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Chimenea

― ¿Alo? ―preguntaron desde el otro lado de la linea 

― ¿Ya llegaste?  ―pregunto el profesor 

― Si, hace exactamente dos minutos ― comenta riéndose ― para no levantar sospechas

― Que bueno, me quedo mas tranquilo... descansa y nos vemos mañana para la revancha ― muy confiando ― buenas noches, Charles

― Buenas noches... Erik ― cuelgan al mismo tiempo 

El Xavier se encontraba sentado en la cafetería de la Universidad, rondaban las diez de la mañana y había mucho movimiento en el campus, pero para él, todos los demás no existían, faltaban algunos minutos para la siguiente clase, cosa que poco le importaba. Su café estaba mas que frió, y la verdad, no entendía porque se había comprado un café, no lo pasaba mucho, siempre prefirió el té, pero el que vendían aquí era tan malo, que el café se transformaba en una delicadeza, o tal vez, se había vuelto demasiado exigente ¿Quien sabe?.

Su cabeza se encontraba lejos de la realidad, lo abordaba un sentimiento de ansiedad y culpabilidad al mismo tiempo, su reciente espontaneidad, como el le había apodado, tenia una batalla encarnizada con su sentido común; deseaba, casi con todas sus fuerzas, ir en la tarde al departamento de... Erik, pero su sentido común le trataba de explicar que ya había sido lo suficientemente entrometido en la vida del profesor, y ademas, estaba la profesora Frost.

Y al parecer la había llamado con la mente, casi como si fuera una telepata, porque la mujer se poso frente a su mesa, con una hermosa y radiante sonrisa, su cabello rubio brillaba mas que el mismo sol, indicando que la mujer estaba de mejor animo, eso alegro al Xavier, aunque la culpa nuevamente volvió, se estaba metiendo en medio de una relación; pero justo su cerebro la detuvo ¿Metiéndose entre una pareja? Eso era imposible, el no estaba haciendo nada, no tenia intereses creados con la profesora Frost, y mucho menos con... Erik ¿O no? Negó con velocidad.

 Hola, pequeño... ¿Puedo sentarme? ― fijando la mirada en la otra silla de la mesa

― Claro, adelante ― señalandole la silla 

La mujer obedece la orden del joven, no había que ser un genio, para darse cuenta que al joven le pasaba algo, Charles era sumamente abierto con sus emociones, tanto, que a veces le jugaban en contra, mas cuando no se percataba que los estaba exteriorizando.

― ¿Y como estas? ¿Como te fue ayer? ― tomando un poco del café que se había comprado recién 

 ― ¿Erik no le contó? ― extrañado, no se suponía que se contaban todo 

Pero la mente de Emma se quedo detenido a mitad de la oración ¿El joven lo había llamado Erik? ¿Desde cuando tanta familiaridad? Mas cuando sabia mejor que nadie, que los Xavier no eran de tutear a la gente, y mucho menos lo haría Charles, era demasiado caballero para eso. 

― Pues no, no me dijo nada ― tratando de disimular su sorpresa ― me refiero a que Erik ― recalcando el nombre del profesor, lo que extraña a Charles ― no tiene porque contarme todo, no soy su mama... ― riendo por lo bajo.

Esta vez, el sorprendido fue el joven ― pues, le compre algunos dulces, tomamos un poco de té, jugamos ajedrez, aunque solo una partida, la cual gane y me invito hoy para la revancha, después del trabajo ― comenta con la mayor neutralidad, como queriendo no darle mayor importancia 

La sorpresa vuelve a Emma, pero esta vez se refleja en sus ojos, habían demasiadas cosas en esa oración que la desconcertaban ― que extraño, porque Erik jamas pierde en el ajedrez, esta invicto hace muchos años ― Charles levanta una ceja intrigado ― bueno, estaba invicto ― ríe mientras toma un poco de café ― y ademas, Erik jamas bebe té ― el joven levanta ambas cejas ― lo detesta, siempre me ha dicho que es como tomar agua con sabor a hoja ― ríe bajando la cabeza ― jamas he logrado que tome aunque sea una taza conmigo, y eso que yo amo el té.

Un Cambio en el Destino [CHERIK]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora