Harry se puso unos pantalones negros y una camisa verde, era tarde, apenas unas horas habían pasado desde la cena, en la cual, no se había odio otra cosa que el nombre de hacía Sirius Black había sido visto por Ronald Weasley, afirmando que se había aparecido frente a su cama con una daga, y, para su suerte, eso había sido confirmado por la dama gorda, quien había dicho que Sirius Black había rayado su cuadro, y de hecho, si pasabas por ahí, se podían ver las dos rayas que rompían en lienzo Recordaba el caos que este evento había causado, había sido divertido ver a los Gryffindor tan asustados... Los intentos de Black por entrar a la sala común de los leones habían sido varios, lo que le dio a entender a Harry, quien ya sabía la verdad, que estaba haciendo obvio que no lo buscaba a él, pero... ¿Por qué a Ronald Weasley? Que tenía el, no tenía dinero, ni poder... ¿Acaso los Weasley habían complotado contra sus padres? ¿Acaso los Weasley habían ayudado a Dumbledore? Harry se puso a pensar que incentivó tendría Sirius Black para intentar asesinar al Weasley menor, él no tenía nada que ver con el hecho de que haya sido inculpado ¿O sí? No que el supiera, a no ser que estuviese realmente desesperado por comida y quisiera comerse a esa rata asquerosa que Ronald se cargaba a todos lados
¡El animago! Como es que no lo haba pensado antes, era obvio, que idiota había sido al no ver lo obvio ¡La rata era Peter Pettigrew! Oh disfrutaría tanto cazarla y llevarla donde Black, pero no lo haría por él, no, lo haría por vengar a sus padres... Primero debería localizar al animal, no sería tan difícil con tanto con una capa de invisibilidad, hoy era viernes y las clases habían sido canceladas por el avistamiento de Black cerca del lago negro, por lo que esos días todos los alumnos de todos los años iban a estar durmiendo en Gran Comedor, cosa que le parecía desagradable a los Slytherin ya que ellos estaban acostumbrados a sus habitaciones individuales. Harry reviso el reloj, eran las 7, sabía que Ronald y sus amigos eran tontos y en vez de estudiar, cuando terminaban la cena salían a molestar, por lo que tuvo la idea de ponerse la capa de su padre e ir hasta la entrada de la sala común de Gryffindor, si alguien salía o entraba el entraría, de todos modos, nadie dormiría ahí en un tiempo, ya que todos dormirán en el Gran Comedor, en bolsas de dormir...
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Llego donde el cuadro de la dama gorda y vio al Weasley menor y sus amiguitos...
— Mañana es nuestra primera salida a Hogsmade Ron ¿Llevaras a Scabbers?— pregunto Finnegan.
— ¡Merlín no, como crees! Está en mi cama durmiendo, es tan vergonzoso que me obliguen a tenerla, ni siquiera sirve para enviar cartas, lo único que hace es parecer muerta, y a veces desearía que lo estuviese... — dijo con asco el pelirrojo, mientras el ojiverde sonreía complacido desde abajo de su capa.
— ¡Vamos! Hay día libre y oí que hay un par de Slytherins cerca del lago negro ¡Podemos hechizarlos!— sugirió Dean Thomas, y los tres corrieron, Harry rodó los ojos ante su comportamiento infantil, para luego transfigurar su uniforme a uno de Gryffindor, y guardar su capa en el bolsillo. Se acero al cuadro, y, poniendo su mejor cara de tristeza, le dijo a la dama gorda que había olvidado la contraseña, que unos niños lo habían golpeado, le rogo que lo dejase entrar, por lo que ella se apiado y le abrió la puerta, haciéndolo sonreír victorioso, mientras avanzaba por los corredores, revisando las puertas, hasta dar con la habitación.
Weasley, Finnegan, Thomas, Longbottom. Decía la placa dorada, sonrió y entro en silencio, cuando divisó la cama del pelirrojo, se acercó con cautela, en ella descansaba la rata, así que, sin dudarlo la aturdió, para luego meterla en una caja que encontró por ahí, la cual había atestado de hechizos de seguridad, la encogió para luego meterla en su bolsillo y salir de ahí como si nada, planificando juegos para su nuevo amigo Peter
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Harry jamás sonreía, sus sonrisas eran algo... aterradoras, tenían la particularidad de hacer temblar a la gente, ya que no era muy expresivo, y, las pocas emociones que mostraba abiertamente eran la molestia, el desagrado y la burla. Pero sus sonrisas, no eran como las de un niño de trece, no te hacían sentir criticado, ni eran sonrisa de deseo... No, eran sonrisas que rara vez salían a la luz, y que solo presagiaban horror, tanto así, que la gente lo veía caminar y rápidamente se apartaban de su camino, lo que lo hacía sonreír aún más, no es como si fuera a soltar una imperdonable en el medio del pasillo ¿O sí? No tardó mucho en llegar a su destino, y, si bien había confianza, tocó la puerta, escuchó el ruido de algo caerse, un grito, risas, un golpe, y luego la puerta se abrió, mostrando a Tom, con una media sonrisa, la camisa al revés y cara de haber corrido diez vueltas al campo de Quiddich
— Harry— saludo el mayor, invitándolo a pasar, su habitación estaba inusualmente desordenada y su cama deshecha, el menor se sintió incomodo, fuera de lugar...
— ¿Interrumpí algo?— pregunto observando la cama y su camisa, y el mayor negó
— Nada, solo, una pequeña... charla con un viejo amigo, al que quiero presentarte—hablo el ojiazul y Harry sonrió, tratando de ignorar el sentimiento de molestia que nacía de su interior ¿Acaso quería presentarle a su amante? ¿Por qué no le había contado antes? ¿No era que ya no habría secretos entre ellos? ¿Por qué Tom se estaba viendo con alguien sin haberle dicho?
— ¿Qué pasa Harry?— volvió a preguntar en mayor serio, pero el sonrío y le mostró la caja, devuelta a su tamaño
— No comprendo— se disculpó Riddle.
— Voldemort, había mencionado, en su carta, algo de que mis padres no habían muerto bajo su mano, si no bajo la de Dumbledore, por culpa de un tercero, un traidor, Peter Pettigrew, y que es por el que Black está rondando el castillo— sonrió, destapando la caja y señalando la rata aturdida. El cuerpo de Tom se estremeció al ver al animago, las ganas de asesinarle sobraban, pero sabía que si lo hacía Sirius quedaría culpable hasta la muerte...
— ¿Cómo...? — preguntó en un hilo de voz.
— Voldemort pudo haber mencionado que era un animago ilegal, una rata y además, Black solo ha intentado entrar a la torre de Gryffindor, a la habitación de Ronald Weasley, no hay que ser Ravenclaw para saber qué es lo que busca, si me quisiera muerto podría haberlo hecho en varias ocasiones, además Weasley es el único que tiene una rata, demasiada coincidencia ¿No crees?— afirmó, y Tom lo abrazo, él había olvidado por completo que había escrito esa carta y que había mencionado a Pettigrew
— Harry eres un joven muy inteligente, tus padres estarían realmente orgullosos de ti, tanto o más de lo que yo lo estoy— dijo cuándo se separaron, y el azabache sintió un calor que inundaba sus sentidos, un calor reconfortante que pulsaba a su alrededor —Aun debes conocer a mi invitado— comento, la expresión de Harry decayó ¿Aun pensaba presentarle a su amante? Como si estar enamorado de un hombre veinte años mayor ni fuera suficiente ¡No! El hombre mayor debía estar con alguien, Merlín me odia, pensó el ojiverde
— Y sin excusas— advirtió el ojiazul
— Tom, son casi las nueve ¿Acaso no hay toque de queda? Además ¿No sería extraño si saliéramos solos? ¿En la noche? ¿Tú y yo? — se burló el menor
— Lo sé, y como tú eres un joven desobediente, y saliste fuera del toque de queda, yo te atrape mientras hacía mis rondas, y te escolte a tu sala común— Riddle le guiño un ojo y el más bajo asintió
— Comprendo profesor— se volvió a burlar
— Bien, ponte la capa y sígueme— ordeno Riddle. — ¡Y lleva la rata!— exclamo, por lo que Harry encogió la caja y se puso la capa para seguir a Tom por los pasillos, el patio, el lago negro, y hasta la cancha de Quiddich...
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— ¿Qué hacemos aquí? Hace frío— se quejó el menor guardando la capa, por lo que Tom lo metió bajo su brazo abrazándolo contra él, haciéndolo sonrojar
— Hasta parece que me quieres secuestrar, nosotros dos, solos, en la noche— se burló el menor, a lo que el ojiazul rodó los ojos, pero el ojiverde se sintió verdaderamente vulnerable, estaba afuera, de noche, sin saber a dónde iban... Hasta que una especie de lobo negro salió del bosque y corrió hacia ellos, Tom solo asintió, siguiendo al lobo, quien, con la cabeza, levantó una de las telas que cubrían las gradas de Gryffindor, y desapareció, ellos lo siguieron, entrando en la estructura de madera, habían tres sillas, una mesa y una vela, y, como la tela llegaba hasta el suelo nadie de afuera podría ver nada...
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Infernais (𝙩𝙤𝙢𝙖𝙧𝙧𝙮)
FanfictionHarry James Potter, toda su vida había sido planeada por el como si fuese una marioneta, pero ¿Que pasaría si se liberara de los hilos y no fuese lo que todos esperaban? Harry no encajaba con lo que ellos necesitaban... ¿Y que pasaría si Tom Riddle...