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Después de un fastidioso primer día de clases para Kenma, éste se encontraba saliendo con su característica pose de hombros encorvados y jugando en su consola, absorto a la realidad y a su entorno

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Después de un fastidioso primer día de clases para Kenma, éste se encontraba saliendo con su característica pose de hombros encorvados y jugando en su consola, absorto a la realidad y a su entorno.

Los mayores se encontraban en sus respectivos clubes y el aún estaba indeciso en si entrar o no entrar al club de voleibol, lo hizo en secundaria solo por un tiempo y fue por la constante insistencia por parte de sus mejores amigos.

Estar tranquilo jugando con mi consola y en mi zona de confort o jugar voleibol, sudar, cansarme y...divertirme.-pensó indeciso y cualquier persona que lo viera, creería que estaba jugando a gusto, sin embargo su mente se encontraba en otra parte, lo que hizo que se chocara con algo un poco duro.

Levantó su rostro para ver lo que provocó que saliera de sus pensamientos.

Un chico mayor de estatura que él, de cabellos grises y ojos azules estaba frente a Kenma con su ceño fruncido y sus manos ocultas en sus bolsillos delanteros.

El de cabellos grises no pudo evitar soltar un chaquido de lengua bastante fastidiado.

¿Prefirió a este chico en cuerpo de mocoso antes que a mí?.- se cuestionó incrédulo observándolo de arriba hacia abajo.

Kenma, no importándole mucho su actitud extraña, pasó su lado ignorándolo.

- Oye, tú.- llamó el chico que se encontraba detrás de él.- Aléjate de Hina.- advirtió con tono amenazante y comenzó a caminar alejándose, sin embargo su inesperada voz, salió en un tono firme.

- ¿Por qué debería?.- preguntó con seriedad todavía sosteniendo su consola en sus manos.

- Porque ella es mía.- soltó con posesividad mientras se acercaba a paso medio hacia el de cabellos todavía oscuros.

- Curioso...- entrecerró los ojos adentrando su consola en su bolsillo trasero.-...porque Hina jamás me ha hablado sobre ti.- soltó con burla disfrazada en su voz mientras inclinaba su cabeza al lado en modo de falsa confusión.

Ni siquiera él mismo sabía por qué se comportaba así, sin embargo no permitiría que nadie le ordenara alejarse de nadie y mucho menos si esa era su mejor amiga.

- Tú, maldito bastar...

- Suficiente.- interrumpió una voz que por lo general era dulce pero que ahora sonaba seria y demandante.

Y como si de magia se tratase, el semblante arisco del de cabellos grises cambió para uno coqueto.

- Hina-chan, te estaba esperando.

La chica lo miró asqueada mientras alzaba una ceja.

- ¿Es que todavía no te ha quedado claro, Tadashi-kun?.- cuestionó burlona mientras caminaba con gracia hacia el mayor.

El chico se encontraba a punto de babearse al ver el contorneo de caderas de la menor y sus labios gruesos moverse.

Definitivamente, ella será mía.- aseguró mirándola con lascivia.

El mayor pensó que iría hacia él, sin embargo le rozó el hombro y pasó por su lado, posándose al lado de Kenma y agarrándolo de hombros.

- Sígueme el juego.- susurró en el oído del menor quien no evitó encresparse la piel tal cual gato cuando era sorprendido o asustado.

Asintió despacio y discreto.

- Ya te he aclarado que tengo pareja y que lo amo demasiado.- aseguró mientras "fingía" que se encontraba avergonzada al mirar a Kenma.

- Pero no puede ser posible ¿Cómo puedes elegir a alguien tan ridículo como él antes que a mí, el más popular y atractivo de la preparatoria Nekoma?!.- chilló incrédulo recibiendo un semblante irritado por parte de los menores.

- Ah, ¿Puedes guardar un poco de silencio? Tu voz comienza a irritarme.- soltó con fastidio y sorna, el de ojos gatunos.- Ya te ha dicho que tiene pareja ¿Es que acaso deseas verte mucho más patético?.- preguntó con burla mientras tomaba a la chica de su lado por la cintura y la pegaba más hacia él, haciendo que la chica se sonrojara considerablemente, sin embargo se esmeró en ocultarlo.

El mayor solo soltó un gruñido molesto y comenzó a alejarse en reversa todavía mirándolos.

- Esto no se quedará así. Serás mía, Hina. Vendrás a mis brazos por tu propia voluntad.- aseguró señalandola con su dedo índice mientras volteaba y se retiraba de ahí a zancadas.

Una vez que giró en la esquina, la chica se separó del tacto de Kenma como si éste quemara y se permitió suspirar de alivio.

- ¡Dios, que insistente es!.- exclamó agobiada mientras se desordenaba su cabellera púrpura con fastidio para luego mirar a Kenma quien se encontraba de brazos cruzados observándola y pidiendo respuestas con su mirada penetrante.

- ¿Quién era ese chico?.- preguntó ya de una vez, directo y al punto.

- Un pretendiente un poco acosador.- respondió un poco nerviosa mientras se rascaba la nuca.

- ¿Por qué hablaba como si tú y yo fuésemos pareja?.- cuestionó con una mirada interrogante y seria.

La mayor se tensó en su lugar y dió leves risitas nerviosa mientras se balanceaba en su lugar.

- Si bueno, verás...Ya sabes que la mayoría de la preparatoria te conoce por mis fotos en la cuenta oficial.- el chico solo asintió ante esto.- Y por esto los rumores de que entre tú y yo había una relación amorosa salieron a la luz.- jugó con sus dedos nerviosa mirando al suelo.- Se podría decir que aproveché estos rumores para sacarme a ese chico de encima y a muchos más.- finalmente soltó ahora mirándole a los ojos.

El chico se encontraba serio, serio de verdad, cosa que hizo que la chica se tensara en su lugar y diera un paso atrás temerosa.

- Pero tranquilo, Kenma, si te molesta, haré que esos rumores desapa...-

- No me molesta.- aceptó interrumpiendola el chico quien ahora se encontraba con la misma expresión de siempre mientras se volteaba para ir a su casa, pero se volteó extrañado al ver que la fémina no le seguía.- ¿No vienes?.

Hina salió de su ensoñación al oír la cuestión del de ojos felinos, asintió eufórica y se apresuró a posarse a su lado.

Iban en un silencio para nada incómodo, hasta que a la chica se le ocurrió una brillante idea.

- ¡Kenma! ¡¿Qué tal si te tiñes el cabello antes de entrar al club de voleibol?!.- preguntó emocionada pensando en lo guapo que se vería y en las cantidades de fotos que tomaría para su nuevo proyecto de persona favorita en el mundo.

Y el chico ignorando que la de cabellos púrpuras ya aseguraba que él se adentraría al club de deporte, asintió apoyando su idea de cambiar su estilo de cabello, no imaginando siquiera que ésto causaría el comienzo de un apodo muy molesto por parte de la mayor.

¡Look Here, Kenma! || Kozume KenmaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora