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xSouh

Renacimiento

Parte II Huevos para el Desayuno

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Sakura se abrazó a su bata cuando empezó a sentir el frio colarse por los puros de su piel, ese mismo día se encargaría de que ajustara la temperatura del aire acondicionado de los niveles inferiores del Hospital Infantil de Konoha, lo anotó como un recordatorio en algún lugar de su mente y continuó con la búsqueda de su objetivo mientras releía el pedazo de pergamino en sus manos.

La nota de Kakashi fue tan superficial y escueta como la personalidad de su ex sensei.

"Sakura, necesito tu ayuda. Ven sola al sótano del HIK"

Hubiera podido pensar que era algo realmente importante si no hubiera estado firmado con un "El mejor sensei de todos los tiempos, KH"

―¡Pss! ¡Pss! ―escuchó, y casi se cae cuando alguien la jaló del brazo hasta meterla en una de las habitaciones que aún seguían en desuso.

―¿Qué pasa, Kakashi-sensei? ―se quejó, recuperando su centro de equilibrio y ajustando su vista al cuarto que se mantenía a media luz.

―Te dije que necesitaba un favor. ―le recordó, haciendo una sonrisa forzada bajo la mascara.

―Ya te dije que no pienso darte medicamentos controlados. ―le recordó, lista para darle algún sermón sobre la importancia de evitar las drogas "legales" ―Además... ¿Para eso me trajiste hasta aquí?

―Debes ser mas paciente, Sakura. ―la regañó, insultado porque pensara que de nuevo le pediría medicamentos. ―Y no, ocupo otra clase de favor.

―¡Ohh! Pudiste haber empezado por ahí, Kakashi. ―se burló la pelirosa. ―Las pastillitas que Tsunade-shishou le recomendaba a Jiraya-sama para su problemita son de libre venta, las puedes conseguir en cualquier farmacia.

―¡Oyeee! ―Gritó, indignado. ―Yo no tengo ESOS problemas. Y Jiraya-sama tampoco.

―Yo solo digo... los hombres llegan a cierta edad donde pues la maquinaria ya no funciona, y necesitan una pequeña ayudita de la ciencia.

―YO NO TENGO ESE PROBLEMA. Y ese es justo mi problema.

―¿Qué quieres decir? ―preguntó Sakura, sin entender el punto.

―Quiero que me ayudes a verificar si esta niña si es mi hija. ―susurró, aún con la poca luz de la habitación, la ojiverde puro jugar ver el nacimiento de un sonrojo en la parte visible de la cara de su maestro.

Cualquier palabra que Sakura hubiera tenido la intención de decir, murió en sus labios cuando su maestro se movió unos pasos, revelando detrás de él a una niña, media cerca del metro y medio, sus mejillas aún estaban llenas y sus ojos apenas comenzaban a perder ese tamaño infantil.

―Llegó hoy en la mañana a mi casa y dice que su madre le dijo que yo era su padre. ―continuó explicando Kakashi, todo tono de broma había muerto, al contrario, se le escuchaba realmente preocupado y a dos segundos de desaparecer en una nube de humo, pero seguía ahí, y Sakura podría jurar solo por su mirada, que esperaba que ella le dijera que todo era una mala broma y podía seguir con la misma vida que tanto apreciaba.

―Pues tendremos que hacer unas pruebas. ― le dijo a su sensei, agachándose para quedar al nivel de la niña. ―¿Cuál es tu nombre, pequeña?

La Uzumaki-Uchiha pudo ver el fino temblor en los labios de la niña, con sus ojos yendo de un adulto a otro en busca de saber si podía confiar en ella, pero Kakashi no parecía ser mucha ayuda, estaba más aterrado que ella.

―¿Qué les parece si vamos a una sala arriba y buscamos algo para comer mientras hablamos?

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No sé quien este más aterrado en este cap, si la niña, Kakashi o yo.

Volví!

Y dado que esta historia se llama Renacimiento, me di cuenta que no podemos dejar morir la sangre de un clan de Konoha.

Esta va por ti, Sirius Black, y por la Antigua y Noble Casa de los Black.

RenacimientoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora