LA NUEVA INQUILINA ( Marvel )

La desgracia

Después de que Peter saliera misteriosamente de la sala, Tony no dudó en ir tras él para averiguar lo que sucedía.

—Vale, ahora cuéntame que pasa —decía aproximándose a Peter.

Peter se quedó mirando a Tony muy seriamente, pero no contestó.

—Y quiero que me digas la verdad —insistía Tony

En ese momento justo cuando Peter iba a contarle lo que pasaba, Davinea salía de su habitación para bajar al baño, pero al ver a Peter llorando y a Tony junto a él, sospechó de que ocurría algo y no dudó en esconderse para escuchar la conversación y así averiguar que pasaba.
Se encondió tras una pequeña columna cerca de ellos.

Peter empezó contarle a Tony lo ocurrido.

—Tony... Mi tía... —empezó a balbucear ya que sus sollozos no le dejaban continuar con fluidez.

Tony le puso su mano en el hombro para consolarle y para que se sintiera acompañado.

—Dime chico...

Peter con un nudo en la garganta y con el alma cayéndosele a los pies se dejaba sus últimas fuerzas en contarle a Tony la situación que le estaba torturando por dentro.

—Mi tía está en el hospital ingresada. Por eso estoy pendiente al teléfono y ando un poco más borde y despistado.

—No tenia ni idea crío... Lo siento mucho... ¿Qué le pasa?

—Prefiero no hablar de ello ahora. En cuanto esté mejor te lo cuento, prometido.

Tony sintió una empatía increíble por Peter. Era la primera vez que veía a su chico destrozado y roto. Su rostro lo delataba: sus ojeras, su pálida piel, sus ojos rojos... Todo apuntaba a que el caos en su interior era inevitable.

—Es duro... Cuando tu única familia está en peligro, te arriesgas a quedarte solo y me siento muy mal Tony... Muy mal... —decía Peter llevándose las manos a la cara.

—Tranquilo, me tienes a mi y a todos nosotros. Se que no es lo mismo, pero algo es algo. —dijo Tony mirándole a los ojos fijamente.

En ese momento Peter se avanlanzó a Tony buscando consuelo y este mismo le abrazó fuertemente como nunca antes había hecho con nadie.

Tras esto el chico rompió a llorar.

Davinea se quedó a cuadros cuando escuchó toda esta conversación, no sabia como actuar. Sus ganas de intervenir y consolar a Peter eran inmensas pero pensó que no era buen momento. Por una vez que Tony estaba siendo cariñoso, era mejor dejarlo.

Inmediatamente tras esto volvió a su habitación, se le pasaron hasta las ganas de ir al baño.

Mientras tanto Tony Y Peter se quedaron prosiguiendo la conversación.

—Chico, te puedes quedar aquí si quieres, hay habitaciones de sobra y así no te sientes tan solo .

—No... Te lo agradezco, pero no quiero molestar, además en estos momentos prefiero estar en mi casa.

—Pero... ¿Te las puedes arreglar solo? Es decir, llevar una casa... Es complicado.

—Si Tony... No te preocupes.

—Vale chico, ya sabes para lo que me necesites aquí estoy, como siempre.

Tras esto Peter soltó una sonrisa forzada que estaba mojada por sus lágrimas y se dispuso a irse a paso lento.

Cuando Davinea vió por la ventana a Peter marcharse no se lo pensó dos veces cuando ya estaba bajando para decirle a Tony una cosa que le rondaba por su mente.

Tony estaba mirando su móvil disponiéndose a entrar de nuevo a la sala. Pero un leve grito se lo impedió.

—¡Tony! He visto que Peter está mal y yo no quiero ser una carga para él. No quiero molestarle, ni hacer que se sienta peor.... Por lo tanto, si me tengo que quedar aquí y no ir al instituto para no molestarle, no pasa nada.