VI. Perdiendo la cabeza

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Su primera reacción fue casi automática, se echó atrás pegando su espalda al estante clavándose la madera en las costillas. La mirada del más alto estaba siendo demasiado para poder mantenerla, quería escapar de ella pero su cuerpo era demasiado lento para obedecer al instinto de supervivencia.

La misma sensación vino a Jimin, era como estar atrapado de nuevo en la pesadilla, el cuerpo grande e imponente de Namjoon llegando de la nada, hundiéndolo en la oscuridad. Se dijo que tenía que ser una alucinación, no era posible que después de desaparecer un mes aparecía justamente ahí.

Rompió el contacto visual y se dio la vuelta para escapar. Lastima que sus intenciones fueran demasiado claras o predecibles, porque Namjoon colocó ambos brazos en el estante creando así una jaula. Jimin cual pajarillo viéndose atrapado trató de crear distancia pegando la espalda a los libros. El moreno no perdió el tiempo y se pegó todo lo que pudo al cuerpo más bajo, inclinando la cabeza buscó los ojos de Jimin.

— Te ves precioso con ropa.

El comentario del moreno lo molestó, no sólo estaba como si nada, sino que actuaba como si siguieran en el estúpido juego donde se había autonombrado el cazador.

— Eres un pervertido. — Namjoon se le había pegado tanto a él que su aliento caliente le hacía cosquillas en la mejilla y oreja — Hazte a un lado o ...

— No sabes cuanto te extrañe, kitten.

Una mano morena y grande lo tomó de la barbilla, subiendo su rostro para obligarlo a conectar las miradas. Jimin podía estar enojado pero no había forma de negar la belleza de su adversario, peinado pulcramente y vestido formalmente de negro. No tenía idea de a qué se dedicaba, pero tenía que ser un buen trabajo si se veía así de bien siempre.

Su pequeña nariz fruncida le provocó ternura a Namjoon, quien acarició con el pulgar la mejilla y labios del pelinegro enfurruñado. Era extraño, cuando se conocieron Jimin parecía un gatito recién nacido, lleno de inseguridades y totalmente maleable en sus manos. Ahora parecía más un gatito listo para saltarle encima y enterrar las uñas en cualquier superficie de su piel.

Le encantaba.

— Si querías burlarte de mí, creo que lo haz hecho lo suficiente. Ahora, apártate y déjame ir.

— Bien, no vas a querer creerme justo ahora pero pasaron muchas cosas y terminé perdiendo la nota que dejaste para mi.

— Tal vez fue lo mejor.

— No cuando somos tan compatibles. — se agachó hasta dejar los labios a la misma altura, besando la comisura de la boca se alejó después de darle una lamida juguetona — ¿O ya olvidaste lo que es estar entre mis brazos? ¿Lo bien que se siente tenerme en tu interior?

El pelinegro era incapaz de controlar las reacciones de su cuerpo, sobre todo con la sobrecarga de sensaciones e insinuaciones. Que le recordara la noche que pasaron juntos era una arma de doble filo, porque revivía los deseos más profundos así como su deseo por el moreno, pero por el otro, pero también le recordaban la desazón de sentirse engañado y burlado.

— ¿Qué se supone que quieres? ¿Eres un animal en celo acaso?

Namjoon frunció el ceño, no le gustaba la voz fría del pelinegro. Mucho menos esa mirada seria y fija.

— No actúes como si no lo desearas tú también. Sobre todo cuando respondes tan bien a mis caricias.

— Aprendí a no arrastrarme por alguien que solo quiere sexo. Dejemos de perder el tiempo, y ve de casanova, seguramente se te da perfecto.

— No necesitas actuar digno frente a mí, no cuando compartimos algo que va mas allá del sexo.

— Podré ser inexperto, pero cuando un desconocido se acuesta contigo no puedes creer en su palabra, peor aún si rompe sus promesas.

Kitten ⤷ 𝑵𝒂𝒎𝑴𝒊𝒏 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora