Viaje

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Lucy tardó un poco más de lo esperado en sanar sus heridas, cosa que no extrañó demasiado a sus compañeros debido a que estaba muy débil y no pudo usar su magia para curarse.

Polyushka había prohibido la entrada a casi todo el mundo, solo podían entrar Juvia, Wendy, Sting y ella misma. Solo hizo una excepción con los de su gremio (excepto Natsu y Lissana).

Gracias a esto, pudieron reconcilarase y así Lucy no tendría tanto rencor y odio hacia ellos.

Después de esta visita, Lucy volvió a estar "tranquila", ya que Zeref seguía aún en su mente y el tenerlo retenido la hacía sentirse débil, provocando que sus herida tardaran más en sanar.

A pesar de todo no hubo compliciones ni mayores altercados.

Cierto día, la chica se encontraba de pie, mirando por la ventana el entrenamiento de sus compañeros con una expresión taciturna en el rostro, recordando viejos momentos para ella aún recientes en su memoria.

-Lucy, es hora de tu medicina- le dijo Juvia a sus espaldas. La chica volteó sonriente y se acercó a ella tranquila. Conversando un poco la chica tomó su medicina ( un potingue verde viscoso con olor a especias).

- Gray no para de preguntarme por ti.- le dijo tranquila. Lucy se tenso un poco, sabía que tenía que hablar con él pero no estaba todavía en condiciones como para hablar con el mago.

-¿A si? Vaya, que extraño por su parte.....- comentó mientras de terminaba en liquido del vaso.

-Bueno...lo cierto es que todos preguntan por ti. Les decimos que vas mejorando, pero estan aún así estan preocupados...y yo también.- admitió. La miró a los ojos con dulzura.- No se que te puede estar pasando ahora mismo, pero notamos algo raro en tí.- entonces la chica se dió cuenta de lo que se refería. Aún no había purificado del todo a sus espíritus, por lo tanto, su magia seguía siendo oscura.

Miró sus llaves, que reposaban en la mesita de noche, al lado de un vaso de agua y vio que estan negras y opacas. El corazón se le encogió y rápidamente las cogió, pero el contacto con su piel y las llaves le produjo ardor. No emitió ni un sonido, pero su mano echaba humo y esto alertó a Juvia.

-Lucy, deja eso ahora. Te estas haciendo daño.- le dijo preocupada. Pero la chica no escuchaba y evitándola, salió de la habitación corriendo y de inmediato parada por Acnologia, que siempre montaba guardia frente a su puerta.

-Ama,¿ a donde va?- le preguntó cortés y con su seriedad habitual. Pero ella no lo escuchó y de inmediato se zafó de su agarre y corrió como pudo fuera del gremio, dejándo tras de sí un cuchicheo por parte de los del gremio de Saberthood.

Llegó fuera y se fue por uno de los senderos escuchando a lo lejos los reclamos de Juvia, pero lo que le importaba ahora eran sus espíritus.

-Deben de haber sufrido mucho. La oscuridad no forma parte de ellos y ahora son monstruos adoloridos.....-pensó mientras corría. Las piernas le flaqueaban a causa de no haberse movido mucho aquellos días, pero con un hechizo sencillo de levitación, pudo llegar sin tocar el suelo a un lugar apartado, el problema fue, que llegó un poco cansada a causa de la "huida" y del conjuro y esto provocó que cayera al suelo.

-Tengo que invocar uno. Al menos con su luz, podrá quitarles a los demás un poco para que no sufran tanto...-pensó en voz alta y cogió la primera llave que notó. Miró el símbolo y sonrió.

-¡Yo te abro puerta del León! ¡LEO!- y ante ella apareció con un fulgor oscuro, un espíritu muy parecido a Leo, pero esta vez, era una sombra oscura de ojos rojos y dientes afilados. Emanaba un aroma a veneno.

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