36. El niño sin el pijama de rayas.

15 3 0
                                    

Era de día en Chicago, un día laboral normal y corriente. Phoebe se encontraba sentada en el autobús que iba directo a la universidad. En el transporte, iba rodeada de más estudiantes. Ella se encontraba pensativa mirando la preciosa ciudad por la ventana, con cara de sueño y muchas ojeras, no había dormido bien la noche anterior. Se acercó una chica, que se sentó a lado suyo, Amy, compañera de Phoebe en varias clases, no eran amigas pero se llevaban bastante bien.


AMY: Te veo preocupada ¿no has dormido por los exámenes?

Amy tenía el pelo castaño, largo y ondulado y era bastante morena.

PHOEBE: Ah, buenos días Amy, sí... los exámenes me tienen agobiada, a ver si se terminan ya.
AMY: Mira, dentro de 2 días, el viernes, vamos a montar una fiesta en casa de Robert (señaló a uno de los chicos que estaban en la fila final del autobús) vente, y así te olvidas de los exámenes, de los profesores y de todo.
PHOEBE: Pues muchas gracias, seguramente lo haré. Necesito olvidarme de todo por unas horas
AMY: Bueno, si necesitas algo ya sab...

De repente, el autobús empezó a moverse bruscamente de izquierda a derecha, de un lado para otro, cambiando de carril por la carretera, parecía que las ruedas no funcionaban. Los demás coches frenaban y tocaban el claxon. Todos los objetos personales, mochilas, libros, comida estaban cayéndose al suelo.

CONDUCTOR: ¡No sé qué coño pasa! ¡Agarraros bien! ¡Voy a intentar frenar! (se agarró al volante y al freno de mano)

Phoebe en aquel momento sólo sentía miedo y el pánico de todas las personas que estaban en el autobús debido a su empatía.

PHOEBE (se agarró a las barras del autobús): ¡Todo saldrá bien, todo saldrá bien!
CONDUCTOR: ¡Agarraos!

El conductor consiguió frenar, pero no a tiempo, ya que el autobús colisionó contra un supermercado, rompiendo la cristalera, y llegando hasta las estanterías. Al autobús le habían desaparecido los neumáticos.
En la parte alta de un edificio cercano al supermercado, un hombre alto había conseguido que los neumáticos del autobús orbitasen al lado suyo. Ese hombre, era nada más y nada menos que una persona relacionada con Phoebe, su primo mayor, Wyatt.

A varios kilómetros de ahí, Prue y Marvin se encontraban paseando por la Gran Manzana de Nueva York, multitud de gente en una de las zonas más pobladas de la Tierra

PRUE: Es precioso Nueva York, me encantó que ayer fuéramos a ver la Estatua de la Libertad
MARVIN: Es una ciudad interminable y cada día que pasa es distinto y mejor al anterior. (Se quedó en silencio)
PRUE: Me siento mal por no decirles nada a mis sobrinos... yo tenía que ser la cabeza pensante, la que siempre he sido... una proyección astral y decir solamente "estoy bien" no sirve de nada... (se queda mirando a Marvin) ¿Te pasa algo?
MARVIN: ¿No lo oyes? ¡Ven, sígueme! (salió corriendo entre la multitud)
PRUE: ¿Oír el qué? ¡¿Marvin?! ¡¡Espera!! (Le siguió)

Segundos después, Marvin llegó a un callejón y se escondió entre unos contenedores llenos de basura. Delante de ellos estaban dos drogadictos pinchándose.

MARVIN: ¡Mira, Prue!
PRUE: ¡Qué peste! ¿Tenemos que estar al lado de unos contenedores?
MARVIN: ¡Atenta, ahí hay dos tíos, necesitas comer!
PRUE: ¿Comer?... me suena mal (entrecerró los ojos para verlo mejor) ¡Se están drogando, se están pinchando, yo no pienso besar a ninguno de los dos! ¿¡ES QUE ESTÁS LOCO!? ¡Ellos ya tienen bastantes problemas con lo suyo! pobres.
MARVIN: ¿Entonces, qué quieres, dejar en coma a un simple turista japonés que pasaba por aquí?
PRUE: Yo... ¿no hay solución para esto? ¡ESTOY HARTA! ¡ME CUESTA ASIMILARLO! (Los gritos hicieron que los drogadictos salieran corriendo)
MARVIN: ¡Mierda! ¡Hazlo, ahora!
PRUE: ¡No, me niego! ¡Marvin, por favor, no!
MARVIN: ¿Es que quieres verte de nuevo en mal estado? mírate ahora y comparate al principio, no hay color.
PRUE: Me odio, quiero una solución para esto... (Cerró los ojos, se quedó pensativa, suspiró, los volvió a abrir y elevó su brazo haciendo caer a los toxicómanos al suelo. Se acercaron) Lo siento mucho, de verdad...
MARVIN: Les vas a hacer un favor. (Cogió a uno de ellos). Toma Prudence
DROGADICTO: ¡No, por favor, no me hagáis nada! (Prue intentaba besarlo) ¡TENGO DINERO! ¿DROGAS, QUEREIS DROGAS? ¡YO OS LAS DOY! ¡SIN PROBLEMAS, SIN CONFLICTOS, SIN RENCORES!
PRUE: No, no son drogas... Lo siento mucho... (Prue acercó sus labios al chico, pero de repente cayó desmayada al suelo)
MARVIN: ¿Qué? ¡PRUE! (Los dos toxicómanos salieron corriendo)
DROGADICTO: ¡¡TÍO, HAY QUE SALIR DE AQUÍ PERO YA Y NO VOLVER NUNCA!!
DROGADICTO 2: ¡¡NUNCA, NUNCA!!

Tres veces tres. - EncantadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora