Harry desconocía el nivel de lealtad y respeto que sus seguidores tenían para con él, es decir, el sí sabía que ellos lo respetaban, y que incluso le tenían cierto afecto, ya que estaban agradecidos con él por ayudarlo y enseñarles, lo cual era lógico, porque estaban en su segundo curso, y tenían conocimientos de un alumno de tercero, mientras que Harry estaba rozando los de quinto, quinto, sexto séptimo, como el piso por el que estaba caminando ahora, porque iban con rumbo a la sala de Menesteres, porque tocaba entrenar, porque era viernes, a las seis de la tarde, y, lógicamente, las clases ya habían terminado, y el toque de queda era a las ocho, por lo que tenían dos horas fijas para entrenar, no es que realmente les importase el toque de queda, porque se movían usando hechizos desilusionadores, o se sombras, o de silencio, así que podían volver a las once si quisieran. Y estaban por llegar, cuando fueron interceptados por un grupito de chicos de Gryffindor, de tercer año, y Harry no quería revuelo, principalmente porque ellos eran trece y los otros eran cuatro, además de que no tenían ninguna posibilidad contra él, ni sus seguidores.
Pero el primero lanzo un hechizo silencioso, directamente a Harry, sin darle tiempo a nada, por lo que el hechizo lo golpeo de lleno, y, para su desgracia, era uno punzante, y dolía, sí, pero no les daría la satisfacción de verlo sufrir, por lo que se mantuvo estoico, parado en su lugar, fingiendo que no dolía, ¡Él era un líder! ¡Un ejemplo a seguir! ¡Sus seguidores no podían verlo vulnerable al dolor! Pero el dolor se cortó, y cuando abrió los ojos, los cuales nunca supo cuando cerro, pudo vislumbrar a Jacob usando un maleficio de tortura, pero no era la maldición cruciatus, era otro que el no conocía, pero que parecía eficaz, ya que el chico que había lanzado la maldición contra él, estaba en el suelo, Harry podía escuchar su corazón palpitar acelerado, sus dientes castañear de dolor, y podía ver sus ojos cerrados con fuerza, su cara fruncida en una mueca de dolor, un dolor que le podía percibir, un dolor que lo reconfortaba, que inundaba sus sentidos y lo hacia sonreír abiertamente, pero lo más importante es que pudo ver su aura sacudiéndose ante el choque de magia al que estaba siendo sometido, y, aun mejor, había visto la determinación en la cara de Avery, una determinación letal que profesaba lo peor para todo aquel que atentara contra su líder. Y mientras tanto, los demás se divertían con otros maleficios sobre los otros Gryffindor
— No lo vuelvas a tocar león, o te juro, que averiguare donde duermes, y me encargare personalmente, de asesinarte de la peor forma, así que, espero que haya quedado claro que no debes volver a tocarlo— amenazó, y los demás se pusieron detrás de él, con las varitas apuntando a su corazón listos para atacar, sin embargo, sus caras pálidas de pánico fueron suficiente confirmación para ellos, por lo que Lestrange los levito a unos cuantos metros lejos de ellos
— Obliviate— susurró Abbott, quien sonrió al ver la cara de confusión de los leones, y esa sonrisa se ensancho al ver como intentaban parase y gritaban de dolor, sin no saber qué era lo que les había pasado. Y decir que Harry estaba sorprendido era poco, pero pronto Avery apareció en su campo visual, y se acercó a él, lanzándole hechizos de diagnóstico, para luego sonreír, al ver que su líder estaba intacto, por lo que siguieron su rumbo, como si nada, hasta la sala de Menesteres, donde pasaron las próximas dos horas, practicando duelo y pociones, donde se maravillaban, ante las habilidades de Harry, quién casi parecía poder prever sus movimientos, ya que los esquivaba sin esfuerzo alguno, y es que, en realidad lo hacía, pero ellos no lo sabían porque ellos no sabían de la sensibilidad de Harry ante la magia, por lo que quedaban impresionados, ya que ese nivel de habilidad, solo lo habían podido ver en torneos de duelo, o en las batallas de mortifagos contra aurores.
Y, cuando el entrenamiento término, Harry los llamo a sentarse, ya que iba a explicarles en que consistía su idea.
— Como ya les había comentado, yo tengo algunas ideas, las cuales nos llevaran a los libros, a la fama, y aquí mi idea, reformar el mundo Mágico. Yo quiero restaurar las viejas costumbres, así como el honor de la magia, ella no merece ser dividida, ni encasillada, merece simplemente ser, porque la magia es magia, un privilegio que nosotros debemos atesorar, cuidar y respetar. No puede ser mancillada festejando esas estupideces muggles como Navidad o Halloween dentro de Hogwarts, estupideces que, Albus Dumbledore permite, así como el Ministro permite, se deben recuperar antiguas festividades y ritos, y se deben festejar desde el primer año de Hogwarts, mostrándoles a los nacidos de muggles y mestizos como son las cosas aquí, porque nosotros no debemos adaptarnos a ellos, ellos deben adaptarse a donde pertenecen, con nosotros. Eso por ejemplo, la supremacía de sangre es otra estupidez, los jóvenes nacidos de muggles, y mestizos, son igual de buenos que los puros, porque ofrecen nuevas líneas de magia, magia fresca, en cambio los puros, que tienen ese linaje antiguo del que tanto se enorgullecen, está empezando a gastarse, ya que la magia no tiene la oportunidad de renovarse, solo se mezcla con más magia antigua, y ni hablar de que en la gran mayoría de las familias sangre pura hubo incesto al menos dos veces, un ejemplo de esto son los Black, son tantos que la mayoría tenemos un pariente emparentado con los Black, si es que no lo estamos nosotros o nuestros padres o madres. mientras que al ser cruzados con nacidos de muggles las líneas mágicas se incrementan porque es magia nueva cruzada con magia antigua, por lo que surgen nuevas posibilidades. Y el incesto es... bueno... realmente no hay mucho que decir, el punto, es que los puros debemos cruzarnos con nacidos de muggles, sé que suena loco porque fueron criados para que lo importante fuese la sangre. ¡Pero no! ¡Lo verdaderamente importante es la magia! Quiero que se pueda enseñar magia de manera libre en la escuela, para que los jóvenes sientan sus núcleos, para que sientan la magia libre, sin restricciones, que la respeten, además, quiero cambiar el Ministerio, ¡La perspectiva de todos! Para que entiendan que la magia no tiene ni colores, ni bandos que y debe ser libre. Reformare la sociedad y quitare los prejuicios, con su ayuda y participación, haremos alianzas poderosas ¡Seremos imparables! ¡Inglaterra será nuestro patio de juegos! Seguiremos por Francia, por Estados Unidos ¡Todo será nuestro! Estaremos en los libros de magia moderna, seremos lo que cambien la perspectiva de todo, incluyendo la educación de los niños, para que las futuras generaciones no discriminen la magia y la atesoren como es debido. Pondremos materias importantes, como Rituales, Núcleos oscuros y blancos, Política, Modales, Festividades, y modificaremos las actuales, usando programas que incluyan toda la magia ¡Separare a la sociedad mágica de los muggles por completo! ¡Ellos solían cazarnos! Nos odian, ¿por qué? Por qué nos temen, ¿Por qué? ¡Porque no son capaces de comprender! ¡Porque nos envidian! Porque nosotros, tenemos algo que ellos no, algo que ellos saben que nos hace superiores, porque reconocen que son inferiores— explicó, gritando en algunas partes, viendo los rostros de sus seguidores variar en emociones, con una sonrisa maniaca, y el primero en alzar la varita fue Avery, quien estaba extasiado, Harry podía sentir su magia pulsar en el ambiente... Y fue seguido por Nott, Lestrange, Malfoy, Bulstrode, Abbott, Zabini, Rosier, Pucey, Carrow, Parkinson, y, por último los hermanos Travers. Fue como un juramento silencioso, porque un hilo dorado los tocó a todos, conectándolos con Harry, quien estaba que rebozaba de felicidad, contaba con once de los veintiocho Sagrados, contándolo a Burke, quien debía saber de esto.
— Necesito que tengan especial cuidado con el director Dumbledore, me ha estado observando, y por obvios motivos, no podemos hacer nada contra él, por lo que quiero que, cuando lleguen las vacaciones se compren un amuleto protector, ¡Algo pequeño y diferente cada uno! Eso es importantísimo— aclaro y todos asintieron.
— Bien, vayan a dormir, fue una muy buena sesión, estoy muy contento con su progreso, pero el profesor Burke me había mandado a llamar, por lo que, comprenderán debo ir— dijo con un asentimiento
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Harry caminó, algo cansado, hasta el despacho de su profesor, y le conto sobre el entrenamiento, omitiendo el asunto de los Gryffindor, así como también le dijo que les había explicado a los chicos sus ideales, y, que todos habían estado de acuerdo con eso.
— Eres un joven excepcional Harry, y estoy seguro de que pasaras a la historia, créeme que en ningún momento dude que fueras capaz de convencerlos— lo elogio Burke, palmeando su hombro, haciendo sonreír a Harry, quien, a estas alturas, ya sabía que podía contar y confiar en el hombre, por lo que había decidido que sería su confidente. Y el mayor sabía esto, no por nada era un haz en la Legremancia... Así que había decidido, que el año siguiente, cuando estuviera en tercero, y fuese un más maduro, le diría la verdad sobre quien realmente era, y sobre lo que realmente le había pasado a sus padres... Aunque temía que su reacción fuese querer asesinar al viejo, es decir, era comprensible, porque él también quería hacerlo, pero Harry podría tener serios problemas si hacia una cosa así, pero fue sacado de sus cavilaciones por una pregunta que el menor le hizo.
— ¿Le gustaría venir a una de nuestras reuniones? Digo, podría ayudarnos o incluso participar, podría tener un duelo con usted— ofreció con los ojos anhelantes, y él no podía negarle eso, no podía negarle nada de hecho...
— Nada me gustaría más que un duelo con mi alumno favorito ¿hora y lugar?— pidió con una sonrisa ladina, y el menor sintió un revoloteo en el estómago cuando Poer dijo "mi alumno favorito" por lo que sonrió
— Lunes a las seis en punto, séptimo piso, la Sala de Menesteres— afirmo Harry, y, luego de saludarlo, se retiró... dejando al mayor solo, quien se quedó dándole vueltas al asunto, realmente necesitaba volver a la acción, darle batalla a la Orden del Pollo de Dumbledore ¡Le había dado once años de ventaja! Albus se ponía cada vez más viejo y menos hábil a medida que pasaba el tiempo, y, a eso sumado que sus planes se habían torcido porque Potter había resultado ser un Slytherin al cien por ciento, debía aprovechar para jugar sus cartas, para avanzar terreno silencioso, para ganarle al viejo... Su padre estaría orgulloso de Harry, y el terminaría con la tiranía de ese hijo de puta, por James, por Lily, Sirius... por todos ellos.
Mientras que, en otro lado, Harry repasaba la lista de seguidores, ya que él sabía que todos sus seguidores eran puros, asimismo, estaba al tanto de que no todos formaban parte de los Sagrados Veintiocho, por lo que, hizo la lista a un lado, y, con el estómago revoloteando, con las palabras de su profesor favorito en mente, se fue a dormir, con una sonrisa, y era pequeña, pero ahí estaba la sonrisa...
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Infernais (𝙩𝙤𝙢𝙖𝙧𝙧𝙮)
FanfictionHarry James Potter, toda su vida había sido planeada por el como si fuese una marioneta, pero ¿Que pasaría si se liberara de los hilos y no fuese lo que todos esperaban? Harry no encajaba con lo que ellos necesitaban... ¿Y que pasaría si Tom Riddle...