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LOS AMO

xSouh

Renacimiento

Parte II de Huevos para el Desayuno

Algún Número

―¿No esta Kakashi? ―preguntó Sakura, cerrando detrás de ella la puerta de la oficina principal del hokage.

―Algo de una reunión especial de kage. ―explicó Naruto, abriendo la puerta lateral que llevaba a la biblioteca privada del líder de la hoja. ―Eso es lo que dirá su informe, pero seguro solo anda en alguna reunión pervertida de la que no quiero saber más.

―Hmnp... ―interrumpió Sasuke, entrando por la ventana con una bolsa de tamaño mediano. ―¿Vamos a comer en la biblioteca?

―Tiene una mesa lo suficiente grande. ―dijo el Uzumaki, como si eso explicara todo.

―Pero sigue siendo una biblioteca, dobe. ―continuó el pelinegro. ―se supone que no debes comer en una biblioteca.

―Seguro todos esos pergaminos tienen cientos de sellos de protección. ―intervino Sakura, más interesada en quitarle de las manos la bolsa donde venían los bentos.

―Son tan parecidos, que me sorprende que no compartan nada de su ADN. ― se dio por vencido Sasuke, levantando la comida para dejarla fuera del alcance de la pelirosa. ―Paciencia.

―Pero tengo hambre, Sasuke. ―se quejó la única mujer del equipo siete.

―Hmnp...

―Sasuke, no deberías de privar de comida a una mujer embarazada. ― dijo Naruto, uniéndose al pequeño juego de cazar la bolsa.

―Si no me alimentas ya, te comeré a ti, Sasuke-kun. ― lloriqueó falsamente la Haruno, poniendo unos ojos de cordero degollado que nadie le creería.

―No me tientes... ―respondió el ojinegro con una sonrisa de medio lado.

―¡Heey! ¡Heey! ― gritó Naruto, poniéndose en medio. ―aquí nadie se comerá a nadie. Estamos en mi oficina de trabajo.

―No tuviste muchos problemas cuando era mi oficina. ― volteó a verlo Sakura, levantando una ceja y olvidándose de la bendita comida por medio segundo.

―¡Es diferente, Sakura-chan!

―¿Y por qué es diferente? ―quiso saber Sasuke, aprovechando la distracción de sus esposo para sacar los tres bentos.

―¡Porque imagínate que este recibiendo a Gaara o alguna otra persona importante y de repente recuerde que estuviste en esta mesa desnuda y bellamente embarazada mientras yo y Sasuke te hacíamos cosas muy sucias! ¡No podría estar una reunión completa sin tener un pequeño problema en mis pantalones!

―Uno grande, diría yo. ―agregó Sakura, imaginándose la escena.

―Para algo debe servir la capa de Hokage. ―dio la solución el Uchiha. ―Es larga y ancha como un vestido, nadie se dará cuenta.

―¡Tienes razón, Sasuke-kun! ―rio, complacida. ―Además no necesariamente yo tengo que ser la que este sobre la mesa, quizá esta vez sea tu turno de disfrutar toda la atención de tus dos bellos esposos, Naruto-kun.

El Uzumaki tragó saliva cuando sintió el borde de la uña de Sakura jugar en su cuello, deslizándose hasta llegar al borde de su camiseta mientras unos labios rosas comenzaban a besarlo, pero esa mano no fue la única de su cuerpo, otras se unieron, desabrochando cada botón para poder colarse y tocar la piel bronceada del ojiazul.

―¿Saben que Kakashi puede llegar en cualquier momento?

―¿Y? ―retó Sakura. ―El leyó pornografía frente a nosotros desde que teníamos doce, no tiene moral para regañarnos solo por tener sexo en su oficina, que pronto será tuya.

RenacimientoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora