Renacimiento

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xSouh

Renacimiento

Parte II de Huevos para el Desayuno

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Shinachiku se había acoplado completamente a su nueva vida de padres, al principio había sido raro tener que despertarse a media noche para alimentar al niño o cambiarle los pañales, pero habían sabido repartir las tareas entre los tres como para que el nuevo miembro de su familia fuera bien atendido sin limitar las misiones y vida laboral de todos.

―¡Daah! ―gritó el niño emocionado, jugando con un kunai de plástico -y nada filoso- lanzándolo al aire.

―Te gusta mantener mis reflejos despiertos, ¿Verdad, Shina-kun? ― le sonrió Sakura, tomando el juguete en el aire y devolviéndoselo al pequeño, haciendo que soltara pequeñas carcajadas de felicidad antes de volver a tirarlo en otro ángulo donde no fuera tan fácil para su madre interceptar el falso proyectil. ―Hablaré con Kakashi para que nos preste a uno de sus perros, a ellos les gusta traer cosas.

―¡abuu! ― soltó, sin comprender ninguna de las palabras que su madre decía, pero le gustaba que el le hablara, su voz era muy dulce, y su pelo de un color tan bonito y llamativo para sus ojos en desarrollo.

―Ahora quédate quieto, que tenemos que ponerte ropa para ir de día de campo con tus padres.

―¡Paap! ―balbuceó, aún sin poder decir la palabra bien, pero para sus siete meses de edad, su desarrollo era el de un niño normal.

―PA-PA... PA PA ―le dijo Sakura, marcando las silabas con los labios para que el niño la imitara.

―¡Taaaah! ―chilló, decidido a no hacer caso a lo que sea que su madre le decía, pero se veía graciosa haciendo eso.

―Eres todo un caso, pequeño. ―se rindió, tocándole ambas mejillas con la punta de los dedos en un gesto cariñoso. ―Vamos, que Sasuke y Naruto nos esperan fuera.

―!Aske! ¡Aske! ―movió las manos emocionado, repitiendo la palabra una y otra vez.

―Ya tenemos todo listo, Sakura-chan. ―llamó el Uzumaki, sacando un plato con una tarta de chocolate y fresas.

―¡Aske! ¡Aske! ―siguió gritando Shinachiku.

―¿Esta tratando de decir el nombre de Sasuke? ―preguntó el rubio, apuntando al niño con lagrimas en los ojos.

―¡Aske! ¡Aske! ¡Aske! ―comenzó de nuevo, esta vez mas fuerte al ver que alguien volvia a decir el nombre del pelinegro.

―¡Noooo! ―lloró Naruto. ―¿Por qué dice el nombre del teme primero antes que el mío?

―Porque el sabe quien es el mejor. ―sonrió el Uchiha, tomando al pequeño de los brazos de Sakura para cargarlo orgulloso.

―Deje clones todos los días repitiendo mi nombre para que fuera el primero que dijera. ―lloriqueó. ―no es justo.

―¡Aske!