12

3K 390 10
                                    

Algo normal, para deportistas que ya llevan años en ese entorno, pero para unos adolescentes en progreso a la cima, aquello era totalmente nuevo, digno de alguien que podría llamarse un prodigio.

- ¡Genial como siempre, Hina-chan!.

Las sonrisas en el rostro de la fémina no se hacían nombrar pues solas surcaban los finos labios de Hina.

- ¡Una vez más!.

El fuerte pedido por parte de aquel pequeño pelirrojo que de un principio llamó la atención de todos, sin excepción, surcó por todo el gimnasio.

- ¡Claro! ¡Una vez más!.

La fémina emocionada le cumplió el capricho a aquel pequeñín nada débil.

Otra pérdida.

- ¡Una vez más!.

- Bueno...¿Qué se la va a hacer?.

Otra vez, perdieron.

- ¡Por favor, una vez más!.

- ¿Estás seguro, pequeñín?.

Cuestionó sin nada de malicia en sus intenciones, ella de verdad admiraba a aquel adolescente por su gran perseverancia.

Una vez más, el set había terminado con la preparatoria Nekoma a su favor.

- ¡Una vez más!.

La mayor miró al más bajo de altura incrédula.

- ¿No te cansas?.

El menor negó y cuando iba a exclamar la misma petición, un Kageyama Tobio enfadado le soltó un golpe en la nuca.

- No seas idiota, Hinata boke.- le recriminó el más alto para después girarse hacia la fémina.- Lamento que este idiota la haya molestado.- asintió con la cabeza acompañando sus disculpas.

- No te preocupes.- habló por todo el equipo. Sonrió comprensiva y el menor no pudo evitar sonrojarse.

Antes de irse junto a sus compañeros, miró con curiosidad al setter del otro equipo que antes había sido acechado por su intensa mirada ante preguntas mentales sin respuestas acerca de la experiencia y habilidades que poseía el mayor. Ahora su curiosidad incrementó, pues no pudo evitar envidiarle por unos momentos.

No pudo evitar preguntarse si entrenaban juntos, si corrían en las mañanas o si se pasaban el balón en las tardes. Él quería a alguien así, compartir lo único que amaba y apreciaba con alguien más.

Esa chica es muy buena.

- Parece que alguien tiene un amigo nuevo

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

- Parece que alguien tiene un amigo nuevo.

La voz divertida de su pareja en su oído lo hizo sobresaltarse y desviar la mirada de su nuevo amigo pelirrojo.

- Hina idiota, Shouyou no es mi amigo.

Negó mientras comenzaba a caminar con sus manos en sus bolsillos delanteros sin poder jugar en su consola, pues su novia se la había quitado antes de empezar el partido de práctica.

- Con que Shouyou, eh.

Sonrió burlona al ver como su novio desviaba la mirada hacia otro lado.

- ¡Chicos, esperen!.

La voz del líbero del equipo lo hizo detener su caminar para girarse y ver como el menor de altura corría hacia ellos con Tetsurō detrás, quien portaba su típica sonrisa de lado.

Cuando Yaku llegó a ellos, la fémina recibió un golpe en la nuca de su parte.

- ¡Idiota! ¡No andes dejando las cosas tiradas por ahí! ¿Eres la presidenta estudiantil, no?.

La regañó "severamente" como si fuera una madre a sus hijos por alguna travesura cometida. Hina se sobó la zona afectada con una mueca.

- No eres mi madre, Yaku.- negó la mayor de altura para luego arrebatarle la mochila de sus manos y sonreírle agradecida.- Aún así, gracias, te debo una.

Guiñó el ojo divertida después de ver al líbero sonrojarse.

Un chasquido de lengua a un lado de ellos se escuchó y luego la fémina sintió unas manos en su cintura.

- Hina idiota, no seas tan coqueta.

Replicó Kenma con un pequeño puchero mientras la apretaba contra él en busca de atención.

- ¿Oya Oya? ¿Eso que estoy viendo, es un gato celoso?.

La pregunta burlona del mellizo de la pelimorada hizo que el setter de Nekoma frunciera aún más el ceño para luego arrastrar a la chica delante de él.

- No estoy celoso.

Negó caminando de mano junto a Hina quien lo observaba con una sonrisa divertida en sus labios.

-Ah, yo creo que sí lo estás, Pudín.

- No lo estoy.

- .

- No.

- .

- No.

- Que sí.

- Que no.

- Que no.

- Que sí.

Las altas carcajadas sonaron por toda la calle cuando vieron el rostro rojo y molesto del teñido quien soltó bruscamente la mano de la fémina y aceleró el paso, dejando a ambos mellizos atrás.

- ¡No puedo creer que cayeras en un truco tan viejo!.- rió Tetsurō limpiándose las pequeñas lágrimas que se formaron en la comisura de sus ojos.

- ¡Anda, Kenma! ¡No te enojes!.

¡Look Here, Kenma! || Kozume KenmaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora