Dos Almas De Fuego

Especial Navideño

La navidad es algo emocionante en nuestra familia. Adornar, pasar tiempo en familia, esperar que te den tu regalo, la comida y el ambiente. Las navidades en nuestra familia siempre fueron muy normales.

No puedo negar que los regalos sobraban todo el tiempo y la foto navideña no podía faltarnos. Ropa con colores verdes y rojos era lo que siempre usábamos los treinta y un días de diciembre, es una tradición de nosotros. Es algo típico que si nos ves en diciembre siempre nos veras con alguna prenda roja o verde que diga "Merry Christmas". Esta no fue la excepción.

...

El ambiente navideño se siente en el aire y el olor a galletas de jengibre recién hechas llega a mi nariz. Me levanto con alegría. Mis pies tocan el frió suelo y buscan mis pantuflas de reno.  Al encontrarlas me las coloco y calientan mis fríos pies.

Bajo con una manta envuelta por todo mi cuerpo para protegerme del frió. Las ventanas están completamente congeladas, pero a través de ellas puedo visualizar-Con algo de dificultad-la densa nieve que cae con gracia y con bastante delicadeza. Es hermoso. Limpio un poco la ventana para poder ver bien que hay afuera. En la calle veo algunos niños, jugando y lanzándose bolas de nieve. Sonrió por lo bello que es este ambiente.

–Buenos días, cariño–Me sobresalto al escuchar la voz de mi madre que se encuentra a mi espalda. Me doy la vuelta y me encuentro con su linda sonrisa, dirigida a mí.

–Buenos días, ¿Estás haciendo galletas? ¿Me darás una? –Le dedico una sonrisa pero ella niega con la cabeza.

–No, estas galletas son para los niños del orfanato. Mejor ayúdame a hacer más, necesito muchas más galletas–Asiento con una sonrisa en mi rostro y la sigo hasta la cocina. En la isla de la cocina, se encuentra una bandeja de galletas a medio decorar, en forma de arbolitos, personitas y botas de navidad.

–Te están quedando muy bien... ¿No es mejor que llames a Jojo? Digo...es que yo si arruinaría estas galletas–Me siento en una de las sillas que se encuentra al lado de la isla. Mi madre lava sus manos y las seca son el trapo, camina un poco al horno para revisar las galletas.

–Sabes que ya no me agrada Jojo. Y hay veces en que hasta se me pasa por la cabeza correr a Julia, solo no lo hago porque ella lleva mucho con nosotros–Agacho mi cabeza.

–Tal vez él no tenía la culpa. Tal vez se le salió–Le defiendo.

–Sigues siendo muy ingenua. Si él fue hasta ese canal solo para contar eso. No me gustan esa clase de cosas. No volveré a contratar a nadie, no quiero esa clase de incidentes de nuevo.

Jojo era nuestro cocinero pero mi madre lo corrió cuando se dio cuenta que fue él quien le dijo a un canal de TV para contar algunas cosas de nosotros; entre esas cosas, contó lo que paso con Lorenzo y Emma, cuando ella estaba con Tim. Sin embargo me agradaba...su tarta de limón era la mejor.

–Bueno, tú termina de decorar estas galletas y yo haré otras para meter después–Dice con un bol en las manos.

Sin bufar hago lo que me dice con algo de sueño pero con alegría. La cocina está llena de decoraciones navideñas. Botas, peluches de muñecos de nievo, algunos arbolitos, guirnaldas y lucecitas que se encuentran alrededor de la lacena. El olor a galletas recién hechas se encuentra en toda la casa.

–Huelen fantástico–Digo con una sonrisa a lo que ella asiente con la cabeza, sacando la bandeja que estaba en el horno.

–Sí. Sigue con estas–Deja la bandeja en la isla mientras término con las que ya estaba haciendo.

El timbre suena haciendo que me sobresalte.

– ¿Por qué siempre tengo que estar en la cocina cuando suena esa mierda? –Digo con enfado, a lo que mi madre me mira con una obvia pisca de enfado.