Llegamos a la cabaña, parecía todo tranquilo. Ni un caminante a la vista, solo el sonido de nuestros pasos pisando las ramas secas.
Cuando entre visualice a mi pequeña hermana jugando con su muñeca y la pistola a un lado de ella, es tan triste que ella viva esto.
—¿Ningún intruso, niña? — pregunto Finn poniendo la comida sobre la mesa.
Negó — Ninguno.
— Bien, dame el arma — ordeno poniéndose frente a ella.
Chloe le paso el arma, Finn la tomo y se alejo rápidamente yendo hacia su habitación. Rodé los ojos, este chico era un completo idiota.
— ¿Consiguieron comida? — la dulce voz de Chloe me hizo volver a la realidad.
— Si, tuvimos un percance. Pero ahora todo esta bien — Sonreí.
Ella siguió jugando con su muñeca, mire mi ropa, estaba hecha un desastre pero ya no me sorprende. Fui a mi habitación esperando encontrar otras prendas, pero para mi mala suerte toda estaba sucia. Así que la tome, agarre un balde que estaba en la cocina y puse agua en este.
...
Chloe y yo habíamos terminado de cenar, todo estaba tan silencioso, y las velas lo hacían más tenebroso. Cualquier ruido que hubiera Chloe se asustaba.
Finn no había salido de su habitación desde que llegamos, ni siquiera para cenar.
— Ire a dormir — aviso Chloe poniendo su plato en el lavaplatos.
— De acuerdo, en un momento voy.
La pequeña asintió con media sonrisa y entro a la habitación, me quede por algunos segundos mirando hacia la nada, mi mente estaba en blanco. Todo esto parece tan solo un sueño, una pesadilla de la cual quisiera despertar ahora.
Suspire mientras me levantaba, me acerque a la habitación de Finn y toque varias veces.
— Finn, hay comida en la cocina... Por si tienes hambre — no hubo respuesta.
Me aleje, quizá este dormido. Me acerque a la ropa que hace unas horas había lavado y tome una de las blusas negras y un pans gris, mire a mi alrededor, no había nadie. Así que solo me quite el pantalón lleno de sangre al igual que la blusa, quedando en ropa interior. Mis brazos tenían heridas, mis huesos sobresalían, pero ahora era así.
Quite la lagrima que resbaló por mi mejilla y me puse el pans, rápidamente la blusa y me la puse.
Recogí mi ropa sucia, me gire para ir a mi habitación pero me detuve en seco al ver a Finn parado recargado en la pared. Su mirada estaba relajada, demostraban completo aburrimiento pero con un toque de picardía.
— ¿Hace cuanto es–estabas ahí? — mis labios temblaron.
— Lo suficiente para ver que necesitas comer más — hablo tajante.
— Eres un asco.
Sonrió de lado — Ve a dormir Monica, mañana saldremos a cazar. En los supermercados solo tienen pura mierda.
¿En serio actuara como si nada? Acaba de verme semi desnuda, es simplemente asqueroso.
Camine enojada hacia la habitación, con las mejillas más calientes y rojas que nunca. Esto sera una completa tortura.