Tortuosos recuerdos

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Me encontraba en un bar cercano a mi hotel. Estaba bebiendo mi segunda cerveza cuando una muchacha que pasaba a mi lado me sorprendió. Tenía el rostro entristecido y el rímel corrido. Los demás no podían ver bien su cara, ya que el antro estaba casi a oscuras, pero yo con mi aguda visión pude verla claramente. Era rubia y sus ojos marrones todavía estaban rojos de llorar.

-Dame lo más fuerte que tengas.- le pidió a la camarera. Ella obedeció sin rechistar y en un pequeño vaso, le sirvió una bebida de color caramelo.- Deje la botella- le pidió mientras soltaba un par de billetes encima de la barra. La camarera asintió, cogió el dinero y se fue a atender a otros clientes.

La miraba curioso. Había visto muchas veces llorar a chicas, pero esta en especial me sonaba de algo.

Cuando se sirvió de nuevo otra copa pude ver un símbolo en su mano derecha. Fairy Tail

Los acontecimientos de los Grandes Juegos Mágicos vinieron a mi mente rápidamente y la reconocí. La chica de Natsu.

Habían pasado ya casi cinco meses de aquello y aún recuerdo con nitidéz el palizón que le dio Minerva. La miré aún más curioso, era extraño no verla con ese Exceed que casi siempre la acompañaba en los Juegos. Entonces me fijé en sus ropas. Iba con un vestido verde pálido con flores rojas en la esquina del vestido junto con unas sandalias. Tenía el pelo revoloteado, pero se podían ver algunas orquillas con las mismas flores rojas en su pelo. Parecería una niña sacada de un cuento, si no fuera por su cara desmarcada y su pelo enmarañado. Sin darme cuenta, la chica ya me estaba mirando con la cara apoyada en su mano.

-¿Qué?- dijo en un tono muy cómico y a la vez borrachuzo

-Wow, si que te emborrachas rápido chica- le comenté. Ella entornó los ojos como intentando saber quien soy.

-Tú...-me volvió a mirar, pero esta vez con molestia y rencor. Se levantó de la silla con los brazos dispuestos a golpearme y la mirada llena de odio. Yo también me levante, dispuesto a defenderme, pero lo que izo me desconcertó bastante.- Eres muy liiindo....- y dicho esto se tiró encima mía, enroscando sus piernas en mi cintura y poniendo los brazos alrededor de mi cuello. Se la notaba graciosa y olía a alcohol junto con su propio perfume.-Tienes el cabello muy suave...- comentó mientras me revolvía el cabello y tiraba de él. Se reía mucho y yo estaba muy extrañado.

¿Qué clase de chica hace esto?.

Y después de colgarse de mí y yo intentando quitármela de encima me mordió el cuello y los hombros. Asustado por que la condenada tenía los dientes bien afilados, empezé a intentar sin mucho éxito zafármela de encima, pero no podía, estaba bien sujeta a mí.

Al final, no se cómo me la saqué de encima fuera del bar, en mitad de la calle. Ella cayó estrepitosamente contra el suelo y me miró con una gran sonrisa.

-¡Soy Plue!- y con esto empezó a hacer un baile extraño junto con un ser bastante extraño (no se de dónde narices salió) de color blanco y parecido a un gusano.

-Vale, yo me largo.- y dicho esto me di la vuelta e intenté irme. Pero de nuevo me retuvo por detrás.

Me giré molesto de tantas tonterías, dispuesto a decirle un par de cosas cuando vi que estaba llorando de nuevo.

-No te vayas....- dijo entre lágrimas, para luego estallar en un llanto bastante cómico. Sin saber muy bien que hacer, me la llevé de allí a un sitio un poco más apartado e intenté calmarla.

-No se que carajos te hicieron pero, deja ya de lloriquear y de hacer el indio, ¿estamos?- la chica paró su llanto e hipando me dijo.

-Lucy fue una tonta y una ciega....- me callé al ver que estaba empezando a ponerse un poco más seria.- No vi a través de mi propio novio ni de los engaños de esa zorra...-

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