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Puertas

Luego de que el taxi diera varias vueltas estúpidas, Erik recién pudo percatarse que ya era la cuarta vez que pasaban frente el antiguo Castillo y Prisión de Oxford, y ya iban para una quinta. En ese momento, el Profesor indico su domicilio y el taxista acelero veloz al destino, la verdad ya comenzaba a molestarle el frio y quería ir a casa, quizás otro día haría mayores vueltas.

Erik pago veloz, subió las escaleras dentro de la coordinación que le permitió su condición y entro casi pidiendo permiso a su departamento, la verdad, estaba demasiado mareado para pensar, o su cerebro se negaba a hacerlo, en ese preciso momento no quería eso, solo necesitaba una cosa, Café. Un café bien cargado y amargo, eso le quitaría la embriaguez y esperaba que también, ayudara a ordenar su mente y borrar el pasado, detenerlo o retrocederlo, todo para que pasara como un momento inexistente.  

Se lo tomo casi al seco, caliente y con sumo escozor, y viendo que esto no seria suficiente, decidió aplicar la segunda opción, se encamino a la ducha, abrió la regadera a máxima agua helada, alcanzando con suerte a sacarse la ropa, quedando con calcetines y bóxer bajo el agua mas fría posible, una que casi calaba sus huesos, pero que lo ayudo a reaccionar. Se seco de mala gana el cabello, para luego meterse a la cama, raudo y sin querer pensar, cosa que increíblemente, lo sorprendió, porque fue la primera noche en que ninguna pesadilla lo molesto, es como si algo de esa noche hubiera bloqueado todo lo horrible. ¿Fue la película? ¿Los tragos? ¿El café? ¿La ducha? ¿O aquello... que sucedió en el departamento del Xavier? 

Muchas manzanas mas allá, Charles estuvo un buen rato tambaleándose de aquí para allá, es como si por momentos, no recordara ni siquiera su nombre, porque con suerte podía mantenerse en pie

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Muchas manzanas mas allá, Charles estuvo un buen rato tambaleándose de aquí para allá, es como si por momentos, no recordara ni siquiera su nombre, porque con suerte podía mantenerse en pie. Su sentido común aullaba por comprender lo que sucedió, pero le era imposible, así que y solo por supervivencia, su mente busco la solución mas humana disponible, acercándolo escasos metros al sillón, donde se dejo caer, a dormir y sin vergüenza alguna. 

A la mañana siguiente, o mejor dicho, a la tarde siguiente, Erik despertó, algo alarmado al ver que el reloj de su velador marcaban pasadas las tres de la tarde ¿Tanto es que habia dormido? Por suerte el dolor de cabeza palpitante del día de ayer, habia desaparecido, pero no ha si la culpa, esa seguía intacta y no habia sido borrada ni por el café mas cargado, ni por la ducha mas helada y ni siquiera por la noche mas amena y sin pesadillas a cuestas. ¡Dios! El solo imaginar que quizás ya toda la Universidad lo sabia o sospechaba, que alguien los hubiera visto en la premier, en el bar o llegando en esas condiciones al departamento, lo estaba carcomiendo vivo, y forzándose a olvidar, comenzó a revisar los proyectos de investigación pendientes, necesitaba mantener la cabeza ocupada. 

 

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Un Cambio en el Destino [CHERIK]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora