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Hojas

El sonido de la puerta principal abriéndose, lo hizo volver en si de manera casi imprevista, se apresuro a guardar todo de vuelta en su lugar, arreglo velozmente el cajón salido y dejo el closet tal cual lo había encontrado; la puerta del mueble cerrándose, hizo un ruido seco pero potente, el cual, Erik alcanzo a oír, venia de la habitación de huéspedes.

— ¿Charles? ¿Estas despierto? — pregunto cerrando la puerta a sus espaldas

Charles se movía de manera torpe y errática por la habitación, casi como un niño que busca ocultar una travesura recién hecha — ¡Si! — grito nervioso — estoy vistiéndome... ¡Ya salgo! — procurando no dejar la menor huella posible

— Compre unos dulces en tu pastelería favorita — comenta muy risueño — supongo que me hiciste adicto a eso también... — dejando las cosas sobre el mesón de la cocina. 

La verdad, estaba mas calmado y de mejor animo, caminar le había dado tiempo para pensar y alejar ideas tontas, puesto que aun no lograba explicarse a si mismo, ciertos sueños de anoche y acciones de la mañana, todas relacionadas con el joven Xavier. Este por su lado, estaba terminando de colocarse el suéter de Erik, pero no dejaba de mirar el closet ni de pensar en el camisón, se veía fino y de excelente calidad y mientras debatía en su mente, mas preguntas aparecían. ¿De quien era? ¿Que hacia aquí? ¿Porque era la única ropa de mujer que había en este lugar? ¿Era de Emma?... ¿Acaso era de esa mujer que el Profesor menciono anoche? Esa mujer del pasado, que Erik dijo alguna vez creyó amar. ¿La habrá olvidado? 

Eran demasiadas preguntas e interrogantes, por lo que prefirió sentarse, así trataría de ordenarlas, quería pensar con la cabeza fría, pero una sensación extraña lo domino, como una zozobra, desapego... distancia, casi como un tercero en discordia; ¿Porque le afectaba tanto? Se acaricio la cabeza con ambas manos y se agacho sobre si mismo, casi abrazándose, por alguna extraña razón, no le gustaba la idea de otra persona durmiendo ahí ¿Por que? ¿Que me esta pasando? Llego a sentir cierto tipo de calor, como una cólera, subiendo por su esófago, la cual quemaba hasta con acidez.

Erik entro sin rodeos a la habitación — Charles, me estaba preguntando si... — su mirada lo ve sujetándose la cabeza — ey... ¿Que pasa? — acercándose con rapidez — ¿Estas bien? — su voz denotaba preocupación — mírame... — hincando frente a él 

Charles trata de disimular, pero no es muy bueno ocultando sus sentimientos, y sin poder controlarlo, sus ojos comenzaban a brillar, casi humedecidos. Estaba molesto, ofuscado y trastocado, y cuando suele estarlo, tiende a llorar, no porque algo le cause pena, sino porque jamas ha sabido como sacar, como extrapolar la rabia, así que su mente busca una forma desesperada de expresarla y desde hace muchos años, encontró la forma a través de las lagrimas. Le valió muchas burlas cuando niño, pues todos pensaban que era un cobarde llorón, pero lo que sentía era rabia, ira, no pena o tristeza, no podía, no lograba comprender ese sentimiento, rara vez lloraba de pena: de hecho, estaba casi seguro de haber llorado de pena, solo una vez en la vida... cuando Raven murió. 

La tristeza, al igual que el amor, eran sentimientos que él no comprendía y sentía que jamas podría hacerlo, puesto que su mente le decía que simplemente, no eran para él, aun cuando algunas veces trato de comprenderlos, pero no podía expresarlos. Raven siempre le decía que era porque no conocía aun a la persona que hiciera aflorar esos sentimientos en él, lastimosamente, cuando ella falleció, pudo por fin comprobarlo y expresarlos, puesto que si lloro por ella; al menos si despertó en él... la tristeza. 

Pero estas eran lagrimas contenidas, de rabia y ni siquiera sabia el porque ¿Que estaba pasando? Erik seguía fijo mirándolo — ¿Que pasa, Charles? ¿Tienes fiebre? — sus ojos buscaban los suyos. 

Un Cambio en el Destino [CHERIK]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora