Oh...no

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-Ummm....-murmuró una chica de cabellos dorados mientras se levantava de su cama. Al abrir sus ojos marrones cual café no pudo evitar volver a cerrarlos debido a que el Sol se colaba juguetón desde su ventana. Con pereza, se levantó de su cama. cogió una muda de ropa y fué a darse una ducha muy caliente y lenta. No tenía prisa y tampoco le importaba mucho el tiempo, para ella el paso del tiempo y las horas estaba desfasado. Casi como un robot, empezó a lavar su cuerpo y cuero cabelludo, después se vistió con unos pantalones por la rodilla de color tierra y una camisa blanca simple, junto con unas sabrinas* y una diadema de color chocolate. Rápidamente, pescó un bollo de leche y se marchó de allí junto con sus llaves y un libro. El cielo en la ciudad estaba empezando a nublarse, pero eso no le importo a la rubia, de echo se alegraba de no ser la única lúgubre.

No tardo en llegar al gremio conocido como Fairy Tail, el más ruidoso y fiestero del continente. Con monotomía abrió las puertas de madera del edificio y sin saludar a nadie se dirigió a la barra. Iba andando tranquila, pero aún así notaba las miradas de reproche que le daban, sólo cuando llegó a la barra Levy la saludó normalmente.

-Hola Lucy! Cómo dormiste?- le preguntó la chica, Lucy se encogió de hombros.

-Cómo siempre Levy...como siempre.- Dormir sin soñar, eso era lo que hacía Lucy.

La peliazul intentaba entablar conversación con ella, pero esta daba respuestas cortantes y ella solo se limitaba a intentar no decir nada que la pusiera incómoda. Sabía que día era y era normal ver a Lucy así, ahora sí.

-VOLVIMOS!- dijo una voz aguda y procedente de una fémina. Todos gritaron y alzaron sus copas en señal de bienvenida.

-AYEE!!- la coreó otra voz masculina. A Lucy le dieron escalofríos, sabía que llegarían hoy, pero no tan pronto. Intentó aparentar estar normal, pero al parecer todos la miraban para saber que haría la chica, o por lo menos la reacción ante sus presencias. Sabían que ellos tres tenían problemas y esos problemas afectaban a todos, pero, los que antes eran amigos de la blonde, la miraban con lástima sin poder hacer nada. 

-OHHH!! Pero mira quién está aquí! Pero si es la rubia- a continuación se sentó al lado de ella con una postura altiva y engreída.-¿Otra vez con libros y sola?- Levy se levantó para replicar, pero Lucy la paró con el brazo y la miró con cara de "NO".

-Lisssana, ¿en serio no tienes nada que hacer? Me gustaría seguir leyendo.- dijo con voz monótoma. La albina puso cara de asco y le lanzó un vaso de agua a la cara, poníendola chorreando**. Lucy se limitó a mirarla molesta.

-UUUYYY!! Que miedo! La rubia me va a pegar!- fingió una voz ahogada y luego la miró con desprecio.- De que vas, chaval- y la empujó, tirándola al suelo. Levy intentó ayudarla a levantarse, pero Lucy ya lo izo y no tardaron en tirarle cosas a la cabeza, entre ellas trozos de comida y vasos.

-Que estés embarazada, no significa que hagas lo que te venga en nada.- esta vez Lissana la miró con odio y la cogió de los pelos, para luego darle contra el suelo y largarse.

-Natsu, amor...¿Qué piensas de ella?- dijo pegándose a él como una lapa. Él solo la miró con desprecio, algo que para Lucy fué una punzada en el corazón.

-Nada...- Lissana sonrió y miró la reacción de Lucy, pero esta solo se paró con el rostro indiferente y siguió hablando con Levy.

De repente y sin previo aviso, llegó Plue por la puerta con una carta en la mano. Dirigiéndose a Natsu, le dió la carta. Este la abrió y leyó el contenido.

-El rey de Magnolia va a celebrar una fiesta. Todos los miembros de todos los gremios deben asistir allí para la celebración. Quién no vaya recibirá un castigo por deslealtad al rey.- todos recibieron la noticia con vítores y alegría, menos una rubia y su amiga.

-Quieres que vayamos a ver vestidos...?- le sugiró la pequeña maga. Lucy solo sonrió triste.

-Ve con Gajeel..debeís escoger algo que conjunte con los dos.- la pequeña se ruborizó, pero no se fue de al lado de la rubia.

-Bueno, aunque nos hayan invitado a todos la fiesta no es hasta dentro de 1 mes, creo que habrá que preparase adecuadamente, pero creo que algunas no cabrán en sus vestidos.- y rió. La rubia, arta de tanta mofa hacia su persona, cerró su libro y se fué de allí tan dignamente, acompañada de abucheos por parte del séquito de la albina e insultos. 

Aunque fuese de noche, caminó y caminó hasta un sendero ya abandado y rodeado de ruinas mohosas. Con cuidado de no tropezar, siguió avanzando hasta encontrar un riachuelo rodeado de árboles, entre ellos, un sauce. Con algo de brusquedad, se sentó en sus ramas y observó el pequeño rio. Era una noche sin luna, por lo que apenas se veía, pero eso era bueno. Lucy en esos momentos quería que la oscuridad la ocultara y con ella, sus lamentos.

*Sabrinas: En otros países son bailarinas, era una simple aclaración para los que no lo supiesen.

**Chorreando: Que está mojado, que gotea.

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