tarda nada en montarse en las piernas de Namjoon, atrevido empuja el beso a ser más intenso, muerde hasta hacer sangrar el labio inferior para después chupar con glotonería el líquido rojo. Las manos de Namjoon agarran con fuerza las caderas contrarias tratando de detener los movimientos de la pelvis del chico, mala idea, porque las junta alimentando las ganas de más.

El espacio para maniobrar es pequeño, pero el menor no necesita tanto cuando se trata de seducirlo con sus labios, las caricias en su cuello y las ocasionales mordidas. El miembro de Namjoon está cada vez más despierto, así que aprovecha para meter una mano dentro de las prendas hasta hallar el falo caliente y lleno.

— ¡Mierda!

— Eres tan grande. — alaba con jadeos pues Namjoon está muy ocupado besando su cuello.

Kitten ⤷ 𝑵𝒂𝒎𝑴𝒊𝒏 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora