Infernais II

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Las clases iban excelentes, y si bien Harry ya no tenía a Tom en Hogwarts, se escapaba con un translador todos los fines de semana y los pasaba a su lado, porque lo amaba, tanto que olvidaron que estaban en guerra, pero no tuvieron tiempo de olvidar. Jamás lo tendrían.

****

Tom caminaba de un lado a otro, en su estudio en Riddle Mannor, estaba preparando los papeles para cortejar a Harry y poder pedirle matrimonio. Debía presentarlos a sus mayores, en este caso a su padrino, el contrato consistía en pedir permiso a Sirius para poder cortejar a Harry por dos años, ya habiendo pasado uno, debía hacerlo hasta sus diecisiete, y ahí, si el menor aceptaba el regalo final le propondría matrimonio, el regalo final consistía en una rosa, con un pétalo de plástico, el cual estaba pegado, con una frase, que decía, "Te amaré hasta que todos los pétalos de esta rosa se caigan" ya tenía al padrino de bodas; Lucius.

Y sabía que hoy era un día importante para su Harry, hoy irrumpiría en el Ministerio junto con sus seguidores, por lo que procuro estar listo... las protecciones de la casa vibraron, anunciando la llegada de alguien, y en ese instante su novio apareció frente a él, con una preciosa capa bordo y un antifaz dorado

— Te vez hermoso— susurro el ojiazul acercándose al menor con una sonrisa, la cual este devolvió.

— Debería verme intimidante Riddle— hablo Harry torciendo su sonrisa

— Oh créeme que me intimidas cariño— murmuro el más alto besando a su pareja, quien correspondió al gesto pasando sus manos por la cintura del mayor, el cual suspiro

— Gracias Tom... p-por... bueno, p-por todo, por apoyarme... y-yo, lo aprecio... a ti... te aprecio— hablo Harry aun abrazado a su compañero

— De nada esmeralda, siempre estaré ahí para cuidar de ti, incluso aunque no quieras— aseguro Riddle con una sonrisa que sacudió el corazón de Potter.

— T-tu... vas ir... ¿verdad?— pregunto el azabache sin hacer contacto visual con Tom, temiendo a su rechazo

— Claro que sí, yo... creí que preferirías que me mantuviera la margen, para no lo sé... hacer las cosas por tu cuenta ¡Pero si me lo dices así, claro que iré! Me encantaría verte dando órdenes— susurro lo último en la oreja del ojiverde, quien se sonrojo

****

El juicio iba por la mitad, y los chicos estaban escondidos entre las sombras, con sus túnicas rojas y antifaces dorados, mientras que su líder usaba una color bordo, distinguiéndolo del resto.

— El acusado, es declarado culpable por las pruebas presentadas, así como los testigos, y el reciente uso del veritaserum— declaro el Ministro, pero antes de que pudieran hacer algo un estallido resonó en la sala, sobresaltando a todos los que estaban ahí, tanto fue así que todos los Aurores presentes se pusieron en formación, esperando alertas el próximo ataque...

Pero no se esperaban que 16 personas salieran de las sombras flotando hacia el centro del salón, todas vestidas con túnicas rojas, todas menos una, la cual con obviedad era su líder, no solo porque su túnica era más oscura sino porque su antifaz brillaba más que el resto...

— ¿Q-quiénes son? —hablo Fudge mirando hacia arriba.

— Qué vergüenza señor ministro, creí que conocía a todos— se burló uno de ellos

— Como habrá podido ver, somos un grupo señor Ministro— dijo otro de ellos

— Somos un grupo del cual usted oyó hablar, uno que no lucha por la pureza o la impureza... Uno que lucha por la restauración del honor de la magia, la cual está siendo mancillada al no festejar sus rituales originales ¡Ustedes ignorantes, están deshonrando a la magia! Porque todas sus discusiones son sobre la sangre limpia o sucia, pero no se trata de eso ¡Jamás se trató de eso! ¡Se trata de cuidar y respetar a la magia! Pero ustedes no lo comprendería, porque están estúpidamente cegados por el poder y la corrupción, ¡Tienen la mayor parte de la magia restringida, etiquetada como oscura, porque son unos completos idiotas! ¡Yo puedo usar el hechizo básico "Wingardium Leviosa" con motivos oscuros como asesinar a alguien! ¡Quieren que los nacidos de muggles se sientan "a gusto" en este nuevo mundo, pero nosotros no nos tenemos que adaptar a ellos! ¡Los nuevos son ellos, ellos son quienes deben adaptarse! Pero si no están dispuestos a ceder por las buenas... ¡Sera por las malas!— grito Harry usando un hechizo que no solo proyectaba su voz sino que la hacía más grave...

— ¿Y que harás tu para cambiarlo? — cuestiono Fudge, pero una risa grave retumbo en el silencio del lugar

— No querrá saberlo Cornelius, solo procuren andar con cuidado— hablo el líder

— ¡¿Está amenazando al Ministro de Magia?!— inquirió uno de los aurores

— ¡Sí! ¿Qué harán ustedes panda de incompetentes al respecto?— se burló el ojiverde

— A el— bramo el uno de los Aurores, por lo que Harry alzo la varita, dando pie a la formación...

— ¡Crucio!— canto el azabache, sin un ápice de piedad, contra el jefe de los Aurores, el cual se retorcía en el suelo gritando, mientras la gente miraba atónita como un desconocido usaba la maldición cruciatus contra el jefe de Aurores, una imperdonable... el menor podía ver el dolor en sus ojos, podía sentir su magia temblar ante el choque de dolor al que estaba siendo sometido... Sabía que la vida y la cordura de ese hombre estaban en sus manos, por lo que sonrió de lado

— ¡Que él les sirva como ejemplo de lo que le pasara quien se interponga en nuestro camino!— grito Harry liberando al hombre de la maldición cruciatus, el pobre aun gemía y lloraba

— ¿Q-quienes s-son?— pregunto una mujer...

— Pero que falta de modales los nuestros, Ministro, damas y caballeros, nosotros somos Los Infernais— hablo el, muchos salieron corriendo, y con un asentimiento de su líder, los demás comenzaron a torturar sin piedad a quien consideraban oportuno. A este punto la sala era un desastre de gritos, suplicas, llantos y sangre... Algunos habían aguantado y otros... no tanto. Lo mejor había sido ver a los padres de sus seguidores irse corriendo.

— Wingardium Leviosa— el secretario del ministro se elevó en el aire, gritando, mientras todos lo miraban colgar cabeza abajo —Finite— murmuró Harry, y el joven cayó en picada contra el suelo, partiéndose el cuello y muriendo en el instante

El ojiverde vislumbro una cabellera rubia, cruzada en el medio de una batalla, y uno de los hechizos volaba directo a ella, y el hombre que lo había lanzado sonreía de lado

— ¡Crucio!— grito, y el hombre cayó al suelo, mientras el empujaba a la chica

— N-no m-me hagas nada, p-por favor, s-soy de sangre pura— sollozo desesperada

— La sangre no importa Hanna— susurro el llevándola lejos de ahí, y ella sonrió

— ¡Basta! ¡Por favor! ¡Él es mi mejor amigo!— grito un hombre, por lo que Harry volteo a verlo, rubio, ojos marrones, mediana edad. Sonrió de lado, y luego de saludar a Hanna se volvió hacia el hombre

— Oh... lo siento... ¿Ese de ahí es tu mejor amigo?— el ojiverde fingió pena, el hombre rubio asintió desesperadamente, con lágrimas en los ojos

— Entonces en ese caso... te daremos una primera fila amigo— susurro, para lanzarle un Stupefy y obligarlo a ver... —Ese de ahí, es mi mejor hombre... un experto en su trabajo— explico Harry mientras Adrián Abbott descuartizaba al hombre, el rubio acompañante de Potter no podía apartar la vista a causa del encantamiento, por lo que el ojiverde anulo el hechizo del cuello hacia arriba.

— P-por f-favor... b-basta...— sollozo el rubio, a lo que ojiverde se carcajeo, podía ver el dolor en sus ojos, la desesperación, y eso lo hizo sonreír más.

— Imperio— susurro apuntando al de ojos marrones, quien se volvió la marioneta del ojiverde, flojo ante sus deseos —Mátalo— ordeno y el así lo hizo, el mejor amigo cayó muerto a sus pies, a lo que Harry decidió finalizar la maldición imperius, dejándole ver al rubio lo que acababa de hacer. —Avada Kedavra— murmuro el mismo al ver el hombre llorar, quien cayó muerto inmediatamente.









Infernais (𝙩𝙤𝙢𝙖𝙧𝙧𝙮)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora