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Había llegado más temprano de lo normal, su novia no asistía ese día, pues tenía un concurso de fotografía junto al club

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Había llegado más temprano de lo normal, su novia no asistía ese día, pues tenía un concurso de fotografía junto al club.

Suspiró desganado mientras miraba por la ventana a su lado izquierdo, tratando de ignorar los murmullos de sus compañeros. Era muy molesto para él. Para colmo se había trasnochado y su Nintendo Switch no contaba con la batería suficiente. Por supuesto que se llevó un regaño doble, de su madre y de su novia, quien se había quedado a dormir en su casa junto a él. Claro, que nada más ella cerrar los ojos, el chico ignoró su presencia para no ponerse más nervioso de lo que ya estaba.

¿Habían dormido un montón de veces juntos?. Sí.

¿Como novios?. No. Aquella fue la primera vez y agradeció que la fémina tuviera el sueño tan pesado, pues no sabría como lidiar con sus acciones si se pasaba de la raya.

Los murmullos se hicieron más insoportables y decidió desviar su mirada hacia el frente para observar la causa de tanto alboroto. Una pequeña chica, quizás de 1.55 m, estaba en frente de todo el salón, mientras el profesor de ciencias acomodaba unos papeles, ignorando los cuchicheos curiosos de los alumnos.

Tenía el cabello negro como la mayoría y una sonrisa en sus labios. Era linda.

Sin embargo, unos ojos verde oliva, un cabello violáceo y una sonrisa juguetona, le vinieron a la mente.

Automáticamente sonrió embelesado en sus pensamientos mientras recargaba su mentón en la palma de su mano, con la mirada perdida, que casualmente observaban sin real atención a la chica en frente.

La fémina observó a todos los presentes, sin embargo, sus orbes captaron al teñido que la miraba con una sonrisa en sus labios y pensó que era lindo, la sonrisa más hermosa que haya visto.

Ese será mío.- pensó con malicia mientras sonreía internamente, nada parecido a lo que su imagen física aparentaba.

- ¡Hola a todos!. Mi nombre es Tsubasa Fubuki y me gusta la fotografía, espero que seamos buenos amigos.

Exclamó emocionada mientras hacía una reverencia. La voz de la chica sacó a Kenma de sus añorantes pensamientos y casi unos segundos después de observarla, retiró la mirada desinteresado de la situación, era otra persona ruidosa, las únicas personas que soportaba así, eran su novia y su mejor amigo.

Bufó al recordar la conversación que tuvo con la ojiverde en la mañana.

- Pudín hermoso, me siento mal y a la vez me siento feliz.

Kenma extrañado la miró de reojo a la vez que se ajustaba las agujetas de sus zapatos escolares al lado de la fémina que hacía lo mismo.

- ¿Por qué?.

Decidió cuestionar a la pelivioleta que se incorporaba mientras se arreglaba su lacio cabello con un puchero en sus labios.

- Ya que serán tus fotos, pienso que los otros concursantes puedan enamorarse de tu hermoso rostro.

Comentó a la vez que acentuaba su puchero y miraba al chico a su lado ya incorporado y con sus zapatos puestos, la veía con un sonrojo en sus mejillas.

-¿Entonces, por qué te sientes feliz?.

Preguntó con curiosidad aún con un leve sonrojo pintando sus pálidas facciones. La fémina sonrió de lado orgullosa.

- Porque gracias a tu rostro y mi talento, ganaré ese concurso.-- afirmó con una sonrisa de oreja a oreja mientras lo tomaba de sus mejillas y las apretaba.

- Después, presumiré que ese precioso hombre en las fotos, es mi novio.

Canturreó a la vez que sus manos lo obligaban a abultar sus rosados labios y los besaba repetidas veces.

- Hina idiota, no soy un premio para presumir.

Trató de enseriar sus facciones pero no pudo por su sonrojo y la cercanía de su pareja. La mayor sonrió mostrando sus dientes mientras rozaba sus narices en un beso esquimal.

- Para mí eres más que eso. Eres mi tesoro, Pudín. Lo mejor que me ha sucedido en la vida.

Un suspiro enamorado salió de la boca del teñido quien ni siquiera había notado la nueva presencia a su lado. La nueva estudiante lo contemplaba de reojo, pensando con malicia su futuro junto a ella.

Los minutos pasaron, la clase terminó y el receso comenzó. El teñido se levantaba con parsimonia de su puesto y caminaba encorvado con sus manos ocultas en los bolsillos delanteros de su uniforme.

Antes de poder cruzar el umbral de la puerta para ir hacia la cafetería y almorzar con su mejor amigo, una mano en su hombro lo detuvo, extrañado, volteó.

- Hola, me preguntaba si podría almorzar contigo, ya que somos vecinos de puestos.

Le preguntó con una sonrisa en sus labios, la chica nueva. Kenma se sorprendió al escuchar que compartían puestos, no la había notado para nada. Fubuki no notó el asombro en su inexpresivo rostro y sonrió pensando que el chico aceptaría seguro, nadie jamás le ha rechazado.

El teñido se comenzó a poner nervioso ya que no debía ser grosero con las chicas y menos una que parecía agradable como la fémina delante de él, pero él no deseaba socializar con ninguna otra chica que no fuera su novia.

Quizás solo sea por hoy, solo hoy.- pensó esperanzado mientras retiraba la mano de la pelinegra de su hombro lo más delicado que pudo.

- Está bien.- aceptó por lo bajo mientras le pedía seguirlo con un gesto de sus manos.

Espero que a Tetsurō no le moleste.

¡Look Here, Kenma! || Kozume KenmaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora