Infernais (𝙩𝙤𝙢𝙖𝙧𝙧𝙮)

Cartas y verdades

Su tercer año ya había comenzado y su permiso para Hogsmade estaba tirado en su escritorio, ya que, como había sido emancipado podía firmarlo el mismo, pero lo consideraba una pérdida de tiempo total, lo único que se podía hacer en ese estúpido pueblo era comprar ropa de media calidad, comida, juguetes o dulces, además, aun no se sentía listo para volver a visitarlo después de lo que había sucedido con Tom en aquel lugar. Prefería pasar tiempo en la oficina de Tom, hablando sobre sus viajes, sus experiencias o debatiendo opiniones políticas, o sobre cómo mejorar alguna que otra opción. Mientras que mentalmente el ojiverde se planteaba si decirle o no sobre su décimo tercer descubrimiento de la sangre de Dragón a su profesor y para que pensaba usarlo... El hombre le había advertido sobre Dumbledore, había confiado en el con su verdadera identidad y él le había confiado el secreto sobre su habilidad de ver la magia, él lo había abrazado y había estado en su mansión de Hogsmade en su cumpleaños... De alguna forma merecía saber

— ¡Harry! ¡No estás escuchando!— reprendió el mayor y el chico esbozo una sonrisa ladina.

— Lo siento, yo... estaba pensando— dijo aun medio ausente,

— ¿Sigues pensando en lo que paso en Hogsmade? — cuestiono Tom, un tono de arrepentimiento y dolor en su voz

— No, eso... ya paso, yo... creo que descubrí una forma de ser un poco inmune al veritaserum— se burló el ojiverde

— Eres un chico muy inteligente y capaz de hacerlo— dijo tomando un sorbo de su té como si nada. Harry bufó

— ¿Puedo saber con qué fin? ¿Y cómo? — interrogó Riddle.

— Con el fin de proteger a mis allegados, en caso de que las cosas se descontrolen, debo admitir que fue bastante difícil, así como encontrar el componente adecuado, que resulto ser Sangre de Dragón de fuego— explicó Harry calmado.

— ¿Cómo podrían descontrolarse las cosas?— preguntó el con el ceño fruncido.

— Intentando cumplir nuestros objetivos, ya sabe, uno de nosotros podría ser capturado por el Ministerio de Magia, o peor aún, por Albus Dumbledore—dijo con asco

— ¿Y cómo funciona niño genio? — inquirió Riddle.

— Es... como una marca tenebrosa, pero sin la parte oscura, solo garantiza su bienestar y el mío, fusionando las magias, y protegiéndolos de hechizos indeseados, y, como mencione antes, del famoso veritaserum. No es una prueba de lealtad o devoción. Soy su maestro no su... Amo, no son animales o personas estúpidas, me siguen, los ayudó para que me ayuden a mí— explicó el menor.

— Realmente interesante, y dime ¿Serías tan amable de darme un poco? — pidió fingiendo pena. Harry sonrió, rodando los ojos y sacó un vidrio tubo con un líquido negro y se lo dio. El profesor sonrió y agradeció.

— ¿Pensaste lo que me habías comentado?— interrogó sabiendo que el ojiverde se había olvidado, y el menor frunció la nariz. —Me habías comentado que, te gustaría saber más sobre Voldemort y yo, te dije que porque no mandarle una carta— le recordó el ojiazul en un tono que decía soy mejor que tú, pero el ojiverde había estado demasiado ocupado como para recordar eso, de entre tantas otras cosas que habían sucedido...

— Lo había olvidado, pero lo haré cuando llegue a mi sala común— dijo y luego de un saludo se retiró, caminando a paso apresurado hasta su habitación, donde tomo pergamino y pluma, y se puso a escribir la carta...

Voldemort, Lord, Señor,

La verdad es que no sé cómo debo dirigirme a usted, jamás había escrito a un Señor Oscuro. En fin, el motivo de esta carta, es que me gustaría saber, y es usted una persona que debe poseer muchos conocimientos sobre muchas cosas, y, si bien amaría sentarme a tomar el té mientras me cuenta sus hazañas, quizás no sea muy bienvenido, que falta de modales los míos, que mal que me han criado mis padres, me presento, mi nombre es Harry James Potter Volant estoy en Slytherin, comenzando mi tercer año, y una vez leído eso, sepa que no está obligado a responder pero sería bueno que lo hiciera. Después de todo, creo que no soy lo que todos esperan.