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xSouh

Renacimiento

Parte II de Huevos para el Desayuno

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―Entonces... ¿qué vamos a hacer? ― preguntó el Uzumaki con voz cansada y la mirada perdida en el techo de su habitación. El cansancio que sentía en sus huesos le recordaba que ya no estaba en sus veinte, y un viaje como el que acaban de hacer ya cobraba factura.

―Solo no hagamos nada. ―dijo Sasuke, comenzando a quitarse las sandalias ninja para relajar sus pies.

―Pero es una niña, Sasuke. ―le recordó el rubio, su pensamiento como Kage lo obligaba a tener en cuenta cada pequeño detalle de lo que pasaba en la aldea.

―Una niña que puede decidir por ella misma lo que quiere, y eso no tiene que afectar a la aldea. ― suspiró el Uchiha.

―Pero... ―intentó hablar de nuevo el hokage.

―Naruto, todo por lo que hemos luchado estará bien. ―intervino Sakura, acercándose a su esposo con las manos brillando en chakra verde para ayudarlo a relajarse. ―Saori puede quedarse con nosotros, estoy segura que se llevará bien con los chicos.

―Mmmm... ―se relajó el rubio, sintiendo un suave cosquilleo en su cerebro que lo hacía sentir como si estuviera flotando en nubes de algodón de azúcar. ―Eres demasiado buena en esto, Sakura-chan.

―No soy en lo único que soy buena. ― le susurró al oído, comenzando a pasar sus uñas por la fina piel de su cuello, algo que sabía que volvía muy feliz a Naruto.

―Y es por esa razón que estas embarazada de nuevo, al parecer. ― les dijo Sasuke, desde el otro lado de la habitación.

―No creo que esa sea la razón. ― se quejó Sakura, volteando a ver a su otro esposo. ― Itachi y Mina ya tienen casi cinco años, ¿sabes cuantas veces hemos tenido sexo en todo ese tiempo?

―Pues cinco años son como unos mil ochocientos días, y eso multiplicado por dos ―comenzó a hacer cuentas mentales el Uzumaki― podrías restar los días de misiones de Sasuke o guardias de Sakura, pero si nos podemos tan estrictos, también tendríamos que contar esos días en que un round no es suficiente, que, por culpa de Sakura, son la mayoría.

―No sabía que fueras tan bueno en matemáticas. ―señaló Sasuke.

―Yo digo que podemos cerrarlo en unas cinco o seis mil veces, por lo tanto, no es tan extraño que este embarazada de nuevo si la efectividad del método anticonceptivo es de 99.9%. ―terminó el rubio.

―Me sorprendes, Naruto. ―dijo Sakura, cosa que fue secundada con un asentimiento por parte del pelinegro.

―¿Qué creen que vaya a ser esta vez? ― preguntó Sasuke, acercándose a su esposa para tocar su -aun inexistente- barriga.

―Yo de verdad espero que sea niña. ―pidió el Uzumaki.

―¿Qué me ven a mi? ―los regañó Sakura al sentir ambas miradas sobre ella, como si la mujer fuera la que decidiera el sexo del bebé. ―¡Ustedes son los que solo disparan Y!

―Si es niña se puede llamar Sarada. ―susurró Sasuke, sintiendo sus mejillas sonrojadas.

―Y si es niño... ¿Qué tan Arashi? ―agregó Naruto. ―Después de que no me dejaron escoger el nombre de Boruto, me lo deben.

―Es que Boruto si es un nombre muy feo, Naruto. ―rio Sakura, depositando un pequeño beso en los labios de su esposo antes de que comenzara a quejarse sobre mil cosas, y funcionó.

―Qué les parece esto... el nombre lo decidirá quien tenga más parecido con el bebé. ―negoció Sasuke.

―¡Eso no es justo! ¡Hasta ahorita nuestros hijos son copias de ustedes! ―lloriqueó Sakura.


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