#5) solo tengo miedo...

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(esto no puede ser algo serio...Él es...)

Suspiró y pongo mí cara en la almohada

(Creo que lo mejor es que hable con él y le expliqué todo en persona)

Después de un rato me percato de lo que acabo de hacer con mí teléfono

–¡Oh mierda! ¡No puede ser!

Me levanto rápidamente de la cama, agarro mí teléfono para ver cómo quedó.



–¡Pero si lo volví una mierda!

Lo miro mejor y me percato por completo de lo que hice.

–¡Ooooh, no, no, no, no! ¡¿Que mierda acabo de hacer?!

Agarro mí cabeza entre mis manos



Después de unos segundo mí puerta se abre, dejando ver a mí madre quién está con cara de pocos amigos.

–¿Que pasa? ¿por que estás gritando?

–Aah...Emm...

Miró a donde está el teléfono tirado. Mi madre también mira y hace una cara...que no es que me genere mucha alegría.

–Mmm...ya entiendo...olvídate que te daré un nuevo teléfono

–Pero...

–Pero nada, ¿Para que tiras el maldito teléfono? Así que ahora no sé cóm harás, pero no te daré ni ¡UN SOLO CENTAVO! para otro teléfono.

–¡Mamá!

–¿Mamá? ¡MAMÁ NADA! Y le diré a tu papá que tampoco te de el dinero para un nuevo teléfono.

–¿Pero cómo me comunicare con ustedes?

–No hay problema en eso. Para eso puedes utilizar un teléfono que tienen teclas...incluso creo que yo tengo uno guardado.

–¿Que?

–Si, lo que escuchaste. Pero no pasa nada ¡Eso teléfonos son increíbles! No se dañan, y coma a ti te encanta tirarlos y dejarlos caer...¡Pues son perfectos para ti!

(¿Perdón? Eso no es cierto)

–¿Por que esa cara? Solo es la verdad.

–Claro que no...no es cierto.

Me levanto de la cama y veo cómo mí hermano entra a mí habitación.

–¿Hay reunión en mí cuarto y no lo sabía?

–Buenos días, se decía en mis tiempos.

–Y a mí no me interesa–Pongo los ojos en blanco.

–Veo que alguien no despertó de humor.

–Si...mira lo que hizo la niñata está. Tiro su teléfono.

Lorenzo mira mí teléfono que está posado en el suelo.

–Ya veo...

–¿Y tú? ¿Por que esa cara? ¿No dormiste?–Le pregunto.

–No, no dormí nada porque me quedé viendo por...

Mí madre lo mira con los ojos abiertos como platos

–¡Lorenzo!

Mí hermano ríe a carcajadas y sale corriendo.

–Jajaja, bien...¿Me dejaran arreglarme?–Digo con mala cara.

–Si, si. Ve y cuando bajes te entregaré tu nuevo teléfono–Rie a carcajadas falsas y se va.

–¡¡Aagg!!

(¡Bien hecho Isabella! Te felicito por dañar tu maldito teléfono)

Suspiró y voy a arreglarme

Dos Almas De FuegoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora