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Rebobinemos el tiempo. Hace tres semanas logramos recuperar a Lloyd, esto fue en una misión de una semana.
Más específicamente, ha pasado casi un mes desde que Morro atacó y puso en peligro a Ninjago. No han habido ataques de fantasmas estas tres últimas semanas, no desde que Morro se fue con el cristal del reino.
Eso me mantiene preocupada día y noche. Me pongo en la posición de Morro y ya debe haber armado un plan. Tal vez uno simple o uno complicado, pero con una magnitud que será casi imposible de destruir.
Nya ha podido desarrollar sus poderes y Lloyd ya está mejor. Pero nos enfrentamos a fantasmas, no hay simples mortales que pueden sangrar o robots a los que le podemos desconectar su fuente de energía. Se que siempre digo eso, pero me sorprende que pase de atrapar simples ladrones a enfrentar fantasmas que era mi sangre.
Cubrí mi cara con mis manos al pensar en lo frustrante que sería ese día y que nosotros no sabremos cuándo será.
Seguimos alerta, pero nunca estaremos seguros si regresar, aunque sería tonto no pensar que lo haría.
En la memoria de Lloyd no hay nada que no pueda indicar sobre el futuro ataque de mi hermano.
Me descubrí la cara y grite — ¡Pase! — al escuchar que tocaban mi puerta.
Entró el tan mencionado rey de Roma, Lloyd.
— Hola — salude cansada. Ayer cuando regresé del patrullar ni pude dormir del todo bien, muchos pensamientos, muchas preguntas y muy pocas respuestas. Como dijo Ronan una vez "no puedes dormir a siete pies del enemigo"
— ¿Otra mala noche? — pregunto y se sentó junto a mi — No deberías sobre pensar la situación, Morro no ha atacado en semanas. Tu salud ha mejorado desde nuestro último ataque—
— Mi salud regresó, pero mis poderes no... — dije, viendo mis manos y apretandolas — Él se llevó todo... —
El suspiro, era la misma respuesta que le doy cada vez que entra y hablamos del tema. Pero pasó algo extraño. Tomo mis manos y las comenzó acariciar. Él solía abrazarme en estas situación, pero eso... Eso se sentía bien.
— Sabes, te extrañe mucho toda esa semana con Morro. Estaba cansado... —
— Si, por eso no me sorprende que después de motivarte te durmieras por más de 13 horas —
— Pero sabes, valió la pena la lucha que hice, ese esfuerzo de sobrevivir para verte a ti — alzo su mirada y la conectó con la mía, se acostó en mis piernas y yo solo le acaricie el cabello.
