20. Plan de infiltración.

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El frío del amanecer, invadía las calles de Chicago. Todo estaba tranquilo, sólo se oía el trino de algunos pajarillos. Prue, se balanceaba lentamente en el columpio del pequeño parque situado a pocos metros de la mansión. Desde la ventana de su habitación, Rachel, que se había levantado ya para ir a trabajar, la vio sola y decidió hacerla compañía. Se puso el abrigo sobre el pijama y bajó a la calle. Cuando llegó al parque, se sentó junto a ella en el columpio de al lado.
RACHEL: (Sonriendo) Hola madrugadora.
PRUE: (Pasándola la mano por la pierna) Hola...
RACHEL: ¿Cómo es que te has levantado tan temprano?
PRUE: No sé, me desperté hace un rato, y como no me volví a dormir, decidí venir aquí.
RACHEL: (Mirando el resto del parque) A mi también me gusta este sitio. Es muy relajante. (Miró a Prue) ¿Te ocurre algo?
PRUE: No... bueno... no, nada.
RACHEL: Típica respuesta de un Halliwell cuando le preguntan qué tal, y aunque se encuentre en apuros, decide callar.
PRUE: (Frunció el ceño) Hay veces, el las que me das verdadero miedo...
RACHEL: Jajaja ¿en serio?
PRUE: Seguro que tu madre también es así. Ojala hubiera podido conocerla mejor...
RACHEL: (Se levantó del columpio) Bueno, no es momento de ponerse sentimentales. Está apunto de empezar un nuevo día, y presiento que va a ser bueno...


Mientras, el caos se había apoderado del inframundo. Los demonios corrían sin cesar de un lugar a otro. Se escondían, se defendían, y la mayoría, moría. James, era el causante de esta guerra sin fin. Tras devolver a Arazot al otro plano, decidió tomarse un tiempo para aumentar sus poderes, y ahora que ya lo había hecho, no podía perder el tiempo. Debía hacerse con el trono del inframundo y conseguir a su futura reina, Alice.
JAMES: (Lanzando una bola de energía) ¡Morir!
DEMONIO: (Explotando) ¡Nooo!
JAMES: (Lanzando un rayo a otro demonio) Habéis durado mucho tiempo vivos, pero ahora yo he regresado, y tomaré lo que me pertenece.
DEMONIO 2: (Agachándose) ¡No vas a conseguir el trono!
James agarró del cuello al demonio, y comenzó a apretar hasta que este se convirtió en polvo y llamas que salían disparadas.
JAMES: ¿No? Espera y verás...

Todos los primos se habían levantado ya, cada uno cumplía con sus obligaciones diarias. Melinda y Jared habían ido al P3, tenían que asegurarse de que todo estaba listo para la noche, ya que después de estar varios meses cerrado, iban a volver a abrirlo.
MELINDA: (Cogiendo la caja que contenía las bebidas alcohólicas) Esto... va allí.
JARED: (Corrió hacia ella y cogió la caja) ¡Eh! Tú no puedes coger peso. ¿Te has visto la tripa?
MELINDA: La tripa si, lo que no me veo ya son los pies.
JARED: ¿Por qué no te sientas y me dices lo que tengo que hacer?
MELINDA: (Con ironía) ¡Oh! ¿Y por qué no mejor me llevas a casa y me quedo allí tumbada en la cama, comiendo papilla y levantándome como mucho unos metros para ir al baño de vez en cuando, hasta el día del parto?
JARED: Si quieres...
MELINA: (Volvió a coger la caja) Por favor Jared, ¿podrías intentar no tratarme como a una inútil?
JARED: No te trato como a una inútil, solo te aconsejo lo que es bueno para ti.
Jared agarró de nuevo la caja, pero Melinda no la soltó y tras un pequeño forcejeo, calló al suelo y todas las botellas que habían en su interior se hicieron añicos contra el suelo.
MELINDA: ¡Perfecto! Quedan menos de doce horas para que vuelva a abrir este sitio al público, y tú vas y te cargas las bebidas. ¡Perfecto!
JARED: Lo siento... ¿Llamo para que vuelvan a traer el mismo pedido?
MELINDA: (En tono irónico) No tranquilo, hay botellas de agua mineral de sobra.
JARED: ¿Eso es un si?
MELINDA: Déjalo. Ya me ocupo yo. También tengo que llamar al grupo que tocará para concretar la hora.
JARED: Melinda. Siéntate, tenemos que hablar.
Melinda y Jared se sentaron en las butacas que estaban junto a la barra. Él la cogió de las manos.
JARED: Si estoy haciendo esto, es solo porque te quiero, y quiero que todo salga bien.
MELINDA: Lo sé... pero es que las hormonas me están matando. (Miró al suelo) Me estoy volviendo insoportable...
JARED: No. ¿Qué dices? Solo un poquito, pero cada vez estás más guapa.
MELINDA: (Sonrió) Bueno...
JARED: Nunca he tenido familia. Lo más parecido que he tenido han sido Arazot y James. Y no se cual de los dos es peor... Desde que te encontré a ti, me siento diferente.
Me siento bien. Ahora sólo me preocupo por ti y por el bebe que pronto llegará.
MELINDA: Y por la boda, ¿no?
JARED: (La abrazó) Claro.


Tres veces tres. - EncantadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora