La llegada

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Lucy pasó de nuevo una buena temporada a cargo de Polyuska, fueron dos semanas de cuidados intensivos ya que Lissana le había perforado el hígado, dañado un pulmón y partido la cabeza del húmero. Aparte de eso un montón de cortes profundos y superficiales, y muchos moretones. No tuvo sueños, ni siquiera se movía. El único movimiento que realizaba era el de su pecho al subir y bajar.

Por su parte, los antiguos compañeros de Lucy fueron a hablar con Lissana, pero esta se negaba a escucharlos y los amenazó de nuevo. Era algo muy cobarde por su parte, pero amaban demasiado Fairy Tail como para marcharse de allí.

-¿Tanto que ni si quiera podeís defender a una compañera?- les dijo Sting claramente enojado. Erza y Gray, que representaban a los demás no supieron que decir. Ante esto Sting les escupió a los pies.

-No os mereceís el cariño y el aprecio que os tiene Lucy.- y los miró de nuevo a los dos con una mirada ruda e impasable-A si que esto es Fairy Tail, menuda mierda de gremio. Siempre hablando del compañerismo y del amor entre vosotros. Ya se ve.- finalizó sarcástico y fue de nuevo a entrar a la casa de Polyuska para velar de nuevo por Lucy.

Mientras Lucy dormía, Fairy Tail era un caos. Todavía no se habían recogido los estropicios de la fiesta y la sangre de Lucy aún seguía en el suelo. 

Lissana estaba que no cabía en su gozo y no paraba de recordarles a todos que ella era la nueva maestra y que le debían respeto. El pequeño grupo de antiguos compañeros de Lucy, estaba amenazado por Lissana, nadie sabía como se habían enterado de sus puntos débiles, pero los tenía sujetos de pies y manos. Natsu por su parte, intentó hablar con Lissana, pero ella lo calló con una bofetada. Sus hermanos intentaron lidiar con ella, pero también los amenazó. ¿Y Macarov?. Él pasaba de todo y se estaba constantemente fuera sin prestar atención a lo que ocurría dentro. Muchos del gremio que se oponían a Lissana estaban desaparecidos o muertos.

Si, exacto. Lissana había convertido al gremio de Fairy Tail en algo parecido a una mafia. ¿Pero dónde quedó la niña buena que antes era? Nadie lo sabía. Ni siquiera Natsu o alguno de sus hermanos. 

El caso, era que Fairy Tail era un caos y Lissana era la dueña de este.

Habían pasado ya tres semanas después de los cuidados intensivos y todavía no despertaba. La curandera decía que era algo normal después de lo que habían pasado. Sting estaba siempre con ella y no se separaba un momento de ella, a no ser que viniera Polyushka, que lo sacaba  a patadas de allí para cambiarles las vendas a Lucy.

-No pudes seguir así Sting, esto ya ha pasado más veces y sabemos que se pondrá bien. Debes descansar, llevas semanas sin dormir y sabes que eso no es bueno.- le dijo Rogue fuera de la casa. Yukino había ido de nuevo al gremio a dar parte de que estaban a salvo y bien, ya que los avisos de pueblos y aldeas destruidas estaban a la orden del día y cada vez eran más. La gente de los gremios ya daban avisos del avistamiento de Zeref en algunas de las aldeas arrasadas y eso no era bueno, nada bueno.

-No puedo estar tranquilo Rogue y mucho menos dormir.- le dijo dando vueltas en el claro que había frente a la casa de la pelirosada.-¿Y si deja de respirar? ¿Y si se cae de la cama? ¿Y si...?-

-Por todos los fósiles, ¡quieres dejar de....!- pero su discusión fue interrumpida por una sombra que se acercaba a ellos. Notaban su movimiento y sabían por donde llegaba debido a que por caminaba, las plantas morían. Los hermanos estaban tensos y miraban hacia donde la tierra moría con una pizca de miedo.

-Huele a muerte y carne quemada.- susurró Rogue y Sting le dio la razón. 

Al final, la persona desconocida izo su aparición.

-Zeref...- dijeron los hermanos a la par. El recién llegado les sonrió feliz, algo que les desconcertó.

-Muy buenas Dragones Slayer's, creo que teneís algo que me pertenece.- ambos se miraron extrañados.-O más bien, alguien.- puntualizó. Un sudor frío les recorrió la espalda a ambos pero no contestaron.-Vamos, entregadmela por las buenas.- insistió todavía de buen humor.

-Te refieres a Lucy, ¿no es cierto?- dijo Sting tenso. Zeref asintió.

-Lucy, ¿eh? A si que así se llama la maga de espíritus celestiales y próximamente, discípula mía.- se le veía muy feliz, a pesar de que tenía los ojos totalmente rojos.

-¿Discípula dices? ¿Estás loco?-le gritó Rogue. Zeref se puso una mano en la barbilla,  como si pensara.

-Puede, no, estoy seguro.- los miró con una sonrisa radiante.- Sip, estoy completamente loco.- los Dragones Slayer's se miraron extrañados ante la actitud del mago más poderoso y despiadado del universo.-Pero ese no es el tema del día. Necesito a esa mujer, ahora.- dijo retomando el tema anterior.

-No te la entregaremos.- dijo Sting entre dientes. Zeref se acercó más a ellos.

-Que todavía este magullada, no significa nada. Yo la cuidaré como se merece.- dijo muy seguro de sí mismo Zeref.

-Magullada o no, eso da igual. No te entregaremos a Lucy.- La mirada de Zeref, dejó de ser divertida a pasar por una aterradora. 

-Veo que todavía no lo entendeís muchachotes, esa mujer me pertenece.- y dicho esto avanzó tranquilamente hasta ellos y con un solo movimiento apenas perceptible, dejó a los hermanos tumbados en el suelo sin poder moverse. Zeref los miró por encima del hombro, sonriendo malévolamente.-Ahora, si me disculpaís.- y caminó hasta la casa para luego adentrarse en ella.

Una vez dentro, avanzó hasta la habitación de Lucy, donde se encontró a la curandera de pie, junto a Lucy.

-¿Tú también vienes a detenerme?- le dijo a Polyushka a lo que ella negó.

-Mi poder no se iguala al tuyo, sería estúpido intentar vencerte o siquiera pelear contigo.- admitió.- Pero, antes de que nos mates, quiero decir que...-

-No os voy a matar, vengo a por la chica.- y dicho esto se acercó a Lucy, la cogió al estilo nupcial y se marchó de allí por donde había venido.

-Mmmm....- susurró Lucy al sentir el frío del exterior y abriendo los ojos supo que algo iba mal. Notaba la energía negativa cerca de ella, muy cerca de ella. Sabía que la tenían sujeta, asi que levantó la vista y de inmediato su rostro se convirtió en una mueca de horror.- ¡ZEREF!- gritó. Pero el pelinegro ni se inmutó y se limitó a sonreír. Asustada miró a su alrededor y vio como Rogue y Sting estaban en el suelo mirándola horrorizados.-STING, ROGUE.- les gritó. Empezó a moverse inquieta, pero el mago oscuro la tenía bien sujeta entre sus brazos.- SOCORRO, SOCORRO.- empezó a gritar y a moverse más, provocando que algunas leves heridas se volvieran a abrir, pero eso no le importaba, ya que el miedo la dominaba.

-ZEREF, DÉJALA.- gritó Sting echo una furia, pero el mago oscuro les sonrió.

-Adiós pequeños inútiles.- y dicho esto, empezó a desaparecer junto con Lucy. Esta se movía constantemente y la última mirada antes de desaparecer, se la dedicó a Sting.

-STING...- le gritó antes de desaparecer y que su voz quedara como un eco en mitad del bosque.

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