#12) ¡Por fin!

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Después de la escuela Timothée me llevo a casa y mientras estamos en el carro conversamos un poco.

–¿Ya sabes cuándo es el día del viaje?–.

–Si, creo que en unos doce o quince días. Tú padre tiene que descansar para poder ir a New york, y yo tengo que terminar las escenas que tenemos que grabar aquí, ¿Por qué?–Me mira con una sonrisa dibujada en su rostro.

Su brazo está alrededor de mi cuello y acaricio su mano.

–Es que... No lo sé, tal vez no...–Me interrumpe.

–¿Que? ¿Te arrepentiste?–.

–No, no. Lo que más deseo es poder ir contigo. Pero no lo sé... Es que no creo poder faltar a la universidad–.

Timothée me mira de reojo y hace una linda sonrisa.

–Por eso no te preocupes, solo deja eso en mis manos y hablaré con tu padre para que veamos que podemos inventarnos–.

–Mmm, no sé si pueda confiar en ti.–Digo en broma.

–¿Disculpa?–Frunce el ceño. Río a carcajadas y miro a la ventana.Ahora que me acuerdo... No tienes teléfono, ¿verdad?–.

–No... Pero ya tengo todo el dinero... Pero se me ha olvidado ir a comprarlo–.

–Vale... Espero que no vayas a olvidar ir a la casa. Tienes trabajo conmigo.–Me guiña un ojo.

–Lo sé, no soy tan tonta...–.

–El otro día llegaste a las tres de la tarde, cuando sabes que los fines de semana es a las ocho de la mañana.–Dice sarcástico.

–Igual y ya no tenga que ir a tu casa, al fin y al cabo ya tengo todo el dinero para mi teléfono.–Digo en tono de burla.

–CállateRíe y sigo mirando a la ventana.

–¿Por que manejas mí coche y no me dejaste que yo lo manejara?–.

–Mmm... Tal vez porque quería una escusa para traerte a tu casa?–.

–Claro... ¿Y no tienes coche o que? Nunca te he visto uno.–Digo con todo de duda y me incorporo esperando su pregunta.

–Si tengo, solo que nunca lo saco del garaje... Debe estar muy empolvado–.

–¿Por que no lo usas?–.

–Es que... Por lo que soy famoso.–Me guiña un ojolas personas pueden verme dentro... Tengo que hacerlo polarizar. En la escuela no me molestan porque ya llevo mucho tiempo ahí, ya se les hace habitual verme y es normal. Digo. Tú estudias hay y eres hija de Cárter–.

–¿No lo tenias polarizado?–.

–No... No lo suficiente para que los paparazzis me capturen y no quiero que un día que tú y yo estemos en algo dentro del coche... No quiero que tu lindo culito este en la portada de una revista o en internet.–.

–Vele, que precavido me saliste, tío.–Río y despues de algunos minutos ya estoy por salir del coche.

–No... No te quiero dejar.–Me agarra suavemente del brazo y me hace cara de perro.

–Pero si en un rato nos veremos.–Me río.

–Si, ¿Pero que haré en ese tiempo sin ti?–.

Sonrió y lo beso tiernamente.

–No sé, ¿Hacer trabajos de la universidad? ¿Repasar tus líneas? ¿Dormir?–.

–¿Sabes? Eso... Es cierto, tengo que repasar mi guion.–Hace algo de mala cara.

–Pues vas a tener que hacerlo.–Río y salimos del coche.

–Bien... Creo que pediré un coche y te espero en casa.–Deja un beso en mi frente.

Sonrió y me acerco a él y le susurró.

–Vale... Pero tendrás que aprendértelo de pies ha cabeza.–Sonrió y me alejo para entrar a la casa. Lo veo hacer una cara de culo mientras ve su teléfono.

Se nota lo mucho que ama su trabajo, ¡Le fascina!

Nótese mi sarcasmo.

Dos Almas De FuegoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora