Lejos de casa.

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Horas más tarde...

Todo el día a me quedo en casa de Timothée; Vimos películas, comimos y nos divertimos mucho pero no puedo pasarme toda la vida en su casa, así que llegó la hora de que me vaya.

–Tim...creo que ya es hora de que me vaya.

–¿De verdad? Quédate un rato más.

–No puedo pasarme toda la vida en tu casa.

–Pues...ven a vivir conmigo, así te puedo ver todos los días.

–No, estamos comenzando, es muy apresurado–Digo riendo.

–No...eso no importa.

–Si importa.

–Que no.

–Que si.

–Que si.

–Que no-Cuando noto la jugada que usó, suelto una risa y le doy un pequeño golpe en el hombroEres un tonto.

–No, soy un genio.

–Si claro, me arrodilló ante usted gran señor–Digo en broma.

–Claro que si, me encantaría verte arrodillada frente a mi–Su sonrisa cambia a una de picardía.

–Pero ya comenzamos con la tontería–Digo con una sonrisa.

–No es mí culpa–Ríe.

–Venga, para ya–Lo beso en el cuello, dejando marcas.

–Vale...vaya que me caes mal–Finge cara de disgusto.

Eso no decías en la madrugada–Le digo burlona.

–Porque en la madrugada digo mucha tontería.

–Bien, entonces nada fue real y tú y yo seguimos siendo amigos.

–Vale, dejémonos de tonterías–Me regala un beso.

¿Te han dejado algún trabajo? Porque a mí me dejaron uno horrible.

–Me dejaron uno que tendré que entregar a fin de mes, una mierda de investigación pero ya voy por la mitad.

Un rato después...

Después de un rato de charla y cotilleo, decidimos ver algo en la tele, logrando que nos quedemos dormidos.

Me despierto y voy a la secadora para agarrar mí ropa. Al terminar de ponerme la ropa salgo de la casa y me monto en el coche, manejo hasta mí casa y al llegar abro, notando que Ryan sigue aquí.

–Hola...


–Hola, veo que la pasaste bien, ¿No? Hasta te quedaste a dormir–Dice Lorenzo con una pequeña sonrisa...algo forzada. Es evidente su mal humor.

Por su parte, Ryan me mira mientras sus labios están en una sonrisa.

Que falso.


–Cállate.

–Igual, no lo verás por unos días así que aprovechalo–Su tono es triste y su cara es de pura amargura.

Unos segundos de silencio Lorenzo se levanta bruscamente del sofá y sale de la sala de estar.

La mirada de Ryan se asegura que Lorenzo aya salido de la habitación.

Sé que significa esa mirada, asi intento salir de ahí lo más rápido posible pero él me agarra con fuerza del brazo, se levanta con rapidez y se acerca bruscamente a mi.

Miedo.

Miedo es lo que siento cuando lo tengo cerca y cuando se acerca tanto a mí...porque a pesar de el daño que me hizo en su tiempo él sigue siendo alguien que me marco mucho.

Soy estúpida, porque en mi tiempo intenté creerme que lo hacia porque de verdad me quería, porque de verdad quería un futuro para él y para mi. Intenté justificar sus acciones e intente que no me doliera pensando en “Él es mayor que yo y sabe lo que hace” “Él me ama y quiere mi bien” “Debo aprovecharlo, soy afortunada de que este conmigo” Era una niña, era aceptable que pensará así...pero ahora no sería razonable ni justificable de ninguna manera.

Sus ojos me miran e intento soltarme para no caer en su manipulación barata, también intentando que mi hermano no nos vea.


–Él se tiene que ir para nueva York por unos días. Para rodar la película...¿No es así? Me lo contó tu hermano, significa que es información verídica.

–Ooh...no, no pasa nada. Ire con él–Digo en tono fuerte y firme mié tras me logro soltar de su fuerte y brusco agarre.

–¿Que? ¿Estas chiflada o que?

Logra que me enfade aún más.


–¿Disculpa? ¿Quien coño te crees tú? El chiflado será otro. No tienes el derecho ni de hablarme de esa manera y mucho menos de tratarme tan brusco.

–No te puedes ir, Recuerda que tú si tienes la universidad. Él puede pedir permiso en ella y se la dan porque es su trabajo. A ti no porque tú sólo vas ha acompañarle.

Oh...pero este se cree con la confianza suficiente como para ir de entrometido.

Pero en esto no puedo negar que tiene la razón

Lo miro con cara seria.


Dos Almas De FuegoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora