Sissi
Estaba sentada en el sillón junto a la ventana de mi habitación. Habíamos llegado hace dos días de la gira que el rey habia propuesto por la dinastía.
Luego del incidente en la plaza, Ansgar habia cancelado el resto del viaje, y yo me habia mantenido encerrada desde nuestra llegada.
Senti que tocaban la puerta.
— Pase
— Mi señora — uno de los sirvientes del rey entro a mi habitación, e hizo una reverencia — el Rey solicita su presencia en la sala de guerra.
Debió notar que no me moví del sillón.
Me sonrió.
— De inmediato, mi señora.
Me giré y logré que al menos se estremeciera.
Estaba perdiendo el toque para asustar a la gente, pero la forma en que lo mire aun tenia un poco de poder en el palacio.
De todos modos, me levante y caminé detrás de él a la sala de trono.
Vincent se cruzó conmigo a mitad de camino, y arrugo la frente apenas me vió.
— A donde va, mi señora?
El sirviente se aclaró la garganta.
— Mi señora ha sido convocada por su Majestad a la sala de guerra.
— Disculpa — me puse las manos en las caderas — el General se estaba dirigiendo a mi, no estas en posición de responder por mi.
El hombre agachó la cabeza.
— Adelantate — hice un gesto con la mano — yo iré en seguida.
Titubeó un poco, luego hizo una reverencia y se retiró.
Vincent se cruzó de brazos. Yo sabia porque.
Agité una mano.
— Lo siento, pero no es correcto que responda por mi.
— Que querrá Ansgar? — preguntó Vincent.
Sacudi la cabeza.
— No lo sé — respondí.
Hizo una pausa.
— Quieres que te acompañe? — pregunto.
Me negué, haciendo un gesto con la cabeza.
— No — agregué — no creo que quiera vernos juntos después de lo que paso el otro día en la plaza. Prefiero no provocar problemas.
Asintió.
— Bien — dijo.
Estiró la espalda y me dió un beso en la mano.
— Cuéntame lo que suceda, si?
Asentí también y seguí caminando hacia la sala de guerra.
Cuando llegue estaba Ansgar solo frente a su escritorio.
Tuve un breve recuerdo de haberlo amenazado hace algunos meses, cuando intentaba que rescatara a Vincent.
Ahora también tenia el presentimiento que tendría que rogar por algo, y no estaba con ánimos de hacerlo. No si de todos modos, el intento de hombre que había frente a mi, jamas cumplía sus promesas.
Hice una leve reverencia, solo con la cabeza.
— Mando a llamarme, su Majestad?
— Si, su alteza — dijo Ansgar, levantando la vista de su escritorio — siéntate, Sigrid.
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Heredera de las sombras
FantasyLa Duquesa del silencio es la heredera al trono de la dinastía Sjöberg. La pequeña Sigrid ha crecido para convertirse en una mujer sedienta de sangre y venganza, y no habrá limites para ella, cuando la salvación de su pueblo, y quienes ama, esten en...