↓nueve↓

1.2K 136 11
                                    

La mañana siguiente despertó con la alarma, se puso su uniforme y salió de casa sin siquiera tomar desayuno antes, debido al frio que sintió al dormir había amanecido un poco resfriado y estornudaba seguido, sus ojos estaban hinchados de tanto llorar el dia anterior.

Felix había ido a visitarlo pero no quiso abrirle la puerta del apartamento, no sentía ganas de hablar con nadie, sólo quería estar solo con su tristeza. Estaba seguro de que lo iria a ver al local apenas saliera de la facultad así que no podía quejarse.

Llegó al trabajo y dispuso a limpiar el mesón, cuando a los minutos más tarde ve entrar a Minho perdiendolo de vista cuando éste se intrudujo en el pasillo de sus galletas favoritas, volviendo con dos paquetes en sus manos, el mayor le sonrió y les entrego las galletas para pagar por ellas, Jisung tampoco pudo ocultar su sonrisa al ver que Minho sonreía levemente, era la sonrisa mas hermosa que había visto últimamente, por unos momentos había olvidado por completo el dia anterior.

— ¿Cómo estás?— Al oir su voz sintió un frio repentino pasar por todo su cuerpo, haciéndolo sacudir sus hombros.

— Estoy bien.. ¿Y tu Minho?—Dijo el menor sin poder evitar estornudar al terminar la frase, el mayor lo miró preocupado y le pasó un pañuelo que llevaba en su bolsillo.

— ¿Seguro que estás bien? Ayer no viniste a trabajar, ¿Estuviste enfermo?

— Ayer.. ¿Viniste al local?— Respondió Jisung dibujando una expresión triste en su rostro, haciendo que el mayor entrara en pánico al ser descubierto.

Para suerte de Minho un grupo de chicas entraron al local a comprar chocolates, Jisung dirigió su mirada a las chicas por un momento y cuando vuelve su vista al mayor, éste se iba yendo por el pasillo rápidamente.

— Lo que sobra del dinero es para ti, y la otra galleta también— Dijo Minho en un tono más alto para que lograra escucharlo y salió del local sin mirar hacia atrás.

Jisung quedó paralizado ante la acción del mayor, ahora tenia un poco de dinero, un paquete de galletas y una pregunta sin responder de Minho. Soltó una pequeña risita y terminó de limpiar el mesón para poder comer su galleta, que ahora se había transformado en su desayuno.

Sin saberlo lo estaba ayudando nuevamente.

Jisung no dejó de pensar en las palabras del mayor durante todo el dia, qué debía hacer con esa información, él siempre aparecía cuando lo necesitaba y se preguntaba si era producto del destino o si alguien del más ayá lo estaba ayudando mandándole un angel muy guapo para protegerlo.

Cuando llego la tarde y como lo había predicho, Felix fue a buscarlo al terminar su turno, el rubio lo tomó del brazo sin decir palabra alguna y lo llevó a su casa, Jisung se sintió incomodo y no quería entrar ya que de seguro le preguntarían cómo estaba luego del accidente y sentirían lástima por él, aunque la madre de Felix siempre había sido buena con él y se preocupaba bastante.

Sentía que era mejor irse a casa pero debido a que el dia anterior había ignorado al rubio por completo, no podría hacerlo otra vez o se enojaría con él. Resignado entró saludando a las hermanas del rubio y luego a su madre que se encontraba cocinando la cena, ella sólo lo saludó desde ahí y le dió una sonrisa amplia y volvió a lo suyo, eso lo hizo sentir un poco más aliviado. El rubio lo dejó un momento sólo y luego volvió para llevárselo del brazo hasta su habitación.

— Ponte la ropa que esta sobre la cama, te espero afuera— Dijo con una sonrisa tierna y cerro la puerta.

Le había dejado una camiseta y un buso, además de un hoodie para el frio, el castaño sólo se cambio y salió de la habitación, el rubio lo esperaba sentado en el sofá con una manta y la televisión lista para una ronda de videojuegos, en la mesita de centro habían sándwiches y refrescos para ambos, Jisung sonrió y fue a su lado, se tapó con la manta y tomó el mando para retarlo a una partida. Felix aceptó el duelo y comenzó la pelea por el mejor. Su madre sólo los miró y dejó que fueran felices.

HELP | minsung Donde viven las historias. Descúbrelo ahora