capitulo XXVI

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Sissi


El cuerpo me duele y el alma aun mas.

La visita a su madre fue lo mas doloroso que tuve que hacer en mi vida.

La conversación fue demasiado dolorosa.

Su madre lloraba y yo no sabia que decir ni como consolarla. El dolor apenas me habia dejado y no era capaz de darle palabras de aliento en las que no creía.

Me abrazo y finalmente tuvieron que darle un tónico especial para calmarla.

Apenas volví al palacio no tuve ánimos para nada y me metí en la cama.

Los sueños se repiten.

Las imágenes se repiten.

De nuevo soy el.

Unas manos me levantan.

Se alejan de mi cuerpo, de su calidez.

Todo se va a negro.

Ahora despierto.

El sol brilla y me molesta.

Voy flotando por un camino.

No flotando.

Voy cabalgando.

Voy cabalgando por un camino.

Siento un dolor en el estomago

Toco mi herida y aun sangra.

Sigo cabalgando y mi cuerpo duele.

Todo se vuelve oscuro.

Abro los ojos y es de noche.

Estoy en un lugar que conozco

Que estoy haciendo aqui?

Que está haciendo el aqui?

Despierto.

Salgo de la cama y bajo los pisos del palacio, corriendo a tocar la puerta de Dary.

— Dary — le digo, cuando aparece en la puerta, con sueño y cubriéndose. — Vincent... soñé con el.. alguien.. Alguien se llevo su cuerpo...

Dary asiente, asumiendo que es lo lógico.

— Lo sé, Sigrid — me dice, con sueño — averiguaremos que paso con el, su madre estaba muy afec...

— No lo entiendes — la interrumpo— creo...

Respiro agitada.

Me muerdo los dedos

Mi cuerpo esta inquieto.

Esto es estupido

Es imposible

Solo fue un sueño

— Sigrid — me dice ella — solo fue un sueño.

Asiento.

Y mi respiración se calma.

— Tienes razón — le respondo.

Vuelvo a mi habitacion.

Pero el sueño no me deja.

Las imágenes se repiten.

No sé que mas pensar.

Hay algo mas, debe haber algo mas.

Al dia siguiente me visto por la mañana y bajo al comedor para desayunar con algunos miembros de la corte y mis damas.

Doy los buenos dias, pero la sensación extraña no me abandona.

— Mi señora — Anette aparece a mi lado y me entrega una carta.

— Gracias — respondo.

La carta tiene el sello de la dinastia Éon.

Ruego que no sea otra declaración de guerra.

No sabría que hacer.

No he visitado a los soldados desde que llegue.

No se quien esta actuando de general por la ausencia de el.

De todos modos, a pesar del miedo, abro el mensaje.

Es una plana y un par de palabras.

Su majestad

Lamento que hayamos empezado nuestras vidas con el pie equivocado.

Permitame extender mis felicitaciones porque ahora es usted quien dirigirá a su pueblo.

Espero que eso signifique que buscaremos la paz entre ambas dinastías.

Créame, es lo que mas deseo.

Como muestra de mi aprecio, y mis buenas intenciones, tengo un regalo para usted. Una muestra de mi aprecio.

La he nombrado heredera de esta dinastía.

No es necesario que sea por matrimonio.

Entiendo lo que significa la responsabilidad de reinar un país, y se que usted quiere tener la oportunidad de dirigir el suyo.

Se que lo harás bien, Sigrid.

Tengo algo mas para ti, espero que lo aprecies.

Heredera de las sombrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora