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- ¡Kenma!.

Una emocionada exclamación femenina junto a un mojado beso en su mejilla fue el causante del sobresalto y sonrojo del menor.

Segundos después vio como su ahora novia se sentaba a un lado de él en la mesa más apartada de todos en la cafetería.

Suspiró divertido por la gran sonrisa que portaba la fémina en sus labios.

- No seas tan ruidosa, Hina idiota. Estoy justo a tu lado.

Que su relación haya evolucionado no cambiaba sus actitudes y rutinas. Aunque ahora el compartimiento de tiempo era mayor, la cercanía y las sonrisas también.

En ese momento, ya todo el mundo sabía sobre la relación amorosa de ambos, por lo que ya no recibían miradas extrañadas o sorprendidas, se habían acostumbrado a sus muestras de afectos.

- Hoy, noche de videojuegos, tú, yo y Tetsurō. ¿Qué dices, Pudín?.

Su aliento a canela le hizo cosquillas en su mentón. La mayor tenía entrelazados sus brazos con su cabeza entre su cuello observando curiosa sus orbes felinos desde abajo.

El chico tocó el botón de pausa en su Nintendo y separó los brazos recibiendo un puchero de la chica que fue detenido cuando sintió sus dedos siendo entrelazados con los de él suavemente, pudo sentir una tibieza característica en sus manos de la que no tardó en hacerse adicta igual que con sus delicados labios.

- Será divertido, supongo.

Decía mientras miraba a todos lados y al ver que nadie los observaba, posó rápidamente sus labios en los de la fémina.

Un pequeño sonrojo después de una bella sonrisa fue lo que mostró el rostro de la mayor.
 
- De acuerdo, a las diez se van nuestros padres a una cena importante, por eso ven a esa hora.- avisó mientras acariciaba el dorso de su mano con cariño.- Pero antes quiero tomar fotos de ambos para colgar en mi habitación.

Un suspiro exhausto fue lo que salió de la boca del menor quien ya había tocado el botón de reanudar la partida a la vez que asentía resignado.

Definitivamente le encanta tomar fotos.

Definitivamente le encanta tomar fotos

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- ¡Ja! ¡Te he vuelto a ganar!.

Chilló altanera mientras saltaba como podía en su lugar en el suelo.

- Fue suerte.

Respondió frustrado el menor mientras empezaban una partida nueva.

- ¿Quieres que te gane otra vez? Pu-dín.- cuestionó burlona dividiendo en sílabas aquel apodo tan molesto pero al que el de ojos felinos se había acostumbrado.

El menor logró tirarle en el rostro un calcetín que había dejado Tetsurō en la habitación de la chica.

- ¡Iugh, que asco!.

Separó el calcetín de su rostro para luego mirarle con una sonrisa maliciosa que logró encrespar los vellos del menor. Rápidamente el de orbes color miel se incorporó huyendo de la mayor quien lo perseguía con el calcetín apestoso entre los dedos índice y corazón mientras se reía a carcajadas detrás de Kenma.

- ¡Ven aquí! Te prometo que no huele mal.

Mordió su labio inferior para contener su risa al ver la mirada incrédula del menor. Al notar que este se detuvo, corrió divertida hacia él, tomándolo por sorpresa, ambos cayeron al suelo, ella encima de él mientras reía a carcajadas, sin notar que se le había caído el calcetín de la mano.

El menor la miraba con un brillo en los ojos al oírla reír y ver esa feliz expresión en su rostro. Sin darse cuenta de lo que estaba haciendo, posó sus manos en la cintura de la fémina. Esta, al sentir su agarre, lo miró curiosa y sonrojada.

Luego cambió su expresión avergonzada a una pícara, decidiendo gastarle una broma a su pequeño e inocente novio.

- Dime, Kenma-kun, ¿Deseas una sesión de besos?.

¡Look Here, Kenma! || Kozume KenmaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora